Elpis, la diosa griega que acoge a los refugiados
Un matrimonio convierte un viejo hotel abandonado en Lesbos en un centro de acogida para los sirios que huyen de la guerra
¡°Situado a 30 metros de la playa de arena de Anaxos, Elpis ofrece un acogedor alojamiento equipado para atender las diferentes necesidades de sus clientes. El mejor lugar para disfrutar de unas maravillosas vistas al mar Egeo¡±. Esta es la descripci¨®n que aparece en un buscador de hoteles al teclear las palabras Elpis, Lesvos. Aun as¨ª, no se dejen enga?ar por lo sugerente de la explicaci¨®n, no intenten hacer una reserva. Este hotel situado en el norte de Lesbos, entre las localidades de Molyvos y Eftalou, lleva abandonado cerca de siete a?os. Hasta ahora.
Desde enero, voluntarios de diferentes partes del mundo han ocupado las instalaciones. El objetivo es limpiarlas, pintarlas y adecuarlas para sus futuros usuarios: las familias refugiadas que llegan a la isla griega tras arriesgar su vida cruzando el mar. Lo que durante a?os hab¨ªa sido un rinc¨®n tranquilo para el retiro dorado de los turistas, ahora pretende convertirse en un centro de acogida y tr¨¢nsito para las decenas de personas que arriban a diario a esta parte de la isla. ¡°Aun queda mucho por hacer¡±, reconoce Ana¨ªs, una voluntaria mexicana, mientras mira de reojo este viejo edificio carcomido por el tiempo. Tiene 24 habitaciones y una amplia sala de estar con cocina y chimenea. Todo est¨¢ por restaurar, empezando por la instalaci¨®n el¨¦ctrica y la calefacci¨®n, pero todo est¨¢ m¨¢s que pensado.
¡°Este cuarto servir¨¢ de enfermer¨ªa. Los otros dos que hay aqu¨ª al lado ser¨¢n los vestuarios, uno para mujeres y otro para hombres. En el resto de habitaciones se podr¨¢n instalar hasta ocho camas plegables. La idea es que haya una habitaci¨®n por familia¡±. Tracy se encarga de hacer la visita por el hotel a unos nuevos voluntarios que esperan incorporarse al grupo en los pr¨®ximos d¨ªas. El sistema es sencillo. Cada uno aporta lo que puede, ya sea pintando una pared, limpiando los jardines o haciendo una peque?a reparaci¨®n. ¡°Esto es una especie de Naciones Unidas, con gente de todas partes trabajando por un bien com¨²n. Lo que ocurre es que aqu¨ª de verdad hacemos lo que no se hace en los despachos¡±, cuenta Silvia Pascual, una profesora madrile?a que decidi¨® marcharse hace un mes a ayudar a Lesbos. ¡°Aqu¨ª nadie te dice lo que tienes que hacer. Hay una lista en la pared donde se indican las cosas que hacen falta; ya sea de carpinter¨ªa, jardiner¨ªa o limpieza. T¨² simplemente eliges lo que se te d¨¦ mejor, es muy gratificante¡±.
Bajo el proyecto para recuperar el Hotel Elpis se esconde un nombre propio, el matrimonio Kempson. Enric y Phipippa son una pareja brit¨¢nica, pero llevan viviendo en Lesbos desde 1999
La zona donde se encuentra el hotel es una de las m¨¢s tur¨ªsticas de esta isla, que cada a?o recibe en torno a 77.000 visitantes. Tambi¨¦n es la m¨¢s cercana a la costa de Turqu¨ªa. Apenas 10 kil¨®metros de agua les separan del pa¨ªs vecino. De ah¨ª que desde principios de 2015 se convirtiese en el principal punto de llegada de los botes neum¨¢ticos. Durante el verano pasado era habitual ver a decenas de personas durmiendo a la intemperie o recorriendo a pie los m¨¢s de 50 kil¨®metros de carretera de monta?a que separan esta zona norte del centro de registro de refugiados de Moria. El proyecto del Elpis surgi¨® precisamente como respuesta a esta situaci¨®n.
Su misi¨®n ser¨¢ la de un centro de segunda recepci¨®n. Acoger¨¢ a las familias refugiadas cuando los principales campos est¨¦n completos. All¨ª se les ofrecer¨¢ un espacio confortable y privado donde puedan cambiarse de ropa, descansar, tomarse una taza de t¨¦, rezar. En definitiva, un lugar donde puedan tener un poco de intimidad antes de continuar el viaje. Esperan poder dar alojamiento a alrededor de 200 personas.
