?Est¨¢n las mujeres menos capacitadas para viajar al espacio?

A finales de 2014, la italiana Samantha Cristoforeti se convirti¨® en la 59? mujer ¨Cla ¨²ltima hasta el momento- en llegar al espacio en el vuelo Soyuz TMA-15M hacia la Estaci¨®n Espacial Internacional (EEI). La primera lo hab¨ªa hecho 51 a?os antes; la cosmonauta sovi¨¦tica Valentina Tereshkova emprend¨ªa su vuelo pionero a bordo de la nave Vostok el 6 en junio de 1963. En medio siglo, solo 59 f¨¦minas han dado ese salto estelar frente a un total de 477 hombres. Un hecho lejano a cualquier atisbo de paridad que nada tiene que ver con las capacidades, aptitudes o facultades de uno u otro g¨¦nero. Hombres y mujeres son efectivos por igual a la hora de afrontar misiones espaciales, pero el estar ah¨ª fuera nos afecta de distinta manera. As¨ª lo hizo constar la NASA en un estudio publicado en 2014: alejarnos de la Tierra, exponernos al espacio exterior, afrontar la ingravidez y un mayor rango de radiaciones (entre otras cosas), incide de distinta forma en ambos sexos. Los informes redactados de forma conjunta por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y el Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de la NASA (NSBRI) y especializado en el estudio de los riesgos derivados de los vuelos espaciales de larga duraci¨®n en el organismo, lo detallan claramente. Las instituciones recopilaron los datos conocidos y concernientes a los sistemas cardiovascular, inmunol¨®gico, sensoriomotor y m¨²sculo-esquel¨¦tico, al aparato reproductor y al comportamiento. Todos los resultados fueron publicados por Journal of Women¡¯s Health, en noviembre de 2014, sobre la base de las 201 personas que han viajado a la EEI entre 1998 y 2013. Si el foco se pone solo en los astronautas estadounidenses, los m¨¢s numerosos, la estad¨ªstica arroja resultados similares: de 129, 103 son varones (el 80%).

La paternidad s¨ª marca una importante diferencia: el 67% de ellos tienen como m¨ªnimo un hijo y solo el 38% de las mujeres son madres

Distinto bagaje entre hombres y mujeres

Los autores resaltan ciertos rasgos distintivos en la historia curricular de los astronautas de uno y otro sexo, diferencias educacionales que, quiz¨¢s, podr¨ªan influir en c¨®mo se afrontan las dificultades espaciales. Por ejemplo, entre los astronautas de Estados Unidos, el 72,8% de los hombres ha realizado el servicio militar, frente a un 38,5 % de las mujeres. En cuanto a la educaci¨®n, el nivel de licenciaturas es muy similar y mientras que ellas han optado m¨¢s por la biolog¨ªa, a ellos les tira la ingenier¨ªa. Sin embargo, en esta disciplina, las chicas tienen casi el doble de doctorados (un 50% frente a un 28%) y ellos mayor cantidad de m¨¢steres (85% a 58%). Respecto a la edad, las mujeres son, de media, dos a?os m¨¢s j¨®venes que sus contrapartes masculinos cuando viajan al espacio. Y en lo concerniente a la familia y la prole, la tasa de hombres casados es solo un poco superior, pero la paternidad s¨ª marca una importante diferencia: el 67% de ellos tienen como m¨ªnimo un hijo y solo el 38% de mujeres son madres. Si en la Tierra la conciliaci¨®n familiar ya se las trae, imag¨ªnense m¨¢s all¨¢ de la estratosfera.

