Por qu¨¦ es un error besarse bajo una tormenta de verano
Pueden resultar rom¨¢nticas, pero sobre todo son peligrosas. C¨®mo protegerse del el¨¦ctrico fen¨®meno que afecta estos d¨ªas a Espa?a
Es verano: est¨¢ uno a la hora morada del atardecer tomando una ca?a en las terrazas, pero de pronto empieza a soplar un viento sospechoso, el cielo se encapota y, all¨¢ en la lejan¨ªa, las nubes comienzan a iluminarse repetidamente por los rel¨¢mpagos. Lo m¨¢s probable es que pronto empiece a llover y que nos coja el chaparr¨®n (es verano) sin paraguas, y haya que correr a refugiarse. As¨ª comienzan las tormentas de verano, esas que nos encuentran en mangas de camisa. Aunque las frecuentes tormentas que se han visto en Espa?a en los ¨²ltimos d¨ªas son algo m¨¢s que eso.
Si estos fen¨®menos suelen ser puntuales, r¨¢pidos, localizados en un lugar concreto de la geograf¨ªa, lo que se est¨¢ ocurriendo en la pen¨ªnsula (y se mantendr¨¢ el fin de semana) es una situaci¨®n m¨¢s generalizada. "Hay una zona de baja presi¨®n en torno a los 5.000 metros de altura que ha llegado a cubrir la totalidad del territorio peninsular y, dentro, ha habido bolsas de aire fr¨ªo en ciertas zonas", explica Ana Casals, portavoz de la Agencia Espa?ola de Meteorolog¨ªa (AEMET). As¨ª, la diferencia de temperatura entre la c¨¢lida superficie (de unos treinta y tantos grados) y esa capa de la atm¨®sfera (a unos 12 grados bajos cero), ha sido de unos 50 grados. El aire caliente sube, el aire fr¨ªo baja, se crean c¨¦lulas de convecci¨®n, nubes de tormenta (los cumulonimbos, que pueden tener m¨¢s de 10 kil¨®metros de altura y llegar a la estratosfera), y la consiguiente tormenta, con sus precipitaciones, sus granizos y sus rayos. Podr¨ªamos decir que las convencionales son versiones m¨¢s manejables de este mismo proceso, sin esa gran ¨¢rea de baja presi¨®n y esas bolsas de aire fr¨ªo en altura.
¡°En las ciudades, el riesgo es menor, pero en campo abierto somos como pararrayos andantes", Ana Casals
Adem¨¢s de ahuyentar a turistas y ociosos de las terrazas, tambi¨¦n han tenido otras consecuencias m¨¢s serias, como espectaculares granizadas (en algunos lugares cayeron bolas de granizo del tama?o de bolas de golf), da?os en cultivos extreme?os, en cuadras asturianas, inundaciones en Zaragoza, o una bajada general de las temperaturas. A veces las tormentas nos traen olor a campo, a tierra h¨²meda: tambi¨¦n suelen llevar a los ciudadanos al¨¦rgicos a Urgencias, sobre todo durante los primeros minutos. Las tormentas el¨¦ctricas pueden concentrar polen a la altura de las v¨ªas respiratorias, seg¨²n ha publicado recientemente la revista cient¨ªfica Clinical & Experimental Allergy.
Que no le pillen dentro del agua
?Qu¨¦ hacer cuando nos sorprende una? No se deje llevar por el romanticismo. ¡°Aunque muchas veces no los tengamos en cuenta, los rayos tienen su peligro y es conveniente protegerse de ellos¡±, dice Casals. Solo el pasado 6 de julio cayeron m¨¢s de 6.000 rayos en toda Espa?a. ¡°En las ciudades, con los pararrayos y los edificios, el riesgo es menor, pero en campo abierto somos como pararrayos andantes. Tampoco se debe estar metido en el agua del mar o de una piscina. Y si estamos en un coche, que sea con las ventanas bajadas¡±, explica la meteor¨®loga. ¡°El peligro puede no ser aparente: se dan casos de ca¨ªda de rayos a m¨¢s de 20 km de distancia del lugar en que descarga la tormenta¡±, informa la asociaci¨®n de agentes forestales de la Comunidad de Madrid (APAF-Madrid).
En campo abierto es conveniente evitar lugares elevados, deshacerse del material met¨¢lico, no refugiarse bajo los ¨¢rboles, alejarse de masas de agua y huir de cuevas o bajo salientes rocosos. No eche a correr con la ropa mojada (eso puede atraer a los rayos). Las se?ales de que le va a caer uno encima son las siguientes: los metales cercanos brillan y chispean, se nos eriza el pelo y se nota un cosquilleo en el cuerpo. En ese aterrador caso hay que adoptar la posici¨®n de seguridad: en cuclillas, solo tocando el suelo con el calzado. Lo mejor, meterse en casa, poner m¨²sica apropiada y mirar melanc¨®licamente la lluvia a trav¨¦s de la ventana. Porque, como escribi¨® el autor de novela negra Don Winslow, ¡°las tormentas hacen surgir los recuerdos, igual que dejan cosas flotando en la playa¡±.
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