Los Andes siembra lluvia para hacer frente a la sequ¨ªa
Per¨² recupera una t¨¦cnica inca contra la escasez de agua en la cordillera por el cambio clim¨¢tico
En la localidad peruana de Huacapunco, en la regi¨®n andina de Cuzco, estaban buscando financiaci¨®n para represar una qocha (laguna en quechua) en la parte alta de su distrito. El objetivo era poder canalizar el agua, cada vez m¨¢s escasa por la falta de regularidad de las precipitaciones en la ¨¦poca de lluvias y el sobrepastoreo, hacia sus zonas de pastos y de cultivos. Sin embargo, cuando llamaron a la puerta del Programa de Adaptaci¨®n al Cambio Clim¨¢tico (PACC) en Per¨², un proyecto de la cooperaci¨®n internacional suiza, encontraron una propuesta todav¨ªa mejor y mucho m¨¢s barata: sembrar el agua de la lluvia para alimentar los acu¨ªferos que surt¨ªan sus manantiales.
Esta t¨¦cnica se llama siembra de agua y ya era usada por los incas, pero se hab¨ªa perdido. Desde hace unos a?os est¨¢ siendo cada vez m¨¢s demandada por los pueblos andinos con problemas de agua gracias a sus buenos resultados.
Las qochas, explica Flavio Valer, asesor del PACC y uno de los impulsores de la siembra de agua, pertenecen a una pr¨¢ctica antigua que consiste en almacenar agua en lagunas naturales en las zonas altas de forma que sirvan de abrevadero, "pero indirectamente ese agua se est¨¢ infiltrando al suelo y aportando caudal a los manantes" o puquios, como denominan en las regiones andinas de Per¨² a los manantiales, que brotan el la parte baja, por la ladera de la monta?a.
¡°Pero no se ha continuado con este almacenaje y en los ¨²ltimo 100 a?os m¨¢s bien al contrario, mucha gente ha drenado las qochas para sacar el agua y regar m¨¢s abajo¡±, explica Valer. De este modo, ¡°han estado atentando contras los manantes y muchos se han secado por eso¡±, lamenta.
Sin qochas, el agua que cae en la temporada de lluvia se va monte abajo r¨¢pidamente y se desperdicia. Cuando llega la temporada de sequ¨ªa, no queda nada y los manantiales, que antes eran abundantes y creaban un multitud de bofedales, o humedales de altura donde los animales abrevaban en esta ¨¦poca, se iban secando. As¨ª, estas lagunas situadas en la cabeceras de cuenca, en lo alto de la monta?a, act¨²an como reguladores del agua y los campesinos tienen suministro durante todo el a?o.
Con los efectos del cambio clim¨¢tico, esta regulaci¨®n resulta cada vez m¨¢s importante en los Andes, dando que mientras que antes la temporada de lluvia empezaba en septiembre u octubre y duraba hasta abril,
Ahora se est¨¢ acortando y no empieza hasta finales de a?o o enero, apunta Valer. Adem¨¢s, agrega, ¡°antes las lluvias eran suavecitas. Toda la noche pod¨ªa estar lloviendo. Pero ahora son torrenciales. La misma cantidad de lluvia que antes ca¨ªa toda la noche, ahora cae en media hora. Y el agua se va, no se infiltra. No hay posibilidades de retener¡±.
Fernando Ucsa, vicepresidente de Huacapunco, explica que cada vez era m¨¢s notoria la escasez de agua. ¡°Nunca hab¨ªamos visto tan fuerte la sequ¨ªa porque ahora llueve cuando no deber¨ªa llover, cae helada cuando no deber¨ªa caer la helada, la lluvia ya no es normal¡±, describe. ¡°Cuando yo ten¨ªa 10-15 a?os hab¨ªa manantes m¨¢s abajo, pero desde hace cinco o diez a?os empezaron a secarse. La gente estaba empezando a pelearse por el agua¡±. Fue entonces cuando el PACC y la municipalidad de Colquepata, en cuya demarcaci¨®n se encuentra Huacapunco, les propusieron hacer siembra de agua en vez de un represamiento para entubar el l¨ªquido. ¡°Yo ten¨ªa la idea pero faltaba un soporte t¨¦cnico para poder implementar estas qochas¡±, recuerda Ra¨²l Bustos, alcalde de Colquepata.
Aqu¨ª es donde se vuelve fundamental la asesor¨ªa del PACC, que se encarg¨® de identificar los puntos id¨®neos para hacer estos dep¨®sitos de agua. ¡°Por el tipo de roca, s¨¦ d¨®nde va a infiltrar y donde no va a infiltrar¡±, indica Valer. ¡°Dependiendo del tipo de suelo la infiltraci¨®n va a ser mayor o menor, pero siempre va a haber¡±. Adem¨¢s, se?ala, hay que tener en cuenta aspectos como que el lugar no se encuentre sobre una falla geol¨®gica porque, si la hay, el agua se ir¨¢ por ah¨ª.
