El retorno de la fiebre amarilla
La mala noticia es que la enfermedad ha rebrotado en Angola. La buena, que se puede frenar con vacunas
Antes de que los horrores del ¨²ltimo brote de ¨¦bola en ?frica occidental pudieran empezar a borr¨¢rsenos de la mente, el virus Zika estall¨® como un riesgo importante para la salud global y hoy ocupa a investigadores y m¨¦dicos en Sudam¨¦rica, Am¨¦rica central y el Caribe. Sin embargo, la cantidad de v¨ªctimas de otro virus ¡ªel de la fiebre amarilla¡ª est¨¢ creciendo a pasos acelerados.
En el sudoeste de ?frica, Angola enfrenta una epidemia seria de esta enfermedad, la primera en ese pa¨ªs en 30 a?os. Desde que el virus apareci¨® en Luanda, la capital y la ciudad m¨¢s poblada de Angola, en diciembre pasado, provoc¨® la muerte de 293 personas y se sospecha que infect¨® a 2.267. El virus ahora se ha propagado a seis de las 18 provincias del pa¨ªs. Los viajeros han llevado casos a China, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Kenia. Namibia y Zambia est¨¢n en un estado de alerta elevada.
El virus de la fiebre amarilla es transmitido por el Aedes aegypti ¡ªel mismo mosquito que propaga el virus Zika¡ª. Los s¨ªntomas incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, n¨¢useas, v¨®mitos y fatiga. Al menos la mitad de los pacientes no tratados por casos graves de fiebre amarilla mueren en el transcurso de 10-14 d¨ªas.
La buena noticia es que, a diferencia del Zika o del ?bola, la fiebre amarilla se puede controlar con una vacuna efectiva, que confiere inmunidad de por vida en el primer mes luego de haber sido administrada. Y, por cierto, la vacuna es central en el Plan de Respuesta Nacional de Angola, iniciado a comienzos de este a?o con el objetivo de administrar la vacuna contra la fiebre amarilla a m¨¢s de 6,4 millones de personas en la provincia de Luanda. Hasta el momento, casi el 90% de esa poblaci¨®n objetivo ya ha recibido la vacuna, gracias en gran medida a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, al Grupo Internacional de Coordinaci¨®n del Suministro de Vacunas y a otros pa¨ªses, entre ellos Sud¨¢n del Sur y Brasil, que en conjunto pusieron a disposici¨®n unos 7,35 millones de dosis de la vacuna.
Si la fiebre amarilla se propaga a partes de Asia, cientos de miles de personas podr¨ªan infectarse (y posiblemente morir) antes de que se hayan entregado las vacunas
El esfuerzo de vacunaci¨®n masiva naci¨® como resultado de la propagaci¨®n de la fiebre amarilla. Pero, para poner fin al brote, la vacunaci¨®n tiene que continuar no s¨®lo en Luanda, donde 1,5 mill¨®n de personas est¨¢ en riesgo de infecci¨®n, sino que tambi¨¦n tiene que abarcar a otras provincias afectadas. Ese ser¨¢ un desaf¨ªo importante.
Un problema clave es el costo. En 2013, la vacuna contra la fiebre amarilla costaba 0,82 d¨®lares por dosis en ?frica ¡ªun precio que la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo no puede afrontar¡ª. Un informe de 2015 realizado por M¨¦dicos sin Fronteras demostr¨® que la vacuna hoy cuesta casi 70 veces m¨¢s que en 2001.
Para peor, a¨²n si los pa¨ªses contaran con el dinero, el suministro est¨¢ seriamente restringido. El Instituto Pasteur de Dakar, en Senegal, una de las ¨²nicas cuatro instalaciones en el mundo que producen vacunas contra la fiebre amarilla, fabrica aproximadamente 10 millones de dosis por a?o, y el proceso de fabricaci¨®n es extremadamente dif¨ªcil de aumentar. Es m¨¢s, el Instituto Pasteur est¨¢ por cerrar para una renovaci¨®n de cinco meses, durante la cual no podr¨¢ producir m¨¢s vacunas.
