Un portento con mente de hielo

Pocos minutos despu¨¦s de doblegar al estadounidense Fabiano Caruana en la partida decisiva, Kariakin exhibi¨® su memoria tras saludar al enviado especial de EL PA?S: ¡°Cuando ten¨ªa 12 a?os, le dije en una entrevista que ser¨ªa campe¨®n del mundo a los 16, en plena inconsciencia infantil. Lo puedo conseguir a los 26, en plena madurez. No est¨¢ mal¡±.

A los cinco, Sergu¨¦i ya sab¨ªa jugar al ajedrez en Simfer¨®pol (pen¨ªnsula de Crimea, entonces perteneciente a Ucrania); le hab¨ªa ense?ado su padre, empresario, a petici¨®n del ni?o, impresionado por un reportaje que vio en la televisi¨®n. Pero no sab¨ªa escribir, as¨ª que no pod¨ªa apuntar las jugadas. Por esa raz¨®n, los participantes de un torneo local en 1995 tuvieron que reunirse para votar si permit¨ªan competir al prodigioso Kariakin. ?ste fue admitido, y celebr¨® su primera victoria saliendo de la sala con volteretas acrob¨¢ticas, otra de sus aficiones infantiles, junto al f¨²tbol, el tenis de mesa, las novelas de Agatha Christie y Sherlock Holmes, y los juegos de estrategia en el ordenador.

Su madre, Tatiana, profesora especializada en deportes, no sabe si su hijo es un superdotado porque nunca le han hecho una prueba de inteligencia. ¡°Siempre vi que mentalmente era muy maduro para su edad, sobre todo por la seriedad ante el tablero. Fuera de ¨¦l fue un adolescente alegre, aunque t¨ªmido, y se parec¨ªa m¨¢s a un chico normal. Creo que el ajedrez desarroll¨® una inteligencia innata que ya era alta¡±. El talento de Kariakin es inmenso, lo que casi le garantizaba un futuro de esplendor, porque desde los 12 a?os asombraba por su virtuosismo estrat¨¦gico y no s¨®lo por su eficacia t¨¢ctica, algo muy raro entre los ni?os. Por eso, las quinielas sobre futuros campeones del mundo siempre le han incluido desde entonces.

Sin embargo, comparado con el meteoro Carlsen, su progresi¨®n siempre fue m¨¢s lenta, y se vio frenada en 2009, cuando hubo varios cambios simult¨¢neos e importantes en su vida, demasiados para que su rendimiento deportivo no se viera afectado: emigr¨® de Ucrania a Mosc¨², se hizo ruso, se cas¨® (con la maestra internacional Kateryna Doly¨ªkova) y fue asignado a Yuri Dojoi¨¢n, el ex entrenador de Gari Kasp¨¢rov.

Ahora su vida es muy estable, y quiz¨¢ est¨¦ ah¨ª la clave principal de su triunfo en un Torneo de Candidatos dur¨ªsimo, una liga a doble vuelta frente a otros siete astros del tablero. Kariakin es padre de un ni?o de tres meses (fruto de su segundo matrimonio, con?Galia Kam¨¢lova, tambi¨¦n ajedrecista) y, adem¨¢s del dinero que gana en torneos y exhibiciones, tiene dos patrocinadores, as¨ª como el apoyo del mecenas ruso Andr¨¦i Fil¨¢tov, lo que le permite, por ejemplo, concentrarse con su equipo en Dub¨¢i, aunque siempre ha considerado a Espa?a como uno de sus pa¨ªses favoritos. Ahora est¨¢ por ver c¨®mo aguantar¨¢ la enorme presi¨®n sobre sus hombros del deber patri¨®tico. En el pa¨ªs m¨¢s grande del planeta, el anhelo por volver a tener un campe¨®n del mundo de ajedrez est¨¢ encabezado nada menos que por el presidente Putin. Palabras mayores.

¡°Carlsen es un buen tipo¡±

L.G. Mosc¨²

Quien espere que el duelo entre Carlsen y Kariakin sea tan enardecido como los hist¨®ricos entre Gari Kasp¨¢rov y Anatoli K¨¢rpov, es mejor que lo haga sentado, porque es muy improbable que ocurra. ¡°Magnus es un buen tipo. Ser¨ªa exagerado decir que somos amigos, pero nuestra relaci¨®n es realmente cordial, sin problemas¡±, explic¨® ayer en Mosc¨² el nuevo retador.

K¨¢rpov y Kasp¨¢rov se odiaban tanto como se necesitaban. Eso les permiti¨®, entre 1984 y 1990, batir la marca de rivalidad de todos los deportes: m¨¢s de 500 horas frente a frente en un escenario, y miles de horas m¨¢s pensando obsesivamente el uno en el otro, bajo tremendas presiones pol¨ªticas cuando su pa¨ªs, la URSS, mucho mayor que la Rusia actual, se ca¨ªa a pedazos.

Carlsen, de 25 a?os, y Kariakin, de 26, fueron dos ni?os muy prodigiosos que ahora se enfrentar¨¢n como adultos. Ambos son g¨¦lidos de car¨¢cter. El noruego exhibe m¨¢s su genialidad. El ruso conf¨ªa mucho en su sabidur¨ªa t¨¦cnica. Los aficionados ya se relamen.