Cinco claves para mantener el cerebro joven sea cual sea su edad
Espa?a es uno de los pa¨ªses con mayor esperanza de vida. Pero la cantidad no lo es todo: consejos para cumplir a?os sin perder la lucidez
Por mucho que ahora consideremos que los cincuenta de hoy eran los 30 de antes, y que constatemos que, en la actualidad, a los 70 muchas personas est¨¢n en plena forma, el tiempo transcurre cobr¨¢ndose su factura biol¨®gica. ¡°El envejecimiento es un proceso natural en el que el organismo sufre unos cambios fisiol¨®gicos que no son indicativos de ninguna enfermedad, pero que alteran determinadas funciones neurol¨®gicas¡±, explica el neur¨®logo Jes¨²s Porta-Etessam, director de la Fundaci¨®n del Cerebro, dedicada a la divulgaci¨®n y concienciaci¨®n de los problemas y enfermedades que afectan a este ¨®rgano. Pero ?qu¨¦ le pasa al cerebro cuando envejece? ¡°Desde una aproximaci¨®n estructural, va perdiendo neuronas y sinapsis [comunicaci¨®n neuronal], lo que ocasiona una menor capacidad de reacci¨®n refleja. En cambio, la reacci¨®n aprendida, que es espont¨¢nea, como por ejemplo la que ejercemos al mecanografiar, se conserva m¨¢s tiempo porque responde a la capacidad del cerebro de actuar de forma adelantada, lo que llamamos anticipaci¨®n¡±, precisa el especialista. Tambi¨¦n existe un descenso en la plasticidad neuronal que dificulta el aprendizaje, aunque se puede suplir con la experiencia y recursos previos. Por otro lado, la p¨¦rdida de neuronas en estructuras como el cerebelo merman la agilidad, y la reducci¨®n de las encargadas de controlar el tono muscular, reduce los reflejos osteotendinosos, que son contracciones musculares involuntarias provocadas por el estiramiento de un m¨²sculo tras el golpe de un tend¨®n, lo que sucede en la consulta cuando el m¨¦dico golpea su rodilla con un martillo. Este proceso mengua la masa muscular o sarcopenia y, por tanto, la fuerza f¨ªsica¡±.
Lo que aprenda hoy le ayudar¨¢ ma?ana: la experiencia puede compensar la falta de reflejos
Sin embargo, la minuta del tiempo es muy distinta para unos y otros, lo que depende de varios factores. La buena noticia es que muchos de ellos son manejables y podemos revertirlos para conseguir que los costes f¨ªsicos sean los estrictamente inevitables. ?El objetivo? Alcanzar esa etapa cada vez m¨¢s larga con plenitud, luz mental y con un proyecto ilusionante por delante del que disfrutar de un d¨ªa a d¨ªa liberado, por fin, de un sinf¨ªn de obligaciones.
