Frases extintor: cuatro expresiones que cortan de golpe cualquier discusi¨®n de pareja
No son m¨¢gicas, pero s¨ª tienen efectos bals¨¢micos cuando la cosa se pone tensa
Los enfados en las parejas llegan por muchos flancos. Un 45% de los desencuentros se produce por el reparto de las tareas dom¨¦sticas, seg¨²n un informe publicado por la firma de electrodom¨¦sticos Philips a principios de noviembre. Los asuntos econ¨®micos nos ponen de morros en un 26% de ocasiones, y el trabajo, en un 18%. Y por extra?o que pueda parecerle, solo el 6% de las discusiones sentimentales tiene que ver con asuntos de celos o infidelidades.
Sin embargo, discutir no es lo mismo que pelear (por supuesto, siempre de palabra). ¡°Discutir es bueno, casi inevitable, pero pelear es destructivo¡±, explica Javier Escriv¨¢ Ivars, director del M¨¢ster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, y catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia. ?El paso inicial para evitar los roces? Dejar de mirarse el ombligo y ponerse en la piel del otro. ¡°La humildad, generosidad, el respeto y la empat¨ªa son elementos indispensables para convivir. Por m¨¢s atracci¨®n y enamoramiento que exista, sin estos ingredientes de base la convivencia puede convertirse en un infierno¡±, comenta el profesor. Si aprendemos a escoger las palabras y los gestos adecuados podemos abortar cualquier disputa. Le damos cuatro ejemplos muy eficaces:
1.¡°Tienes raz¨®n en esto que dices...¡±
Cuando surge una discusi¨®n, muchas veces caemos en la trampa de, como dice el profesor Escriv¨¢, querer vencer a la otra parte, y no el problema. Dele la vuelta a la tortilla y tienda la mano. Seg¨²n Ferran Mestanza, profesor de mindfulness en Casa del Tibet y Casa Asia en Barcelona, ¡°esta frase expresa la capacidad de reconocer puntos de encuentro con la otra persona, por lo que estamos reconstruyendo los puentes que el conflicto ha minado¡±.
?C¨®mo acompa?arla? Fernando Gordillo, profesor del departamento de psicolog¨ªa de la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela (Villanueva de la Ca?ada, Madrid), sugiere situarse frente a la persona con la que queremos hablar, ¡°mir¨¢ndola a los ojos, pero sin mantener la mirada fija por mucho tiempo porque podr¨ªa interpretarse como un intento de intimidaci¨®n¡±. Tambi¨¦n podr¨ªamos conducir lo que decimos rozando levemente el hombro o el antebrazo, para rebajar un poco la tensi¨®n y propiciar el acercamiento. ¡°Estas conductas ser¨¢n m¨¢s eficaces si ya se han dado con anterioridad en un contexto relajado y positivo¡±, a?ade Gordillo.
2. ¡°Me siento (as¨ª) cuando dices eso...¡±
Aproveche el momento para confesar abiertamente c¨®mo se siente usted y crear un v¨ªnculo de confianza con el otro. ¡°De esta forma, expresamos una responsabilizaci¨®n del propio estado emocional, sin culpabilizar al otro, por lo que evitamos proyectar el malestar personal y seguir ahondando en el distanciamiento entre ambos¡±, describe Mestanza. Es una forma muy elegante de participar en la discusi¨®n sin reprochar, lo cual predispone al otro a hacer lo mismo.
¡°Reducir la distancia interpersonal, suavizar el tono de voz y sincronizar de forma congruente la expresi¨®n facial con el contenido afectivo de la charla ayudan a reducir la tensi¨®n" (Fernando Gordillo, psic¨®logo)
?C¨®mo acompa?arla? ¡°Reducir la distancia interpersonal, suavizar el tono de la voz y sincronizar de forma congruente la expresi¨®n facial con el contenido afectivo de la charla ayudan a reducir la tensi¨®n en conversaciones de contenido emocional¡±, afirma el psic¨®logo. Un buen manejo en este tipo de se?ales posibilitar¨¢ el inicio de la conversaci¨®n y, tambi¨¦n, la soluci¨®n de los problemas.
