No hay que ir de blanco a ver p¨¢jaros
?ramos tres e ¨ªbamos a ver p¨¢jaros, una obsesi¨®n. La jornada promet¨ªa: nos sacaba de paseo ornitol¨®gico un cuarto amigo especialista en aves, el cient¨ªfico Jos¨¦ Luis Copete, y confi¨¢bamos en ver de todo. Una org¨ªa plum¨ªfera, vamos. Congregu¨¦ en mi casa de Viladrau, en el macizo del Montseny, a todo el grupo que se mostr¨® muy animoso hasta que les dije la hora H marcada: las cinco de la ma?ana. Llegaron como almas en pena. ¡°?Los p¨¢jaros no duermen?¡±, se quej¨® Evelio. Peter, que es ingl¨¦s, se hizo un l¨ªo con la hora y apareci¨® tarde, resollando.
Desde el punto de vista de la indumentaria ¨Celemento esencial aqu¨ª¨C cubr¨ªamos un amplio espectro. Peter iba tal y como uno imagina a un birdwatcher brit¨¢nico: s¨®lo le faltaba la bayoneta para parecer un sargento mayor de las Ratas del Desierto, pantal¨®n corto incluido. Evelio iba hecho un pincel, como suele, elegante hasta en las manchas. Copete era el ejemplo perfecto de la funcionalidad y la profesionalidad: vestir as¨ª lo mismo te vale para sexar ruise?ores en Mora de Ebre que para rastrear aves del para¨ªso en Nueva Guinea. El dressed for success en el birdwatching exige principios b¨¢sicos: hay que evitar la ropa brillante (?), que asusta a los p¨¢jaros, y especialmente el blanco, que, por lo visto, indica peligro en la naturaleza (por ejemplo, me digo, Moby Dick). El menos ortodoxo en indumentaria, as usual, era yo: cualquier ocasi¨®n me parece buena para disfrazarme y mi modelo esta vez era el gran Audubon (1785-1851), el legendario padre de la ornitolog¨ªa americana. Hijo ileg¨ªtimo de un capit¨¢n de nav¨ªo franc¨¦s, John James Audubon se embarc¨® en la aventura de dibujar todos los p¨¢jaros de Norteam¨¦rica para lo que, previamente, hab¨ªa de pegarles un tiro, pues son malos modelos y se mueven mucho. Me puse una chaqueta de ante, un sombrero y botas, me colgu¨¦ un macuto y lo cargu¨¦ con todo lo que suelo necesitar en el campo, que es cantidad, incluidos comestibles y la cantimplora secretamente rellena de gin tonic. A excepci¨®n del rifle y el tomahawk parec¨ªa Audubon redivivo, ese hombre que ¡°cuanto m¨¢s rara era el ave, con mayor impaciencia la persegu¨ªa¡±.
"Decidimos bajar al r¨ªo. Peter avanz¨® estoicamente con las piernas desnudas entre ortigas, digno hijo de su padre. El escenario era digno de 'El ¨²ltimo mohicano', y yo tambi¨¦n"
La primera parte de la expedici¨®n fracas¨®: los p¨¢jaros no se hab¨ªan despertado. Adem¨¢s, estableci¨® Copete, el verano no es buena estaci¨®n y la (mi) zona era mala mal¨ªsima. A m¨ª me importaba relativamente, al cabo iba hablando con Peter, que me explicaba que su padre estuvo en El Alamein y cay¨® prisionero del Afrika Korps. ¡°Esto es muy pobre¡±, segu¨ªa diciendo Copete, que lanzaba reclamos de distintas especies con el m¨®vil. El bot¨ªn era muy magro: un pico mayor de o¨ªdas, agateador, reyezuelo, un petirrojo cojo. Decidimos bajar al r¨ªo. Peter avanz¨® estoicamente con las piernas desnudas entre ortigas, digno hijo de su padre. El escenario era digno de El ¨²ltimo mohicano, y yo tambi¨¦n. ¡°Carbonero palustre¡±, musit¨® Copete.
Entonces el gu¨ªa marc¨® un alto y exigi¨® silencio alzando el pu?o como un suboficial de boinas verdes. ¡°Torcecuello¡±, dijo. La excitaci¨®n recorri¨® al grupo. Avanzamos al tresbolillo por un prado. Ascendimos una colina medio reptando. Sud¨¢bamos y jade¨¢bamos. El Vietcong nos iba a hacer trizas, quiz¨¢ cay¨¦ramos en una trampa de estacas afiladas untadas con excrementos. Imagin¨¦ c¨®mo quedar¨ªa el elegante Evelio empalado. Agazapados tras una pe?a, Copete, que no hab¨ªa dejado de lanzar el reclamo del ave y de hacer spishing (ruidos silbantes con la boca para atraer aves), se?al¨® arriba. Una silueta afilada se ense?oreaba del cielo. ¡°?Es un alcot¨¢n!¡±. Observamos maravillados al halc¨®n cernirse sobre nosotros. Un segundo alcot¨¢n alz¨® el vuelo, m¨¢s grande. ¡°?La hembra!¡±. ?Dos sensacionales halcones! Nos abrazamos alborozados y dimos por buenos el madrug¨®n y las penurias. Ya pod¨ªamos dejarlo e irnos a almorzar, y que viva Audubon.
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