El neurocient¨ªfico Francisco Mora, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid , y autor del libro ?Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro? (Alianza), ha estudiado en profundidad c¨®mo retrasar el deterioro de la mente y no dejan lugar a dudas de que se puede, y mucho. Desde luego, el elixir de la eterna juventud no existe, pero ralentizar la vejez s¨ª es posible, y, si la suerte y la gen¨¦tica nos acompa?an, no hay que cruzar siete mares para conseguirlo. Esa valiosa p¨®cima est¨¢ en un sitio exclusivo en el interior de nuestra cabeza. Con un peso de casi 1,5 kilos, el cerebro contiene unos 86.000 millones de neuronas que establecen entre s¨ª un extraordinario cableado cuyo mantenimiento depende, en gran parte, de nuestro estilo de vida. ¡°En general, en un cerebro sano las neuronas no mueren. As¨ª se cre¨ªa en los a?os cincuenta pero ha sido posteriormente descartado gracias a nuevas t¨¦cnicas de medici¨®n¡±, precisa Mora. ¡°Pero para mantenerlas en buen estado son muy importantes los h¨¢bitos y conductas, as¨ª como la actividad f¨ªsica y mental que hayamos realizado en las etapas anteriores a la vejez. Eso es lo que genera una suerte de reserva cognitiva, un almac¨¦n de potencia mental que podr¨¢ ser utilizado en etapas posteriores, cuando las demandas intelectuales lleguen a ser superiores a las capacidades cerebrales que tengamos¡±, a?ade el neurocient¨ªfico, que propone cinco medidas para automantenernos en plena forma mental:
1. Coma como un pajarito (o un boquer¨®n)
La primera medida para disfrutar de una lucidez plena durante muchos a?os tiene que ver con comer. Hay que hacerlo m¨¢s bien poco. Una de las razones es que la obesidad afecta a la funci¨®n cognitiva. Lo dice un estudio llevado a cabo por investigadores de las Universidades Carnegie Mellon y de Pittsburgh (EE UU) y dirigido por el psic¨®logo Timothy Verstynen, en base a una serie de resonancias magn¨¦ticas realizadas a una treintena de cerebros de personas adultas. Al observar las im¨¢genes de los sujetos con sobrepeso, se detect¨® una hiperconectividad. La presi¨®n sangu¨ªnea m¨¢s alta de lo normal y la inflamaci¨®n derivada del exceso de peso dificultan las conexiones neuronales, lo que repercute negativamente en las funciones cognitivas, en especial, en las ¨¢reas cerebrales desde las que se controlan los comportamientos impulsivos. Adem¨¢s, ¡°comer un 30% menos de lo habitual logra, entre otras muchas cosas, un descenso en la generaci¨®n de radicales libres, esas mol¨¦culas que afectan lentamente a la producci¨®n de energ¨ªa necesaria para desarrollar las funciones celulares de forma ¨®ptima y, adem¨¢s, reduce y ralentiza la actividad de ciertos genes que destruyen neuronas¡±, contin¨²a el catedr¨¢tico.
Por si fuera poco, comer menos despierta otros genes beneficiosos para el cerebro. Se ha comprobado en animales que los que ingieren un 30% menos de lo acostumbrado viven entre un 20% y un 50% m¨¢s que los que lo hacen sin restricci¨®n, reduciendo adem¨¢s a la mitad su tasa de c¨¢nceres y enfermedades vasculares. Pero no es necesario reducir la ingesta a diario: si lo hacemos d¨ªa s¨ª d¨ªa no, tambi¨¦n funciona, aunque lo que restemos sea del orden del 20%.
La estupidez tambi¨¦n es contagiosa: si atiborra su cerebro de temas basura, sin duda lo acusar¨¢
Encontrar un tentempi¨¦ para calmar su est¨®mago mientras trabaja no ser¨¢ tan sencillo. Si es dulce, sentimos decirle que el az¨²car impide pensar bien. Comer fruta mientras se trabaja afecta la capacidad de la insulina en su tarea de ayudar a las c¨¦lulas cerebrales a transformar los az¨²cares en la energ¨ªa necesaria para pensar. Y si es salado, atento: las grasas saturadas entorpecen la motivaci¨®n. Ingerir demasiadas obstaculiza la funci¨®n de la dopamina en el cerebro, un neurotransmisor esencial para mantener viva nuestra motivaci¨®n. As¨ª lo demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal: la alimentaci¨®n con alto contenido en grasa puede causar deficiencias en los circuitos cerebrales, que incide en los trastornos del estado de ¨¢nimo, empuja a comer m¨¢s cantidad y favorece las toxicoman¨ªas. A m¨¢s grasas saturadas ¨Ccomo sucede con las drogas¨C, m¨¢s ganas de comer mayores cantidades. En lugar de fructosa (el az¨²car de la fruta) o de patatas fritas, tome ¨¢cidos omega 3, como por ejemplo pescado azul o semillas de ch¨ªa y de calabaza, ya que contrarrestan esa interrupci¨®n protegiendo las sinapsis. Ciertamente las c¨¦lulas necesitan glucosa, ¡°pero mucha, en un plazo corto de tiempo, es contraproducente¡±, afirma la nutricionista Sarah Brewer, formada en la Universidad de Cambridge y autora de numerosos libros sobre salud y nutrici¨®n.
