Ense?e a su hijo a re¨ªrse de s¨ª mismo y ser¨¢ un superh¨¦roe

Cuanto antes aprendamos a re¨ªrnos de nosotros mismos, mucho mejor. ¡°Un ni?o que sabe asumir una broma, que comprende el sentido literal y figurado de las cosas, suele ser m¨¢s seguro de s¨ª mismo y tambi¨¦n m¨¢s asertivo y valiente¡±, asegura Rosario Ortega Ruiz, catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa en la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de C¨®rdoba. Esa facultad para tomarse las cosas con humor no solo le preparar¨¢ para llevar una vida adulta plena, satisfactoria y en definitiva m¨¢s feliz; tambi¨¦n puede convertirse en una especie de capa protectora frente a situaciones complicadas de la vida escolar.

Con alguna salvedad: ¡°Esto no significa que lo inmunice contra problemas de violencia interpersonal como es el bullying, que no es ninguna broma¡±, advierte la psic¨®loga. Aun as¨ª, aunque re¨ªrse de uno mismo ¡°no es el ant¨ªdoto definitivo contra el victimismo, s¨ª es un signo de inteligencia, equilibrio y madurez emocional, ya que proporciona seguridad y confianza. Y esto s¨ª que es una eficaz vacuna para enfrentarse a ciertos fen¨®menos de bullying¡±, sostiene la psic¨®loga. De tal forma que en un escenario de posible acoso escolar, cuando un ni?o da muestras de poseer el perfil descrito, ¡°el acosador normalmente no le toca y si lo intenta se encuentra con que la v¨ªctima potencial sabe defenderse y pedir ayuda, conoce sus derechos¡±, seg¨²n la experta.

Verdades que duelen (o no)

En todo caso, el d¨ªa a d¨ªa de todos, tanto de los ni?os como de los adultos, es un no parar de realidades cargadas de sinceridad que intentamos encajar de la mejor manera que sabemos para llegar al final del d¨ªa lo m¨¢s enteros posible. Una de las herramientas m¨¢s eficaces con la que contamos es el sentido del humor. As¨ª lo considera el psic¨®logo David Ram¨ªrez Castillo, profesor de psicolog¨ªa e investigador en la Facultad de Educaci¨®n y Psicolog¨ªa de la Universidad de Navarra: ¡°En muchas ocasiones, esas verdades dichas sin humor resultar¨ªan demasiado duras y podr¨ªan debilitar nuestra autoestima o nuestras relaciones personales¡±. Algo que ocurre muy a menudo. Al menos, as¨ª lo percibe Ram¨ªrez: el 90% de los casos que atiende a diario en consulta se refieren a problemas de autoestima asociados a cualquier otro trastorno. ¡°Y la mayor¨ªa de ellos corresponde a j¨®venes entre 16 y 22 a?os¡±, precisa.

Jugar para aprender a re¨ªr

Una de las claves capaces de resolver este d¨¦ficit de autoconfianza reside en descubrir que todos nos equivocamos y que es posible aprender a re¨ªrnos de las faltas propias. Ahora bien, ?c¨®mo hacerlo? Eduardo J¨¢uregui, profesor de Psicolog¨ªa Positiva de la Universidad de Saint Louis (campus de Madrid), ve en un entorno l¨²dico el ambiente id¨®neo para alimentar la seguridad en uno mismo. ¡°El juego es el modo de aprendizaje m¨¢s natural y una magn¨ªfica forma de motivar la curiosidad, la creatividad y el coraje. En Finlandia, que cuenta con uno de los sistemas educativos con mejores resultados a nivel mundial, los ni?os y ni?as no hacen otra cosa que jugar hasta los siete a?os¡±, se?ala.

Pero adem¨¢s del contexto y la metodolog¨ªa, Ram¨ªrez a?ade otra herramienta determinante a la hora de impulsar y poner en positivo la consideraci¨®n propia: el sentido del humor. As¨ª explica el investigador la relaci¨®n entre autoestima y humor: ¡°La autoestima es la relaci¨®n entre nuestra imagen real (tal como somos aqu¨ª y ahora) y la ideal (la que so?amos ser). Cuando hay una diferencia muy grande entre ambas, hablamos de que hay baja autoestima. El sentido del humor hace que ese trecho desparezca. En ese momento, uno [adulto o ni?o] es capaz de re¨ªrse de sus defectos, sus complejos, sus trabas... No pide el reconocimiento de los dem¨¢s para sentirse bien consigo mismo y se acepta tal cual es¡±.

Cuando ya no es una broma

Ahora bien, ?ese estado ¡°ideal¡± de madurez emocional se debe solo y exclusivamente a haber desarrollado desde la infancia un envidiable sentido del humor? Para Jes¨²s Dami¨¢n Fern¨¢ndez, doctor en Pedagog¨ªa y cofundador, junto a J¨¢uregui, del proyecto Humor Positivo, la respuesta exigir¨ªa incluir otras habilidades sociales como, por ejemplo, aprender a decir basta. El experto cree que en el marco de la educaci¨®n escolar se dan situaciones como el acoso, en el que el humor pierde protagonismo a favor del amor propio y la firmeza. Y la l¨ªnea que divide la broma saludable de la agresi¨®n es muy fina. ?C¨®mo distinguir una de la otra? ¡°Bajo mi punto de vista, una broma solo puede ser considerada como tal cuando todos acaban siendo c¨®mplices y nadie se siente herido. De no ser as¨ª, ya no estar¨ªamos hablando de un humor positivo y prosocial, sino de todo lo contrario¡±, subraya el experto.

Alineado con la l¨ªnea argumental del pedagogo, Ram¨ªrez hace referencia a la actualidad en la que los casos de acoso en las aulas se producen con frecuencia. El psic¨®logo opina: ¡°Se hacen las mismas bromas de siempre, y si el acoso escolar se refiriera solo a esos actos crueles de forma espor¨¢dica, la situaci¨®n podr¨ªa neutralizarse con una personalidad fuerte¡±. Sin embargo, no es as¨ª. ¡°El hostigamiento que se ve implica que la v¨ªctima es sometida a estr¨¦s y violencia durante un tiempo prolongado, lo que le genera un malestar significativo en su vida diaria¡±. Por eso, concluye: ¡°Ser¨ªa muy arriesgado decir que por tener una personalidad fuerte, en la que el ni?o es consciente de sus carencias, errores o defectos, las consecuencias directas del bullying ser¨ªan menores¡±.