Eso de ser progenitor es una tarea harto compleja. Como vulgarmente se dice, los ni?os no traen libro de instrucciones bajo el brazo y a menudo no se sabe c¨®mo acertar. Por ejemplo, con la alimentaci¨®n, tema sobre el que a menudo hay informaciones confusas, incluso contradictorias. Nos referimos especialmente a la alimentaci¨®n a partir del primer a?o de vida, cuando la leche materna que aporta al beb¨¦ todos los nutrientes que necesita para desarrollarse, se deja atr¨¢s. Y hay que empezar a ofrecer al peque?o una dieta equilibrada adaptada a sus necesidades.
Es en ese momento cuando se nos plantea la duda de qu¨¦ leche le hemos de dar. Por un lado tenemos la de vaca, la que consumimos todos en casa. Por otro nos encontramos en el mercado con las leches de crecimiento, especialmente indicadas para ni?os entre uno y tres a?os.
La cosa queda m¨¢s clara si echamos un ojo al Acta pedi¨¢trica Leches de Crecimiento, un completo estudio en el que se explica qu¨¦ nutrientes requieren los ni?os en esta etapa de su vida. Lo cuenta uno de sus autores, Jaime Dalmau Serra, de la Unidad de Nutrici¨®n y Metabolopat¨ªas del Hospital Universitario La Fe, de Valencia: ¡°La teor¨ªa es que al ni?o tras la lactancia materna, a partir de un a?o aproximadamente, se le puede administrar leche de vaca. Es correcto desde el punto de vista conceptual. Pero si se observa y analiza lo que comen los ni?os de esa edad, es decir, la dieta que reciben, se evidencia que ingieren nutrientes muy por encima de sus necesidades que se deber¨ªan controlar; y que tienen carencias igualmente importantes de otros¡±.
Dalmau se refiere en concreto a las prote¨ªnas: ¡°La leche de vaca tiene m¨¢s prote¨ªnas que la humana. Si le sumamos las que consumen en carnes, pescados y huevos, el resultado es hasta cuatro veces por encima de lo recomendado¡±. Por otro lado, est¨¢n las necesidades en hierro ¨Cfundamental para el desarrollo cognitivo del ni?o¨C, vitamina D y ¨¢cido docosahexaenoico (DHA). Seg¨²n un informe realizado por EFSA (European Food Safety Authority), los ni?os europeos van escasos en el consumo de estos tres nutrientes.
Es en este punto en el que entran las leches de crecimiento, que contienen menos prote¨ªnas y est¨¢n enriquecidas con Omega-3 DHA, Hierro y vitamina D, entre otros nutrientes. ¡°Estas leches se caracterizan, adem¨¢s, por contener m¨¢s grasas polinsaturadas y menos grasas saturadas¡±, comenta Dalmau. Su conclusi¨®n es clara: ¡°Si la dieta habitual no es la id¨®nea, tal como muestran los estudios de encuestas diet¨¦ticas en ni?os espa?oles peque?os (y del resto de Europa) probablemente este tipo de leches fortificadas juegan un papel en la alimentaci¨®n¡±.
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