2. Nada de footing: haga sprints o levante pesas
Esa dieta, sana y sin excesos, ha de ir acompa?ada de la pr¨¢ctica diaria de deporte. ¡°El ejercicio f¨ªsico aer¨®bico moderado es una de las conductas m¨¢s efectivas que existen para mantener la salud de todo el organismo y del cerebro en particular¡±, puntualiza Francisco Mora. El declive neuronal se retrasa y todo indica que el ejercicio act¨²a como antioxidante. Es decir, reduce la oxidaci¨®n celular y los niveles de radicales libres, mantiene sanos los vasos sangu¨ªneos cerebrales y mejora el estado f¨ªsico en general. A largo plazo, disminuye los s¨ªntomas de la depresi¨®n y la ansiedad y se estima que previene el alzh¨¦imer. Sin embargo, la mayor parte de nuestros conciudadanos ¨Csiete de cada diez¨C afirman no practicar ning¨²n ejercicio f¨ªsico diario. Pero nunca es tarde. Se ha demostrado que incluso empezando a practicarlo a una edad de entre 60 y 85 a?os, al poco tiempo mejoran las funciones mentales de aprendizaje, memoria y velocidad de procesamiento.
?Otro ejemplo? Durante un estudio se observ¨® a tres grupos de personas de 65 a?os: el primero no se jubil¨® y sigui¨® trabajando; el segundo se retir¨®, pero inici¨® un programa de ejercicio f¨ªsico diario; y el tercero opt¨® por hacer¡ m¨¢s bien nada. Pues bien, los test cognitivos que les realizaron a lo largo de cuatro a?os evidenciaron que los del tercer grupo adolecieron de un descenso constante y significativo del flujo sangu¨ªneo cerebral, algo que no sucedi¨® en los otros dos. Es incuestionable que el ejercicio anaer¨®bico alimenta esa reserva cognitiva, esa especie de pila que nos permitir¨¢ conservar una alta actividad mental durante un periodo m¨¢s largo de tiempo.
3. Disfrute de Facebook si quiere, pero desactive las notificaciones
Detenerse, vitalmente hablando, es otro detonante del declive mental. Mantener la mente ocupada a trav¨¦s de actividades enriquecedoras ¨Csea el desarrollo de hobbies, de relaciones sociales satisfactorias, leer, viajar o jugar al ajedrez¨C es sin duda esencial. Pero adem¨¢s de todas esas ocupaciones, Mora propone un par de actividades especialmente eficaces para ejercitar el cerebro: aprender un idioma nuevo o tocar un instrumento, porque ambas detonan un proceso muy completo que engloba aprender, memorizar, socializar¡ y, en definitiva, sorprenderse a uno mismo y tambi¨¦n a los dem¨¢s. Viajar tambi¨¦n genera un gran aprendizaje. Es una fuente continua de estr¨¦s bueno, porque despierta emociones nuevas, hace trabajar a la mente, conlleva descubrimientos y nos mantiene vivos, despiertos y pendientes de los acontecimientos.
Pero adem¨¢s, el ser humano necesita vivir en interacci¨®n social permanente. El aislamiento es una de las causas principales de muchas enfermedades mentales y est¨¢ probado que las personas con sentido de pertenencia a un grupo o comunidad est¨¢n m¨¢s protegidas contra la demencia o el alzh¨¦imer. Eso s¨ª, rod¨¦ese de personas con las que pueda mantener un di¨¢logo y un v¨ªnculo emocional positivo, si no, el resultado ser¨¢ contraproducente: un estr¨¦s cr¨®nico de tipo social que no hace sino provocar la atrofia de las neuronas. Adaptarse a los cambios sociales es tambi¨¦n un requisito importante. Actualice su sistema operativo, no se quede atr¨¢s, tecnol¨®gicamente hablando, mant¨¦ngase informado: el mundo no para de transformarse.
