Tener pocos amigos no es de ser rancio, sino m¨¢s listo que el resto
Una larga lista de amistades nos hace sentir importantes; un reducido grupo, felices. Es lo que prefieren los m¨¢s inteligentes. Y los expertos les dan la raz¨®n
Desde que irrumpieran las redes sociales hace una d¨¦cada, el modo en que nos relacionamos con otras personas ha cambiado. Si no hace tanto, hablar con un familiar que se encontraba en el extranjero era una odisea e implicaba dejarse parte del sueldo en el proceso, ahora es posible hacerlo desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora de manera gratuita, siempre que se disponga de una conexi¨®n a Internet. Tambi¨¦n es posible saber c¨®mo le va a ese amigo del colegio al que hace a?os que no ve, y a aquel compa?ero de trabajo del que se acab¨® distanciando.
Est¨¢ claro que ahora nos relacionamos m¨¢s, tenemos m¨¢s amigos (aunque sean virtuales), pero ?es eso lo mejor para nuestra felicidad? Sherry Turkle, directora en el MIT de la Iniciativa para la tecnolog¨ªa y el yo, asegura en su libro Juntos pero solos: ?Por qu¨¦ cada vez esperamos m¨¢s de la tecnolog¨ªa y menos de nosotros mismos? (2011) que "aunque estemos conectados de manera continua, nos sentimos cada vez m¨¢s solos y nuestro miedo a la intimidad crece a marchas forzadas".
En la charla de TED que ofreci¨® un a?o despu¨¦s de la publicaci¨®n de este ensayo y que titul¨® ?Conectados, pero solos?, Turkle reiter¨® que ¡°acab¨¢bamos escondi¨¦ndonos de los dem¨¢s a pesar de estar constantemente conectados a ellos¡±. Seg¨²n ella, en este tipo de interacciones nos sentimos constantemente reforzados en nuestros actos (o con respecto a nuestra apariencia), y as¨ª es imposible conocernos, lo que resulta muy poco enriquecedor.
Todo tiene un l¨ªmite
La ciencia ha llegado a medir con cu¨¢ntas personas se puede uno relacionar. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington (EE UU) analiz¨® durante seis meses las conversaciones de Twitter de m¨¢s de un mill¨®n y medio de personas, y concluy¨® que ¡°los usuarios pod¨ªan mantener un m¨¢ximo de 100 a 200 relaciones estables¡±. Eso est¨¢ en sinton¨ªa con la teor¨ªa del antrop¨®logo y psic¨®logo Rubin Dunbar, que en los a?os noventa calcul¨® que los seres humanos pod¨ªamos llegar a tener un m¨¢ximo de 150 contactos off line¡, de los cuales solo cinco eran cercanos.
El citado Dunbar recurr¨ªa a una met¨¢fora financiera para explicar c¨®mo nos relacionamos con nuestros amigos en relaci¨®n con su n¨²mero. ¡°Supone una inversi¨®n de tiempo. Si consigues tener conexiones con m¨¢s gente, acabas distribuyendo tu capital social fijo de una manera m¨¢s escasa, as¨ª que el capital medio que le dedicas a cada persona es menor¡±.
¡°La intimidad conlleva un nivel de compromiso y de confianza y para eso hace falta tiempo¡±, explica la psic¨®loga Jara P¨¦rez, responsable de Therapy Web. ¡°El ser humano necesita el contacto f¨ªsico; un buen ejemplo es el de los beb¨¦s, que lo necesitan casi tanto como el alimento para poder desarrollarse¡±.
Este cambio de paradigma en nuestra manera de relacionarnos afecta a la solidez de los lazos que conservamos fuera de Internet, por eso es importante aprender a gestionar el tiempo pensando en qu¨¦ nos va a hacer m¨¢s felices. ¡°Si no lo hacemos corremos el peligro de dedicar demasiado tiempo a las interacciones con nuestros contactos para luego darnos cuenta de que, despu¨¦s de todo ese esfuerzo, son solo eso, contactos, y que no tenemos la confianza ni el nivel de compromiso suficiente para que cubran nuestras necesidades como amigos. Por eso es fundamental seguir alimentado nuestras verdaderas amistades: estas son las que cubren las necesidades b¨¢sicas para lograr un mayor bienestar¡±, aconseja P¨¦rez.
Popularidad vs felicidad
Pero suponga que se decanta por sus relaciones virtuales y logra conseguir el ¨¦xito y la popularidad que tanto anhela. Aun as¨ª, ese nuevo estatus acabar¨¢ afectando su autoestima. Una agitada vida social y las redes sociales "nos ayudan a controlar la imagen que les ofrecemos a los dem¨¢s y es muy f¨¢cil que esta sea una representaci¨®n pulcra en la que todo es positivo aunque, por supuesto, no sea cierto. La sociedad no le hace un hueco a las zonas m¨¢s negativas de nosotros mismos: no queremos ver nuestras partes m¨¢s oscuras y escondemos los sentimientos que no son socialmente aceptables como la envidia o el miedo¡±, relata P¨¦rez. Nuestro reducido grupo de amigos cercanos nos quiere tal como somos, con nuestras luces y sombras. Quiz¨¢ por eso, seg¨²n un estudio publicado el pasado 2016 en la revista British Psychological Society, las personas inteligentes prefieren rodearse de menos amigos.
Como dice la psic¨®loga Jara P¨¦rez, ¡°debemos mantener esas amistades que nos devuelven una imagen de nosotros mismos ajustada a la realidad; amigos que son capaces de confrontarte y de decirte que no tienes raz¨®n o que est¨¢s actuando de manera ego¨ªsta¡±. Tener pocos amigos, en definitiva, no significa valorar poco la amistad, sino rentabilizarla al m¨¢ximo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.