Afortunadamente, todo indica que la situaci¨®n va a mejorar. El Instituto Pasteur est¨¢ construyendo una nueva instalaci¨®n a unos 30 kil¨®metros de Dakar, en Diamniadio, que seg¨²n se espera triplicar¨¢ la producci¨®n en 2019. Otro fabricante de vacunas contra la fiebre amarilla, Sanofi Pasteur en Francia, tambi¨¦n est¨¢ expandiendo su capacidad de producci¨®n. (Los otros dos fabricantes est¨¢n en Brasil y Rusia).
No obstante, por ahora, los suministros son ajustados. Una manera de estirar las provisiones existentes podr¨ªa ser administrar una dosis fraccional (una quinta parte de la dosis habitual) que tambi¨¦n, se ha demostrado, protege contra la fiebre amarilla.
Pero tal vez eso no sea suficiente si el virus se propaga a¨²n m¨¢s. Y, desafortunadamente, la alta densidad del mosquito Aedes aegupti en las zonas afectadas significa que el riesgo de transmisi¨®n sigue siendo alto.
La alta densidad del mosquito Aedes aegupti en las zonas afectadas significa que el riesgo de transmisi¨®n sigue siendo alto
Un brote en una regi¨®n como Asia, que carece de experiencia con una epidemia de fiebre amarilla y no tiene capacidad para fabricar la vacuna, ser¨ªa particularmente dif¨ªcil de controlar. Seg¨²n John P. Woodall, el fundador del servicio de alerta de enfermedades ProMED, si la fiebre amarilla se propaga a partes de Asia con las especies de mosquitos y el clima propicios, cientos de miles de personas podr¨ªan infectarse (y posiblemente morir) antes de que se hayan entregado las vacunas.
Tambi¨¦n est¨¢n dadas las condiciones para que el virus se propague en el continente americano, que alberga a vectores del mosquito Aedes que no s¨®lo transmite la fiebre amarilla, sino tambi¨¦n el dengue, el Zika y la chikungunya. La Organizaci¨®n Panamericana de la Salud ya ha declarado una alerta epidemiol¨®gica de fiebre amarilla en Am¨¦rica latina.
Para ayudar a limitar la propagaci¨®n de la fiebre amarilla, las regulaciones internacionales de salud requieren que todas las personas que viajen a los 34 pa¨ªses donde es end¨¦mica presenten un certificado de vacunaci¨®n. Pero la implementaci¨®n de esas regulaciones depende de la capacidad de cada pa¨ªs y, por lo tanto, est¨¢ lejos de ser perfecta. Un total de nueve casos de fiebre amarilla importados de Angola y confirmados por laboratorio ya han sido reportados por el Punto Focal Nacional de RSI (Reglamento Sanitario Internacional) de China. Los informes de infecci¨®n de fiebre amarilla en viajeros no inmunizados que regresaron de un pa¨ªs donde la vacunaci¨®n contra le enfermedad es obligatoria resalta la necesidad de reforzar la implementaci¨®n de requerimientos de vacunaci¨®n.
La OMS est¨¢ trabajando estrechamente con varios socios y el Gobierno de Angola para combatir el brote actual. Pero, como han se?alado algunos expertos de salud, todav¨ªa hay mucho por hacer. La OMS ahora debe convocar un comit¨¦ de emergencia para coordinar una respuesta internacional m¨¢s amplia, movilizar fondos y liderar la r¨¢pida incrementaci¨®n de la producci¨®n de la vacuna, as¨ª como un ¡°comit¨¦ de emergencia permanente¡± capaz de enfrentar futuras crisis de salud p¨²blica de manera r¨¢pida y efectiva.
Melvin Sanicas es miembro del Programa de Salud Global de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates.
Copyright: Project Syndicate, 2016. www.project-syndicate.org
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