Implantes neuronales, tecnolog¨ªas para el cerebro
Estos dispositivos prometen mejorar la calidad de vida de personas con diferentes discapacidades
El uso de la tecnolog¨ªa al servicio de la medicina y de la investigaci¨®n abre la puerta a asombrosos desarrollos que mejoran y prometen una mejor calidad de vida para las personas, especialmente para aquellas que padecen enfermedades. ?Es posible leer nuestra mente a trav¨¦s de aparatos tecnol¨®gicos? Esto que hace apenas unos a?os parec¨ªa parte de un relato de ciencia ficci¨®n, hoy resulta posible. Y representa uno de los grandes avances de la ciencia que abren la posibilidad de desarrollar una gran cantidad de t¨¦cnicas que pueden cambiar y mejorar la calidad de vida de miles de personas que padecen diferentes discapacidades. Se trata de los implantes neuronales, que son dispositivos tecnol¨®gicos que se conectan al cerebro de una persona; generalmente se colocan en la superficie del cerebro o la corteza cerebral. Act¨²an como pr¨®tesis biom¨¦dicas en ¨¢reas que se han vuelto disfuncionales como consecuencia, por ejemplo, de una lesi¨®n cerebral. ?Cu¨¢l puede ser su aplicaci¨®n? Se est¨¢ estudiando y evaluando su utilidad en discapacidades del movimiento. Mediante estos implantes se podr¨ªa lograr la manipulaci¨®n de objetos con el pensamiento. As¨ª, esta nueva tecnolog¨ªa permitir¨ªa que personas con distintos grados de inmovilidad pudieran accionar mecanismos rob¨®ticos ¨²nicamente con la fuerza de sus pensamientos.
Pongamos un ejemplo de estos avanzados estudios y su aplicaci¨®n. Cient¨ªficos de la Universidad de Pitts?burgh llevan adelante una investigaci¨®n con pacientes que tienen esta patolog¨ªa para analizar c¨®mo el cerebro traduce el pensamiento en acci¨®n. Una paciente voluntaria que forma parte de este experimento sufre un trastorno gen¨¦tico por el que perdi¨® el control de sus m¨²sculos, excepto los de la cabeza y el cuello. Le implantaron dos cuadr¨ªculas de electrodos en la corteza motora. Entonces, cuando la voluntaria piensa en mover el brazo, los electrodos detectan las oscilaciones cerebrales. Luego se ocupan de interpretarlas y traducirlas en comandos de movimiento que son ejecutados por un brazo rob¨®tico. A trav¨¦s de este mecanismo, esta voluntaria puede mover el brazo.
Otro avance lo representan las experiencias que tratan de lograr la comunicaci¨®n de cerebro a cerebro. Se pretende conocer lo que una persona piensa a trav¨¦s de un electroencefalograma. Los datos registrados se utilizan para producir un patr¨®n espec¨ªfico de actividad neuronal en otro individuo a trav¨¦s de corriente el¨¦ctrica o campos magn¨¦ticos. De esta forma, el otro participante piensa lo mismo que la primera persona.
Este procedimiento logr¨® llevarse a cabo en un estudio en el que los participantes ten¨ªan que comunicarse directamente a trav¨¦s de sus cerebros para realizar una tarea conjunta, un videojuego de barcos piratas. Uno ten¨ªa el rol de emisor de la informaci¨®n, pod¨ªa ver la pantalla y tomaba la decisi¨®n de disparar un ca?¨®n para derribar barcos; el otro era el receptor que solo pod¨ªa presionar el bot¨®n para disparar. Para ello ten¨ªa que recibir el mensaje del emisor. Para lograrlo era imprescindible el trabajo en conjunto. Pero, ?c¨®mo era posible ejecutarlo? El emisor contaba con un electroencefalograma que med¨ªa su actividad. Seg¨²n imaginara la mano disparando o no, variaban las oscilaciones de baja frecuencia del cerebro. Entonces el cambio en las oscilaciones era considerado una se?al para estimular el cerebro del receptor de manera que se lo incitara a mover la mano, sin ser consciente del impulso a hacerlo. La profundizaci¨®n en este tipo de t¨¦cnica abre un nuevo universo para los tratamientos.
Claro que estos descubrimientos requieren de una reflexi¨®n sobre los dilemas ¨¦ticos. En este sentido, la neuro¨¦tica se encarga de la discusi¨®n pr¨¢ctica sobre c¨®mo hacer investigaciones en esta ¨¢rea de manera ¨¦tica y de interrogarse acerca de las implicaciones del conocimiento del cerebro. Por ejemplo, la interface cerebro computadora puede violar nuestra intimidad y ser utilizada para espiar la vida ¨ªntima. Otro riesgo para el desarrollo de estos conocimientos es que el foco est¨¦ puesto en el avance de las tecnolog¨ªas y no en el objetivo que tienen las mismas. Primero debemos pensar lo que necesitamos evaluar y las hip¨®tesis de las que partimos y luego dar con los medios m¨¢s adecuados para medirlos. Es decir, la tecnolog¨ªa debe seguir el paradigma y no a la inversa. Por lo tanto, es necesario el desarrollo sostenido de una neurociencia rigurosa, responsable, ¨¦tica y cient¨ªficamente s¨®lida.
Facundo Manes es neur¨®logo y neurocient¨ªfico (doctor en Ciencias por la Universidad de Cambridge).
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