El proyecto abarc¨® a cuatro comunidades, pero en Huacapunco es donde mayor aceptaci¨®n tuvo. Les pareci¨® en seguida una buena idea. ¡°Cuando hac¨ªamos socavones siempre hab¨ªa una filtraci¨®n debajo de las rocas, entonces quiere decir que el agua ha estado guardada dentro de la superficie de la tierra¡±, sostiene Ucsa.
Todos los miembros de esta comunidad campesina, que tiene un r¨¦gimen de gesti¨®n colectiva de la tierra, estuvieron de acuerdo y se pusieron manos a la obra. Bajo el asesoramiento del PACC, que identific¨® los lugares en los que era conveniente hacer las qochas, lograron hacer nueve de ellas en s¨®lo seis d¨ªas.
Para estos dep¨®sitos de agua de utilizan depresiones naturales del a tierra al extremo de las cuales simplemente hay que construir un dique. ¡°En esta t¨¦cnica ancestral no se utiliza cemento o hierro, solamente el hombre con su pico, su pala y los materiales de la zona¡± para rellenar el dique: ¡°arcilla y champa (tierra compactada)¡±, comenta Bustos.
Los trabajos se hicieron en enero y los vecinos de Huacapunco ya est¨¢n empezando a ver los resultados. Aseguran que, a pesar de la escasez de lluvias en la temporada h¨²meda de este a?o, el riachuelo de la quebrada que baja de la cima y pasa por sus tierras segu¨ªa llevando un buen caudal, cuando el a?o pasado en julio ya se notaba fuertemente la disminuci¨®n. ¡°La gente se siente ahora m¨¢s alegre, m¨¢s c¨®moda, porque no hemos trabajado simplemente por gusto sino que hemos visto el resultado¡±, dice Ucsa.
Las qochas filtran el agua a los acu¨ªferos para que los manantiales no se sequen ?
Sin embargo, todav¨ªa est¨¢n a la espera del premio grande: la recuperaci¨®n de los manantiales, que tarda un poco m¨¢s. ¡°Como no ha habido lluvia no se ha podido captar todo el agua y los manantes todav¨ªa no han resurgido¡±, asegura el dirigente local.
¡°Pero sabemos que el agua debe estar buscando su camino por las grietas. Lo m¨¢s seguro es que este a?o los manantes que se han perdido los vamos a recuperar. Porque mira desde hace cuanto tiempo que ya no ha lluvia y sigue esa qocha¡±, afirma se?alando una de las lagunas artificiales situadas en la cima del cerro, un p¨¢ramo desolado y ventoso donde ya s¨®lo crece el ichu, una paja que es el pasto natural del altiplano andino. Esta se encuentra a unos 4.200 metros sobre el nivel del mar, mientras que el poblado est¨¢ un kil¨®metro ladera abajo, a 3.200.
¡°Puedo tener 5.000 metros c¨²bicos en la lagunita, pero adentro del monte puede hacer 10, 20, 50 veces m¨¢s, dependiendo del tipo de suelo, de las fisuras que haya¡±, comenta Valer, que destaca el aporte a largo plazo que supone la t¨¦cnica de la siembra.
Sin embargo, como en Huacapunco, los resultados en los manantiales y bofedales no es inmediato, sino que se aprecia al cabo de un tiempo que puede ser de un a?o o m¨¢s. Por lo que Valer recuerda que cuando comenzaron a usar la t¨¦cnica no fueron tan bien recibidos.
¡°En las primeras qochas que hicimos se sec¨® el agua despu¨¦s de unos tres o cuatro meses. Entonces la gente percib¨ªa que hab¨ªa perdido tiempo, dec¨ªa que para qu¨¦ serv¨ªa, que por qu¨¦ ni siquiera hab¨ªamos puesto pl¨¢stico o se hab¨ªa hecho con cemento (para evitar la filtraci¨®n)¡±, rememora. En el corto plazo, ellos prefer¨ªan retener el agua en la qocha para usarla de abrevadero, por ejemplo. ¡±Pero la finalidad de las qochas es otra: captar agua para alimentar los manantes que est¨¢n en la parte baja¡±.
La t¨¦cnica de la siembra de agua busca una suministro de agua m¨¢s sustentable a largo plazo que la de la de cosecha del l¨ªquido, es decir, la creaci¨®n de lagunas impermeabilizadas para distribuir su contenido a los regantes mediante canales o tuber¨ªas. Pero con este m¨¦todo, adem¨¢s de ser m¨¢s costoso, se desaprovecha una parte del agua por la evaporaci¨®n de la temporada de sequ¨ªa, donde el sol pega fuerte en las cimas andinas.