En lo referente a las implicaciones f¨ªsicas de hombres y mujeres en el espacio, hay diferencias a tener en cuenta. Una de ellas es que la radiaci¨®n, l¨®gicamente nociva para ambos sexos, afecta en mayor grado a las mujeres. La dosis a las que se expone una tripulaci¨®n en misi¨®n espacial depende de m¨²ltiples factores. Una es el destino; mientras que, por ejemplo, una misi¨®n de seis meses en la Estaci¨®n Espacial Internacional expone a los astronautas a unas 40 veces la dosis promedio que recibir¨ªa en la Tierra en todo un a?o, la cosa se eleva mucho m¨¢s si fueran a Marte. Tambi¨¦n incide la duraci¨®n del viaje, el tipo de veh¨ªculo o/y estaci¨®n donde se alojen los astronautas, la cantidad de rayos c¨®smicos presentes fuera del campo magn¨¦tico de la Tierra y las condiciones solares presentes durante la misi¨®n: las erupciones solares, por ejemplo, incrementan la dosis de radiaci¨®n. Para los dos g¨¦neros, las g¨®nadas son los ¨®rganos m¨¢s sensibles a estas exposiciones. Pero el umbral m¨¢ximo de radiaci¨®n tolerable es menor en mujeres que en hombres, por lo que, hasta ahora, este es un factor que limita la participaci¨®n femenina en determinadas misiones espaciales, provocando que solo puedan participar en la mitad de ellas. Pero se est¨¢ trabajando para solucionarlo. Entre otras iniciativas, existe el proyecto europeo SR2S (Project Space Radiation Superconductive Shield), que estima que en los pr¨®ximos 3 a?os se conseguir¨¢ dotar a las misiones de una mayor protecci¨®n radiol¨®gica. ?C¨®mo? Gracias a la construcci¨®n de un escudo superconductor capaz de generar un campo magn¨¦tico 3.000 veces m¨¢s fuerte que el de la Tierra, que proteger¨¢ la nave o estaci¨®n espacial, apantall¨¢ndola frente a la mayor parte de las part¨ªculas radiactivas m¨¢s da?inas.

Debido a la radiaci¨®n, las mujeres solo pueden participar en la mitad de las misiones que los hombres?

Psicol¨®gicamente muy parecidos

Pues eso: seg¨²n los resultados del estudio, entre hombres y mujeres no hay diferencias relevantes a la hora de afrontar situaciones complicadas durante una misi¨®n. Solo cabe destacar que, ante una emergencia, ellas anteponen la precisi¨®n a la velocidad y, ellos, a la inversa. Ciertamente, los candidatos a astronauta se someten a pruebas psicol¨®gicas tan exigentes que las posibilidades de que aparezcan comportamientos inestables o de des¨®rdenes psiqui¨¢tricos son m¨ªnimas. En cuanto a la respuesta f¨ªsica ante el medio espacial, var¨ªa un poco m¨¢s. A grandes rasgos, las mujeres son m¨¢s proclives a desmayarse si tienen que estar de pie durante largo rato (lo que se conoce como intolerancia ortost¨¢tica), pierden mayor cantidad de plasma sangu¨ªneo durante el vuelo espacial y sufren mayores infecciones del tracto urinario. En la Tierra, las f¨¦minas presentan mayor respuesta inmunol¨®gica que los hombres, lo que las protege mejor frente a virus y bacterias pero, a su vez, las hace m¨¢s proclives a enfermedades autoinmunes. Sin embargo, no se ha detectado que esta diferencia sea extrapolable al espacio exterior. Por su lado, ellos tienden, con el paso del tiempo, a presentar m¨¢s problemas auditivos, en especial en el o¨ªdo izquierdo (esto se debe a que como la mayor¨ªa ha hecho el servicio militar y por estad¨ªstica, muchos son diestros, apoyan el arma en el brazo izquierdo por lo que las explosiones continuas afectan a ese o¨ªdo), y tambi¨¦n visuales.

La paridad como meta

En 2013 la NASA hizo la ¨²ltima selecci¨®n de personal para el programa de entrenamiento de cara a futuras misiones espaciales. Fueron elegidos cuatro hombres y cuatro mujeres, todos ellos formados en el ej¨¦rcito de los Estados Unidos, lo que puso de relevancia la intenci¨®n de la Agencia Espacial estadounidense por afianzar la paridad en lo concerniente a la exploraci¨®n espacial. La igualdad de g¨¦nero debe ser una prioridad para este mundo y para salir de ¨¦l. El d¨ªa que la humanidad tenga claro ese concepto, seguramente se dar¨¢ ?un salto de gigante?, de mucho m¨¢s largo alcance que el que afirm¨® haber dado el astronauta Neil Amstrong cuando pis¨® por primera vez la Luna en 1969.