3. ¡°Lo siento si te ha molestado. Cu¨¦ntame exactamente qu¨¦ sientes y as¨ª puedo comprenderte mejor...¡±
Si usted es como la gran mayor¨ªa de los terr¨ªcolas, no tendr¨¢ una bola de cristal para saber exactamente qu¨¦ le ocurre al otro ni por qu¨¦ una situaci¨®n que para usted es rid¨ªcula, al otro le resulta ofensiva. Preg¨²nteselo. ¡°De esta manera, invito a la otra persona a hacer lo mismo que hemos comentado anteriormente. Se abre una v¨ªa para compartir un espacio de no agresi¨®n, pero sin caer en el otro extremo de la pasividad¡±, puntualiza Ferran Mestanza. Y muy importante: no aproveche lo que su pareja diga para utilizarlo en su contra. ¡°Hay que ce?irse exclusivamente al desencuentro presente, sin recordar discusiones pasadas; debemos dejar hablar al otro sin interrupciones; no pensar que no tiene soluci¨®n; no hablar en tono acusatorio; no compararle con los dem¨¢s, ni ridiculizarlo, ni humillarlo; y tratar de buscar soluciones sabiendo disculpar, comprender y perdonar¡±, a?ade Javier Escriv¨¢.
?C¨®mo acompa?arla? Lo m¨¢s importante es mantener una postura que demuestre que tal y como expresan nuestras palabras, la otra persona es el centro de nuestra atenci¨®n. ¡°Evite desviar la mirada de manera repentina, para ver el reloj o contestar al m¨®vil, por ejemplo, porque cuando una persona se muestra reacia a hablar sobre sus sentimientos, la m¨¢s m¨ªnima desviaci¨®n del foco atencional de su interlocutor estar¨ªa reflejando falta de inter¨¦s. La interacci¨®n se dificultar¨ªa y, por lo tanto, tambi¨¦n la soluci¨®n del problema¡±, explica el profesor Gordillo. Proponer ir a un sitio tranquilo para sentarse y hablar es, seg¨²n el experto, una buena opci¨®n: ¡°Le estamos indicando que estamos dispuestos a dedicarle todo el tiempo que sea necesario¡±.
4. ¡°?Por qu¨¦ no intentamos apoyarnos mutuamente?¡±
Si usted es capaz de acercarse de forma tan honesta, dejando atr¨¢s el yo para regresar al nosotros, habr¨¢ conseguido ganar muchos puntos para dar por zanjada la discusi¨®n. ¡°De alguna manera, lo que se demuestra en esta intervenci¨®n es una aspiraci¨®n positiva a la que al otro se le invita a sumarse, culminando el proceso de transformaci¨®n de una situaci¨®n inicial de confrontaci¨®n a una relaci¨®n de cooperaci¨®n¡±, comenta Mestanza.
?C¨®mo acompa?arla? ¡°La ilusi¨®n por los planes establecidos se detecta de manera muy clara en la expresi¨®n del rostro, en este caso con suaves gestos de alegr¨ªa. De nuevo, el contacto f¨ªsico con la otra persona tambi¨¦n podr¨ªa ser adecuado, como agarrarle las manos mientras se planea el futuro¡±, se?ala el profesor Gordillo.
Porque no basta con saberse la lecci¨®n un momento determinado. El consejo del especialista Ferran Mestanza: si de verdad aspira a transformar su vida y sus relaciones en algo mucho m¨¢s positivo, ¡°t¨¦ngalo por objetivo y oc¨²pese de ello regularmente. No solo cuando las cosas van mal, sino que debe comprometerse con una pr¨¢ctica de cultivo interior de forma regular, como si de un h¨¢bito de higiene se tratara¡±. Porque, si como dice el profesor Escriv¨¢, ¡°una convivencia feliz consiste en superar con ¨¦xito los peque?os conflictos diarios¡±, una que sea felic¨ªsima exige tener la destreza no solo de resolverlos en medio de una tormenta emocional, sino de saber evitarlos antes de que surjan.
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