Finalmente, lograron los objetivos a largo plazo y ¡°manantes que se secaban en el mes de agosto ahora se han mantenido durante todo el a?o¡±, celebra Valer.
Estos manantiales generan bofedales, ¡°que son estrat¨¦gicos para el ganado en la temporada seca¡±, se?ala Juan Suyo, director de Estudios y Proyectos Ambientales del Instituto del Manejo de Agua (IMA) del Gobierno regional Cuzco.
Este organismo ha combinado las dos t¨¦cnicas en uno de sus proyectos m¨¢s exitosa, la represa de la laguna de Quescay, tambi¨¦n en el municipio de Colquepata. Esta era una laguna muy superficial situada tambi¨¦n a algo m¨¢s de 4.050 metros de altitud. Para poder utilizarla como suministro de agua para tres pueblos vecinos, el IMA hizo una presa, un canal que lleva el agua de lluvia de otras cuencas para poder llenara y un t¨²nel para poder desviar parte de su contenido hacia Chocopia, una comunidad campesina que vive en extrema pobreza en parte precisamente por la falta de agua.
Su vaso es impermeable, por lo que no alimenta los acu¨ªferos que tiene debajo. Pero como parte del proyecto se hicieron tambi¨¦n una serie de zanjas de infiltraci¨®n a su alrededor. ¡°El escurrimiento del agua que llueve es interceptado por la zanja, donde se queda el agua y va infiltrando. Ese agua no llega a la laguna¡±, que ya tiene suficiente volumen gracias al canal, detalla Suyo. Gracias a ello, los manantiales de la zona de Chocopia han comenzado a resurgir y ahora sus vecinos ni siquiera necesitan recurrir a todo el porcentaje del contenido de la laguna que les corresponder¨ªa.
¡°Estos bofedales el a?o pasado no estaban¡±, asevera Suyo, rebosante de satisfacci¨®n, al mostrar los ojos de agua de los que brota el agua metros m¨¢s abajo, junto al pueblo. El l¨ªquido que sale de ellos crean en la vegetaci¨®n rala de las laderas peque?as zonas h¨²medas, cuyo verdor destaca con la hierba amarilleada por el est¨ªo de alrededor. En estos humedales pastan varias vacas de los comuneros de Chocopia.
¡°Los bofedales los guardamos para ¨¦poca de secas para darles de comer a los animales. Son reservas forrajeras para ¨¦pocas cr¨ªticas¡±, dice Juana Quispe, presidenta del comit¨¦ de mujeres de Chocopia, quien certifica los beneficios que ha tra¨ªdo el agua a la comunidad: ¡°Antes no sac¨¢bamos ni dos litros de leche por vaca y ahora estamos sacando seis litros por cada orde?o¡±.
Adem¨¢s, a?ade, ¡°ahora todos criamos cuyes¡±, un roedor similar a la cobaya que sirve como alimento en todos los Andes. ¡°Antes ten¨ªamos pocos, hasta cinco cuyes que ten¨ªamos libres en la cocina. Ahora les hemos hecho corrales y estamos criando hasta 80 o 90 por familia¡±.
Su vecino Epifanio Condori tambi¨¦n est¨¢ sacando provecho de la mayor disponibilidad de agua. Antes sobreviv¨ªa gracias a dos vacas fam¨¦licas y a su huerto de patatas, que convert¨ªa luego en chu?o (patata deshidratada que se conserva durante todo el a?o). ¡°Ahora estoy con 10 vacas y cuyes, gallinas, una huerta para autoconsumo¡±, afirma mientras muestra en el patio de su casa su plantaci¨®n con cebollas, cilantro, coliflores¡ ¡°Antes, como no hab¨ªa pasto, no pod¨ªamos criar cuyes (que se alimentan de alfalfa). Ahora los cuyes y gallinas son para consumo nada m¨¢s, pero cuando tenga m¨¢s, los vender¨¦¡±, anticipa.
Los buenos resultados de la siembra de agua est¨¢ haciendo que se extienda esta t¨¦cnica en cada vez m¨¢s regiones de los Andes peruanos. En Colquepata, Ra¨²l Bustos quiere replicar el modelo en otras cuatro comunidades. Y los propios comuneros de Huacapunco quieren aumentar su n¨²mero de qochas. ¡°Tenemos ya planeado que debemos hacer m¨¢s cosechas de agua. Tenemos m¨¢s sitios adecuados identificados¡±, indica Ucsa. ¡°Con esta agua nunca vamos a tener sequ¨ªa porque los bofedales nunca se van a secar¡±.
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