C¨®mo elegir la cola m¨¢s r¨¢pida del supermercado, seg¨²n las matem¨¢ticas

?Por qu¨¦ nos estresa tanto la espera? Pau Obiol, psic¨®logo de ISEP Cl¨ªnic Barcelona, especializado en bienestar emocional y mindfulness, explica que ¡°esperar en una cola nos genera malestar porque vivimos en base a expectativas. Si no se cumplen, como por ejemplo salir pronto del supermercado para ir a hacer la comida o volver al trabajo, el estr¨¦s y la ansiedad hacen su aparici¨®n. Este estado emocional comienza entonces a alimentar una corriente de pensamientos del tipo ¡®estoy perdiendo el tiempo¡¯, ¡®hoy no voy a poner comer¡¯, etc. As¨ª vamos entrando en un bucle que se retroalimenta cada vez m¨¢s. De hecho, muchas veces entramos en el modo piloto autom¨¢tico, es decir, nos desligamos del presente y reaccionamos a los est¨ªmulos que van surgiendo en el ambiente sin ser muy consciente de lo que hacemos o pensamos¡±. Se trata de un sentimiento universal, y por ello especialistas de todo el mundo lo han estudiado y han hallado f¨®rmulas para elegir la cola m¨¢s r¨¢pida. Entre ellas, una que tiene que ver con las matem¨¢ticas.

Es la conclusi¨®n de Dan Meyer, matem¨¢tico y director de Desmos, un centro de ense?anza online. Este profesor cuenta en su blog que hay factores que influyen m¨¢s en la velocidad de avance de la cola que la cantidad de productos que llevan los clientes. Entre los saludos, comentarios sobre el tiempo o la salud, la manera de pagar (en met¨¢lico o con tarjeta), la rapidez en llenar las bolsas de cada persona¡­, calcula que se pierden una media de 48 segundos por comprador. Despu¨¦s, pasar cada art¨ªculo lo contabiliza en 2,8 segundos, por lo que una compra grande de 100 productos significa un total de 5,4 minutos. En cambio, cuatro personas con un total de 20 productos cada uno, tardar¨¢n (al tener que a?adir los 48 segundos de otros factores multiplicados por cuatro) un total de 6,9 minutos. Conclusi¨®n: no se asuste si el de delante ha comprado toda la tienda; la cola ir¨¢ m¨¢s r¨¢pida que si se pone detr¨¢s de cuatro compradores con pocos art¨ªculos en sus cestas.

Same Ole Line Dudes es una empresa estadounidense que se encarga de hacer cola por usted. A su fundador, Robert Samuel, se le ocurri¨® la idea del negocio justo cuando se qued¨® sin trabajo y esa misma semana las filas daban la vuelta a los edificios de Nueva York esperando la salida del iPhone 5. El negocio parece funcionarle bien ¡ªcobra 25 d¨®lares por hora de espera¡ª, y hace poco contaba su experiencia al New York Times dando un par de trucos a los lectores: ¡°Hay que ir siempre a las colas situadas a la izquierda porque la mayor¨ªa de las personas, al ser diestras, siempre tienden a dirigirse a la cola de la derecha, lo que las hace m¨¢s concurridas¡±. Tambi¨¦n recomendaba elegir siempre a las mujeres cajeras: su experiencia le ha demostrado que son m¨¢s ¨¢giles con las transacciones.

En su libro Why does the other line always move faster? (?Por qu¨¦ la otra fila siempre va m¨¢s r¨¢pido?), David Andrews aconseja elegir las colas donde hay mayor¨ªa de hombres: ellos tienen menos paciencia y, de hecho, cabe la posibilidad de que se rindan y abandonen la fila. Otro truco es observar el tipo de producto que tienen los compradores de delante, ya que si son muchos productos, pero todos iguales (por ejemplo, 20 botellas del mismo refresco) la caja ir¨¢ m¨¢s r¨¢pida. Tambi¨¦n recuerda que pagar en met¨¢lico ayuda a terminar antes y que los clientes de edad avanzada, las familias y las personas que van acompa?adas de amigos suelen entretenerse m¨¢s a la hora de efectuar el pago.

Seg¨²n cifras del profesor Richard Larson, del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (EE UU), considerado el mayor experto en filas, se estima que los americanos pasan el equivalente a dos a?os de su vida haciendo cola. Visto as¨ª, suena a pesadilla. ¡°Cuando estamos percibiendo la situaci¨®n en la que nos encontramos como totalmente negativa, nuestra atenci¨®n se dirige al paso del tiempo, a contar los minutos y segundos de espera. Por ello parece que el tiempo transcurre m¨¢s despacio¡±, describe el psic¨®logo Pau Obiol. Por ello, Larson, que lleva d¨¦cadas estudiando la espera y ha escrito m¨¢s de 75 art¨ªculos sobre el tema, se confiesa un entusiasta del sistema de Disney, seg¨²n el cual sus clientes perciben esperar 45 minutos para una atracci¨®n de dos minutos de duraci¨®n como la experiencia de su vida. ¡°Construyen todo tipo de entretenimiento y crean expectaci¨®n desde la fila, por lo que el cliente ya se siente que est¨¢ disfrutando de la atracci¨®n desde el momento en que se coloca en la cola¡±, indica el experto. Lo malo es que en el s¨²per de nuestro barrio no tenemos a Mickey Mouse haci¨¦ndonos monadas, pero siempre nos quedar¨¢ nuestro smartphone.