Meet the Kempsons
Bajo el proyecto para recuperar el Hotel Elpis se esconde un nombre propio, el matrimonio Kempson. Enric y Phipippa son una pareja brit¨¢nica, pero llevan viviendo en Lesbos desde 1999. A solos unos metros de la costa, justo en la puerta de su casa, fueron a parar algunos de los primeros refugiados sirios que llegaron a la isla. ¡°Siempre han llegado barcos a esta zona. Al principio era un par a la semana, luego empezaron a venir un par cada d¨ªa. Hasta un d¨ªa que llegaron de golpe 120¡±, cuenta Philippa. El matrimonio, acompa?ado de su hija Elleni, empez¨® a atenderles a pie de playa, a darles agua y comida, a acogerles en su casa mucho antes de que empezaran a llegar los primeros voluntarios. ¡°Est¨¢bamos solos. Hasta el mes de junio, cuando empezaron a venir las ONG, solo est¨¢bamos nosotros¡±.
Desde entonces, su vida se ha volcado por completo a ayudar a lo que huyen a trav¨¦s del Egeo. Adem¨¢s del trabajo humanitario, Enric Kempson, de 60 a?os, se ha convertido en un aut¨¦ntico activista en defensa de los derechos de los refugiados. En mayo de 2015 inauguraba su propio canal de Youtube con un v¨ªdeo titulado Otro d¨ªa tr¨¢gico en Eftalou en el que emocionado mostraba los restos de un desembarco, acompa?ado del siguiente texto: ¡°Por favor, comparta y que el mundo sepa la crisis humanitaria que se est¨¢ desarrollando en las puertas de Europa. Estas personas necesitan ayuda y apoyo. Imag¨ªnese que usted tuviese que enfrentarse a esto en el patio trasero de su casa cada d¨ªa¡±. La labor de los Kempson es conocida hoy en todo Lesbos, pero tambi¨¦n fuera. Un reportaje emitido en noviembre en el brit¨¢nico Channel 4 bajo el nombre Meet the Kempsons ha popularizado su acci¨®n altruista, hasta el punto de que el activista chino Ai Wey Wey quiso conocerles personalmente durante su paso por la isla a principios de a?o.
Devolverles la dignidad
Fue por esa fecha cuando la familia Kempson decidi¨® dar un paso m¨¢s y empez¨® a pensar en la posibilidad de habilitar un espacio para acoger a las familias refugiadas. Con el apoyo de la ONG Positive Action in Housing ¡ªuna organizaci¨®n con sede en Glasgow (Escocia) que se dedica a buscar alojamientos seguros para personas refugiadas¡ª consiguieron alquilar este viejo hotel para todo el 2016, por un precio de 12.500 euros, y con la posibilidad de prorrogarlo otros cuatro a?os m¨¢s.
¡°Queremos crear un lugar digno con privacidad, donde puedan estar en paz y tranquilidad. Europa les trata como animales, pero son seres humanos y queremos tratarles como tales, con respeto¡±, defiende Enric Kempson. Aunque ya cuentan con el respaldo del ACNUR, a¨²n est¨¢n pendientes de resolver los permisos con las autoridades griegas. Siempre es lo m¨¢s dif¨ªcil, reconocen, y eso que est¨¢n haciendo verdaderos esfuerzos por recabar las simpat¨ªas de la comunidad. Los promotores del proyecto se han comprometido con habitantes y empresarios tur¨ªsticos a colaborar en la reducci¨®n del impacto que esta crisis humanitaria est¨¢ teniendo en la econom¨ªa de la zona, por ejemplo, ayudando a mantener las playas limpias tras los desembarcos.
Europa les trata como animales, pero son seres humanos y queremos tratarles como tales, con respeto¡±? Enric Kempson
De momento ya han tenido una primera experiencia piloto. El pasado 30 de enero, la propia polic¨ªa griega les pidi¨® el favor de acoger durante una noche a 120 personas refugiadas. Hab¨ªa huelga de ferrys y el resto de campos estaban saturados. ¡°Est¨¢bamos trabajando como un d¨ªa normal cuando a media ma?ana nos avisaron de que ven¨ªan dos autobuses. No est¨¢bamos preparados ?No hab¨ªa nada m¨¢s que el suelo para dormir!¡±, recuerda Tracy Myers, una de las voluntarias m¨¢s veteranas del proyecto. Para esta brit¨¢nica, aquel d¨ªa se demostr¨® verdaderamente el potencial del hotel. ¡°Todo el mundo colabor¨® y cada grupo de voluntarios trajo lo que pudo. Se sac¨® de donde no hab¨ªa. Al final, las familias pudieron descansar, calentarse, comer, sintieron la seguridad de un hogar. Algunos jugaban a las cartas, otros escuchaban m¨²sica. Los ni?os corr¨ªan por el sal¨®n. Se o¨ªan sus risas¡±, rememora emocionada, ¡°Llevo m¨¢s de cinco meses en Lesbos y ese d¨ªa por primera vez sent¨ª que estaba en el lugar donde ten¨ªa que estar¡±.
Hoy ese sal¨®n vuelve a estar ocupado, pero por cajas de ropa, herramientas y botes de pintura a la espera de abrir sus puertas lo antes posible. Por ahora tienen el poder de la mitolog¨ªa de su lado. Sea por casualidad o por una broma de los dioses al hotel le llamaron Elpis. El nombre de la diosa griega de la esperanza.
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