C¨®mo saber si su hijo adolescente bebe aunque le jure que no lo hace
El problema angustia a los padres, pero no siempre es f¨¢cil detectarlo. Esta es la t¨¦cnica a seguir
El binomio adolescentes-alcohol siempre causa inquietud a los padres, pero esta preocupaci¨®n se vuelve angustiosa ante noticias de episodios que terminan en tragedia. Y la verdad es que los padres tienen motivos para alarmarse: el Plan Nacional sobre Drogas alerta de que en nuestro pa¨ªs la edad media de inicio en el consumo de alcohol es de 13,9 a?os, lo que significa que hay ni?os que comienzan a beber desde antes. Y los resultados de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Ense?anzas Secundarias 2014/2015 concluyen que el 76,8% de los chavales entre 14 y 18 a?os ha consumido alcohol en el ¨²ltimo a?o, y el 68,2% en el ¨²ltimo mes. Adem¨¢s, uno de cada tres escolares ha tomado alcohol en forma de atrac¨®n (binge drinking) en los ¨²ltimos 30 d¨ªas, una de las ¡°modalidades¡± m¨¢s peligrosas, pues el consumo masivo de bebidas alcoh¨®licas en un periodo corto de tiempo resulta mucho m¨¢s agresivo para el organismo que el mismo consumo realizado durante un intervalo de tiempo m¨¢s prolongado.
¡°El consumo de alcohol en la adolescencia no es un problema de unos pocos, sino un problema social, y para prevenirlo los padres deben mantenerse muy alerta", afirma el doctor Mariano de Iceta, jefe del Servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital Universitario Infanta Sof¨ªa (San Sebasti¨¢n de los Reyes, Madrid). ?C¨®mo? "Primero, dando buen ejemplo a su hijo: si el alcohol est¨¢ presente en la casa, que su consumo sea siempre moderado, nunca masivo. Segundo, prohibiendo su acceso a los menores, pues adem¨¢s de nocivo para la salud, es ilegal. Y tercero, aprendiendo a distinguir los signos de que un menor est¨¢ consumiendo alcohol, pues detectar que algo pasa desde los primeros momentos en que empieza a ocurrir es el paso inicial para evitar que el problema se agrave y poder solucionarlo con m¨¢s facilidad¡±, responden. Estas son algunas se?ales que pueden alertarle de que tiene un problema en casa:
Su comportamiento es err¨¢tico cuando llega por la noche: Es habitual que despu¨¦s de salir con los amigos, el menor que ha bebido se escabulla r¨¢pidamente a su habitaci¨®n. Los expertos recomiendan a los padres que, pese a todo, intenten cruzar dos palabras con ¨¦l. Si el chico o la chica ha estado bebiendo, su aliento le delatar¨¢. Lo mismo que si su boca despide un intenso olor a chicle: o es un fan¨¢tico de la goma de mascar a las tres de la ma?ana o seguramente estar¨¢ tratando de camuflar los efluvios del alcohol. Lo que desde luego no hay que hacer es ponerse en el papel de detectives y empezar un interrogatorio intempestivo. "Esto provoca que el ni?o vea a sus padres como enemigos, y termina siendo contraproducente", dice el psiquiatra.
Llega enrojecido y se mueve con torpeza: Aproveche el momento para buscar signos como enrojecimiento ocular o rubor facial tambi¨¦n pueden evidenciar que su hijo le ha dado a la botella. F¨ªjese tambi¨¦n en sus movimientos. El desequilibrio en la marcha y la torpeza motora revelar¨¢n que est¨¢ mareado, lo mismo que una conducta desinhibida y cierta euforia. Al d¨ªa siguiente puede mostrarse m¨¢s ap¨¢tico, inapetente, enlentecido y desganado.
Tiene bruscos cambios de humor: David Ribera Jim¨¦nez, t¨¦cnico en conductas adictivas del Centro Can Rossell¨® (Barcelona), alerta de alteraciones en el comportamiento cotidiano que pueden servirle de pista. ¡°Los padres notar¨¢n empobrecimiento del vocabulario, disminuci¨®n de la comunicaci¨®n verbal y afectiva, irritabilidad, altibajos de humor, disminuci¨®n o aumento del apetito, llanto frecuente, ansiedad, trastornos del sue?o¡¡±, se?ala.
¡°Los padres notar¨¢n empobrecimiento del vocabulario, disminuci¨®n de la comunicaci¨®n, altibajos de humor¡" (David Ribera Jim¨¦nez, t¨¦cnico en conductas adictivas)
Se ha vuelto taciturno y ha cambiado de amigos: "Un cambio s¨²bito de amistades podr¨ªa ser otra mala se?al", seg¨²n Ribera Jim¨¦nez, sobre todo si va acompa?ado de cierto secretismo. Poco o nada saben los padres de con qui¨¦nes se est¨¢ juntando su hijo, a d¨®nde van, qu¨¦ hacen¡ ?Son de su misma edad o mayores?
