El gato de nueve de colas
El debate sobre la inmigraci¨®n est¨¢ corrompido y contaminado
¡°A los extranjeros que vengan les azotaremos con un gato de nueve colas¡±.
¡°?Locos! ?Salvajes! ?Con un gato de nueve colas, no! ?El l¨¢tigo deber¨ªa tener solo dos colas!¡±.
Y llegaron a un acuerdo y contra los extranjeros usaban gatos de cinco colas, cuando en realidad nunca deber¨ªan haberles pegado.
El debate sobre la inmigraci¨®n est¨¢ absolutamente corrompido y contaminado. No se puede ni siquiera empezar a tratar p¨²blicamente el tema sin que inmediatamente surjan expresiones exaltadas antimigratorias con fundamentos del tipo: ¡°no tenemos para nosotros como para encima aceptar a m¨¢s gente¡±, ¡°con los niveles de paro que tenemos, no vamos a dejar entrar a m¨¢s aqu¨ª¡± o ¡°lo que nos faltaba¡±.
Tras la muerte de su mujer Joe, ac¨¦rrima defensora de los derechos humanos y de los derechos de asilo y libre circulaci¨®n, as¨ª como el inesperado triunfo del Brexit, el activista Brendan Cox ha dedicado seis meses a recorrer varios pa¨ªses europeos entrevist¨¢ndose con refugiados, pol¨ªticos y activistas, con el objetivo de entender porqu¨¦ los discursos populistas antimigratorios de ultraderecha se est¨¢n convirti¨¦ndose en dominantes en muchos pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
Brendan saca cinco puntos. Primero, los populistas est¨¢n mejor organizados. Segundo, les importa lo que piensa la gente. Tercero, lo que la gente opina sobre el tema migratorio no est¨¢ relacionado con hechos sino con emociones. Cuarto, les beneficia la inestabilidad actual (econ¨®mica y social). Quinto, no existe una verdadera estrategia p¨²blica de migraciones. (Les recomiendo que se lean el art¨ªculo, corto y muy fino).
Y, efectivamente, el discurso migratorio es muy estrecho y claramente escorado hacia la derecha en su formato m¨¢s conservador. Los que se atreven a meterse en el debate se limitan en la mayor¨ªa de los casos a crear un discurso reactivo. Y las pol¨ªticas van detr¨¢s, como se?ala Brendan, no hay una estrategia y se trata m¨¢s bien de ir improvisando acciones seg¨²n las circunstancias evolucionan.
En todo este escenario de discurso dominante antimigratorio de derechas, ?d¨®nde se encuentra la izquierda? Salvo honrosas excepciones individuales, en este tema, como colectivo pol¨ªtico y l¨ªder de opini¨®n, la izquierda est¨¢ muy a la derecha. El tema est¨¢ m¨¢s o menos as¨ª, la derecha dice: ¡°los refugiados tendr¨¢n que declarar sus bienes y se les confiscar¨¢n todos ellos incluidos las joyas y otros objetos de valor¡±, y la izquierda responde: ¡°?qu¨¦ barbaridad! Los anillos de casados no se los podemos quitar¡±. Y as¨ª fue, les pueden quitar todo menos ordenadores, tel¨¦fonos m¨®viles y alianzas. Estoy hablando de Dinamarca hoy en d¨ªa.
El mayor problema al que tenemos que enfrentarnos ahora es c¨®mo somos capaces de cambiar este discurso antimigratorio tan en boga. De experiencias pasadas como el derecho de voto de las mujeres hemos aprendido que tenemos que salirnos del marco existente y empezar un discurso diferente, no reactivo, con otras bases. Sin duda, el eje principal es el de los derechos de todos los seres humanos. Las mujeres adquieren el derecho a voto porque es impensable que alguien no tenga derecho a votar por no ser hombre. Los negros adquieren sus derechos en Estados Unidos porque es impensable que el color de la piel sea un factor en la adquisici¨®n de los mismos. Los migrantes tendremos derecho a llegar a otros pa¨ªses que no sean los nuestros, porque es impensable que el sitio de nacimiento sea el factor que determine la libertad de movimiento.
Es de caj¨®n. Si limitamos la libertad de movimiento de unos por razones tan simples como el d¨®nde han nacido sentamos las bases para que ese mismo criterio se nos aplique a nosotros. No lo olvidemos, porque luego se nos llena la boca hablando de Trump o del Brexit como si no tuvieran nada que ver con lo que hacemos y promovemos aqu¨ª.
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