Un gen podr¨ªa proteger el de los fumadores
Un estudio liderado por Morgan E. Levine, geront¨®logo de la Universidad del Sur de California, ha concluido que no todos los fumadores mueren j¨®venes. Es m¨¢s, se ha demostrado que algunas de las personas m¨¢s longevas del mundo ¨Ccomo la francesa Jeanne Calment, que vivi¨® hasta los 122 a?os¨C hab¨ªan fumado pr¨¢cticamente toda su vida. ?C¨®mo puede ser? Seg¨²n la investigaci¨®n de Levine, publicada en The Journals of Gerontology, existe un determinado grupo de personas cuyo ADN no es como el del resto de los mortales: albergan un grupo de genes capaces de promover la longevidad mediante una gran capacidad de reparaci¨®n celular. As¨ª, los afortunados portadores, ante riesgos biol¨®gicos como el tabaco que acabar¨ªan por matar a la mayor¨ªa de personas, suelen salir indemnes. Sin embargo, Levine puntualiza que este exclusivo grupo de humanos es extremadamente peque?o. La posibilidad de que usted pertenezca a ¨¦l es menor que ¨ªnfima. No se lo tome como una excusa para seguir fumando.
Otra cuesti¨®n esencial es utilizar su memoria. Seg¨²n la psic¨®loga Betsy Sparrow de la Universidad de Columbia, la era de Internet ha cambiado la manera de funcionar. Ahora recordamos mejor d¨®nde hemos guardado una informaci¨®n que la informaci¨®n en s¨ª, pues utilizamos la Red como almac¨¦n de recuerdos. Seg¨²n Microsoft, hace 15 a?os nuestra capacidad de atenci¨®n continuada (mientas navegamos en la red) era de 12 segundos. Hoy solo es de ocho.
4. Piense en c¨®mo viv¨ªan nuestros abuelos
?C¨®mo lleva lo de dormir? ?Respeta usted su ritmo circadiano? So?ar lo suficiente y trabajar (solo) en horario solar es esencial para un buen funcionamiento de la mente. Las personas que no lo hacen acaban padeciendo impactos en el comportamiento. El psic¨®logo Lance Kriegsfeld, profesor de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), estudi¨® el efecto de los desfases horarios de seis horas con h¨¢msteres, de forma equivalente a los que nos afectan, por ejemplo, en un vuelo Nueva York a Par¨ªs; comprob¨® que, a posteriori, sufr¨ªan d¨¦ficit de atenci¨®n incluso un mes despu¨¦s de haber recuperado la normalidad. Adem¨¢s, los animales desfasados presentaron, en comparaci¨®n con los que hab¨ªan dormido bien, la mitad de nuevas neuronas en el hipocampo a lo largo de ese mes. Es decir, la llamada neurog¨¦nesis cay¨® en picado. No es probable que se produjeran menos neuronas, sino que una de dos: o muchas nuevas c¨¦lulas no acometieron su tarea con normalidad o murieron de forma prematura.
En Espa?a, la mayor¨ªa de urbanitas ¨²nicamente ve el 10% de las estrellas del cielo, frente a m¨¢s del 30% que perciben los habitantes de peque?os n¨²cleos o zonas rurales no aisladas. La contaminaci¨®n lum¨ªnica nos invade casi sin darnos cuenta, impidiendo que liberemos la melatonina suficiente. Conocida como la hormona de la oscuridad, la melatonina es un poderoso antioxidante ¨Cpresente en varios alimentos, como cebollas, fresas, moras, cerezas, pl¨¢tanos, cereales, nueces, vino y t¨¦ verde¨C que act¨²a por la noche, en ausencia de luz, en casi todas las c¨¦lulas y tejidos del organismo. Sin embargo, la luminosidad detiene su secreci¨®n, interrumpiendo su funci¨®n reparadora. De nuevo, los radicales libres campan a sus anchas deteriorando la maquinaria bioqu¨ªmica productora de la energ¨ªa que necesita.
