El radar solidario y otros preocupantes productos de la buena intenci¨®n
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Por Xos¨¦ Mar¨ªa Torres Bouza (@XM_Torres),farmac¨¦utico y portavoz de patentes de Farmamundi.
?Nuevas propuestas peregrinas de ONG? Imagen de M. Gonzalo.
El ayuntamiento de Cay¨®n, Cantabria, ha puesto en marcha con la bendici¨®n de la DGT un ¡°radar solidario¡±. La expresi¨®n es chocante ¨C casi un ox¨ªmoron como ¡°banca ¨¦tica¡± o ¡°guerra humanitaria¡±- al ser los radares instrumentos punitivos, mientras que el t¨¦rmino solidario evoca mensajes contrarios. El detector se ha instalado pr¨®ximo a dos centros educativos del municipio, en el cruce de una v¨ªa muy transitada.
Como las multas no suelen ser bien acogidas por la ciudadan¨ªa, han tratado de dulcificar la sanci¨®n. As¨ª, parte de lo recaudado se destinar¨¢ a una causa ben¨¦fica, seg¨²n declara ufano el alcalde de la localidad, Gast¨®n G¨®mez (PP): la atenci¨®n a las 120 familias necesitadas del municipio.
Lo del marketing solidario es una estrategia que ya cuenta con numerosas experiencias, que van desde lo sensato hasta lo ambiguo; pero las ONG espa?olas, y desde luego Farmamundi, han sido testigos de propuestas estrafalarias, remitidas por empresas, que a cambio de una cantidad econ¨®mica fija o porcentaje de ventas, exhortan a apoyar una campa?a publicitaria.
Uno de las m¨¢s escandalosos fue el Fondo Solidario Fortuna, creado en 1999 por Tabacalera bajo el lema For 0,7%, por el cual se donaba el 0,7% de la ventas a proyectos de ONG, y que origin¨® cr¨ªticas intensas, por unir una actividad da?ina para la salud, el tabaquismo, con s¨ªmbolos solidarios como el 0,7%.
Maratones solidarios, jornadas de Bancos de Alimentos (que tienen entre sus promotores a los propios supermercados, claro: ?cuanto m¨¢s solidaria es la gente, m¨¢s caja hacen!), destinar la paga extra a causas ben¨¦ficas¡ muchas de ellas son iniciativas mal dise?adas. El suelo del infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones.
Como la del concejo pasiego de Cay¨®n, que destinar¨¢ el 40% de las multas a los vecinos necesitados¡ lo que nos permite saber que el otro 60% se lo llevar¨¢ la empresa que instal¨® el radar. Pero¡ ?una empresa puede gestionar radares? ?Y la administraci¨®n municipal puede tener ingresos finalistas? La verdad es que uno pensaba que los ingresos iban al Tesoro municipal, y desde ah¨ª eran repartidos por todo el presupuesto. Recordemos, por ejemplo, las tasas judiciales puestas en marcha en 2012 por el ya dimitido ministro Gallard¨®n, que se iban a destinar a promover la Justicia Gratuita, la hermana pobre del ministerio. Algo que desminti¨® despu¨¦s por el gobierno, al reconocer que no sab¨ªa el destino de los 500 millones de euros recaudados por tal concepto.Otro dislate similar fue acometido por una diputaci¨®n provincial del norte de Espa?a cuyo departamento de Servicios Sociales patrocinaba hace a?os cruceros por el Mediterr¨¢neo para personas de la tercera edad.
Ocurrencias ¡°geniales¡± tiene uno todos los d¨ªas, pero se las calla por pudor. Los servicios sociales deben tener recursos suficientes, y estables, -pues la pobreza suele ser estructural- y no depender de si los conductores de la zona son buenos ciudadanos o no, al igual que la retribuci¨®n del alcalde es fija, y no depende de si los vecinos pagan o no los recibos de la basura. Asimismo, no se debe trasladar la responsabilidad de atender a los necesitados a los conductores de coches, pues aparte de que podr¨ªan tranquilizar sus conciencias (cometo una infracci¨®n¡ ?pero al fin y al cabo la multa va para caridad!), ?qu¨¦ pasa si el radar se estropea? ?los necesitados no recibir¨ªan esos d¨ªas la ayuda?
?Qu¨¦ ser¨¢ lo siguiente? ?Reformar el c¨®digo penal para que las multas por navajazos vayan destinadas a pintura de los pasos de peatones? ?O que las sanciones por atracar bancos subvencionen los comedores escolares?
Dulcificar las sanciones mediante destinos caritativos no es propio de administraciones responsables. Y por favor, que la atenci¨®n a los necesitados no sea una obra de caridad, por muy bien intencionada que sea.
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