Se le ve desmotivado: ¡°El abandono de sus actividades habituales de ocio, la despreocupaci¨®n por los estudios y la dejadez en sus responsabilidades¡± tambi¨¦n nos estar¨¢n indicando, seg¨²n Ribera Jim¨¦nez, que el ni?o puede estar bebiendo sin que usted lo sepa.
Usted descubre vac¨ªos en su mueble-bar (y en su cartera): ?Echa en falta la botella de ron de su armarito de bebidas? ?De un tiempo a esta parte tiene la sensaci¨®n de que los billetes desaparecen como por arte de magia de su cartera? "Tambi¨¦n es frecuente que le pidan con insistencia un aumento de la paga", a?ade Ribera. Puede que la respuesta sea una sola palabra: botell¨®n.
?Y ahora qu¨¦ hacemos?
Ante estos signos debemos dejar muy claro al adolescente que rechazamos su conducta de beber alcohol. Como se?ala MedlinePlus, la web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el consumo de alcohol en edades tan tempranas da?a las c¨¦lulas cerebrales, lo que hace que los chicos rindan menos en el colegio, adopten conductas conflictivas, se vuelvan m¨¢s vulnerables al consumo de otras drogas y corran m¨¢s riesgo de sufrir trastornos mentales a lo largo de su vida.
¡°No sirve de nada rega?arle, gritarle ni enfadarse¡±, advierte David Ribera Jim¨¦nez. ¡°Hay que dejar el di¨¢logo para el d¨ªa siguiente, pero eso s¨ª, nunca obviarlo. Pasar por alto este comportamiento o intentar normalizarlo para evitar una bronca familiar es esconder la cabeza debajo del ala ante una situaci¨®n que tiende a agravarse con el paso del tiempo¡±.
Resulta primordial encontrar un porqu¨¦, como aconseja el psiquiatra del Hospital Infanta Sof¨ªa: ¡°Es fundamental que nos cuente en qu¨¦ situaci¨®n estaba cuando bebi¨®, qu¨¦ tom¨® y si lo ha hecho m¨¢s veces. Saber si se siente presionado por su grupo es una circunstancia muy distinta a que el adolescente beba porque no se siente bien consigo mismo, por ejemplo. Conocidas sus razones podemos mostrarle otras soluciones m¨¢s saludables para resolver sus conflictos e insistirle en los efectos negativos del alcohol y en su inutilidad para solventar problemas. Hecho esto, hay que acabar la conversaci¨®n con el compromiso por parte del menor de que no va a volver a beber en salidas posteriores y confiar en ¨¦l. Nuestra misi¨®n es acompa?arle y apoyarle y, una vez habladas las cosas, dejarle decidir en ciertos ¨¢mbitos, puesto que no podemos seguir protegi¨¦ndole como cuando era un beb¨¦ ni perseguirle a escondidas cuando queda con sus iguales¡±.
Una respuesta madura para cada excusa
Desde el departamento de salud mental infanto-juvenil del Servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital Universitario Infanta Sof¨ªa nos explican c¨®mo rebatir las falsas expectativas que los j¨®venes persiguen al beber alcohol:
"Me relaciono mejor". No es verdad. En general, cuando beben no controlan lo que dicen, suelen mostrarse irritables y presentan conductas inadecuadas de las que al d¨ªa siguiente se arrepienten (es posible que ni siquiera las recuerden). Adem¨¢s, las interacciones sociales no tienen continuidad y no son aut¨¦nticas.
"Me divierto m¨¢s". ?C¨®mo es posible, si acaban la noche vomitando y mareados? Contrariamente a la idea que tienen de que van a estar m¨¢s euf¨®ricos y en¨¦rgicos, terminan la "fiesta" en un desagradable estado de sopor, faltos de reflejos y con dificultades para darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.
"Si no bebo, soy un pringao". La mayor¨ªa de los adolescentes sucumben a la presi¨®n de su grupo, con tal de sentirse integrados en ¨¦l. Hay que ponerles ejemplos de compa?eros que son muy valorados en su entorno por otras cualidades que no tienen nada que ver con "beber y saber aguantar" o descontrolarse y terminar en la sala de Urgencias de un hospital, tales como ser deportista, actor, m¨²sico o voluntario en una ONG.
"As¨ª ligo m¨¢s". ?Imposible! El mal aliento, las dificultades de pronunciaci¨®n y construcci¨®n de frases y la torpeza de movimientos no hacen a nadie m¨¢s atractivo, sino al contrario. Adem¨¢s, las chicas est¨¢n m¨¢s expuestas a situaciones de abuso sexual cuando est¨¢n intoxicadas.
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