5. Y si¨¦ntase joven hasta el final
Apagar la luz al ir a dormir es una idea excelente, en cambio haga lo posible para que no se apague su capacidad de desear¡ Estar motivado alimenta nuestra capacidad para sentir emociones, una palabra que procede del lat¨ªn emotio y que significa movimiento o impulso, aquello que nos mueve. ¡°La emoci¨®n es lo que nos motiva a querer seguir estando vivos¡±, subraya Mora. Por eso, cuando una persona opta por no querer salir de casa o no participar en ninguna actividad, puede ser un s¨ªntoma de que esa hoguera interior empieza a apagarse, y que a menudo representa el principio del fin. Es f¨¢cil detectar esa postura vital en las residencias para ancianos donde frecuentemente las personas se dejan morir sin tener ning¨²n problema fisiol¨®gico previo: es lo que se denomina apag¨®n emocional.
Cultivar intereses y relaciones es vital para evitarlo. Como tambi¨¦n sentirse ¨²til, esforzarse por no depender de los dem¨¢s, ayudar al pr¨®jimo en lo posible, ser agradecido con la vida y con el d¨ªa a d¨ªa, y disfrutar sin m¨¢s de las peque?as cosas. Sin duda, llegar a ser viejo, sano y tener la mente clara es todo un privilegio, recalca el neurocient¨ªfico, quien recuerda las sabias palabras de Plat¨®n: ¡°(¡) a medida que van debilit¨¢ndose otros placeres f¨ªsicos, van creciendo mis necesidades y goces por las cosas del esp¨ªritu (¡). La vejez provoca un inmenso sentimiento de paz y liberaci¨®n. Una vez que la tensi¨®n de los deseos llega a su fin (¡) se confirman las palabras de S¨®focles: viene a ser como despedirse de innumerables due?os. ?La felicidad completa!¡±.
Ya saben, lo dijo Einstein hace m¨¢s de un siglo: el tiempo es relativo. Y no hay duda de que, aunque pasa igual para todos, unos lo encajan, asimilan y aprovechan mucho mejor que otros. Lleno est¨¢ el mundo de j¨®venes con mentes caducas y, cada vez m¨¢s, de viejos en estupenda forma f¨ªsica y mental. Los genes influyen, las circunstancias ambientales, tambi¨¦n. Pero todo lo dem¨¢s, corre de nuestra cuenta. Mantener la mente joven no es solo una forma de vivir m¨¢s y mejor, tambi¨¦n es un acto de responsabilidad hacia uno mismo y hacia los dem¨¢s. Ser independientes, cuanto m¨¢s tiempo mejor, deber¨ªa ser un est¨ªmulo para todos. Como dijo alguien, "no olvide que hoy es lo m¨¢s joven que usted ser¨¢ nunca y lo m¨¢s viejo que ha sido jam¨¢s". As¨ª que, maneje bien su tiempo porque nadie lo har¨¢ por usted.
Cada vez vivimos m¨¢s
Gracias a los avances de la medicina, la esperanza de vida en los pa¨ªses desarrollados ha aumentado considerablemente. En Espa?a, m¨¢s de 40 a?os en el ¨²ltimo siglo, cifra que se ha duplicado en cuatro generaciones. Somos uno de los pa¨ªses con m¨¢s longevos entre su poblaci¨®n, con una esperanza de vida media de 82,8 a?os (80,1 para los hombres, 85,5 las mujeres), tras Jap¨®n (83,7 a?os), Suiza (83,4) y Singapur (83,1). Una buena noticia, sin duda, que est¨¢ cambiando de forma radical la percepci¨®n que hasta hace poco ten¨ªamos de la denominada tercera edad. Ojo al dato: si en 2006 hab¨ªa unas 6.000 personas centenarias en Espa?a, en 2050 se estima que ser¨¢n alrededor de 50.000. Esta prolongaci¨®n de la existencia va ligada a un deterioro f¨ªsico progresivo que aumenta al cerebro.
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