La lucha contra los ¡®chupasangre¡¯ (1)
El proyecto Eliminate Dengue combate la enfermedad a trav¨¦s de una antiqu¨ªsima bacteria. La iniciativa piloto viajar¨¢ desde Indonesia a Colombia y Brasil
"Se ruega no sustraer, mover, ni abrir", dice en las docenas de cubos blancos que Sularto y sus compa?eras Rindhi y Nida meten en sus bolsos bandolera antes de montar en las motos. Los tres colaboradores del proyecto Eliminate Dengue se dirigen a Kricak, un barrio del noroeste de la ciudad indonesia de Yogyakarta.
Estos sencillos recipientes de pl¨¢stico contienen una de las armas m¨¢s modernas contra el dengue. Si el experimento sale bien, habr¨¢ v¨ªa libre para aplicar a escala mundial un m¨¦todo totalmente nuevo contra las enfermedades transmitidas por los mosquitos. El elemento m¨¢s importante son los propios insectos, cientos de miles de mosquitos criados dentro de los cubos.
El dengue rara vez acaba siendo mortal, pero su propagaci¨®n explosiva ha hecho que la enfermedad se convierta en un problema mundial. Unos 390 millones de personas la contraen cada a?o, 30 veces m¨¢s que hace medio siglo. Mientras que antes de la d¨¦cada de 1970 solo se conoc¨ªan epidemias severas de dengue en nueve pa¨ªses, actualmente la fiebre est¨¢ presente en casi 130. El crecimiento de las metr¨®polis y el tr¨¢fico mundial de viajeros y mercanc¨ªas ofrecen las condiciones id¨®neas para el virus, o, m¨¢s concretamente, para su vector transmisor, el mosquito tigre Aedes aegypti.
Los mosquitos tigre utilizan como ponedero cualquier charco peque?o, cualquier lata de bebida abandonada o cualquier plato de los que se ponen debajo de las macetas. Llegan a otros pa¨ªses en los neum¨¢ticos viejos de los camiones y viajan alrededor del mundo en los contenedores de los barcos. Mientras que la especie Aedes aegypti se da sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales, su pariente, el mosquito tigre asi¨¢tico Aedes albopictus, no deja de proliferar en Europa. Debido al cambio clim¨¢tico, extensas zonas de Europa podr¨ªan ser colonizadas por estos mosquitos transmisores del dengue y el zika, entre otras enfermedades. Los cient¨ªficos piensan que, entre 2030 y 2050, en el oeste de Alemania, los pa¨ªses del Benelux y el sur de Inglaterra se dar¨¢n las condiciones perfectas para la existencia de la especie Aedes albopictus.
Unos 390 millones de personas contraen el dengue cada a?o, 30 veces m¨¢s que hace medio siglo
En Yogyakarta quieren frenar el avance de los insectos por medio de la bacteria Wolbachia, un organismo unicelular descubierto en la d¨¦cada de 1920 por unos investigadores estadounidenses. Al principio, estos creyeron que hab¨ªan dado con un nuevo agente pat¨®geno; sin embargo, el organismo parec¨ªa inofensivo. Por lo que se sabe actualmente, las distintas cepas de Wolbachia est¨¢n presentes en el 60% de las especies de insectos.
En principio, la infecci¨®n no es nociva para los mosquitos, pero tiene una caracter¨ªstica distintiva: la bacteria Wolbachia interfiere en la reproducci¨®n de sus anfitriones. El microbio se puede transmitir a trav¨¦s de los ¨®vulos, pero no de los espermatozoides de los insectos a los que ha invadido. As¨ª, la descendencia de una hembra portadora de la bacteria estar¨¢ igualmente infectada. Si un macho con Wolbachia se aparea con una hembra no infectada, la bacteria no se transmitir¨¢, pero los huevos no podr¨¢n desarrollarse, porque una c¨¦lula no portadora es incompatible con una portadora.
Esto pone coto en cierta medida a la reproducci¨®n de los mosquitos ¡ªsi bien solamente al principio¡ª, pero el golpe de gracia lo da la transmisi¨®n de la bacteria a las siguientes generaciones, ya que es la manera a trav¨¦s de la cual poblaciones enteras de insectos resultan afectadas con la m¨¢xima eficacia.
Adem¨¢s, de este modo se difunde tambi¨¦n una caracter¨ªstica de la mucha importancia para los seres humanos. En 2008, los investigadores brit¨¢nicos descubrieron que la Wolbachia hace a las moscas de la fruta resistentes a los virus de la fiebre amarilla, el zika y el dengue. La pregunta es si esta bacteria podr¨ªa impedir tambi¨¦n la transmisi¨®n del virus del dengue en los seres humanos. En la naturaleza, el organismo no invade a los mosquitos tigre de la especie Aedes aegypti. Sin embargo, despu¨¦s de miles de intentos, el bi¨®logo australiano Scott O¡¯Neill logr¨® criar mosquitos infectados por la bacteria. En ellos, la multiplicaci¨®n del virus del dengue es insignificante. Basta con un peque?o n¨²mero de mosquitos con Wolbachia para que, en pocos meses, esta cualidad se haya extendido a toda una poblaci¨®n.
Basta con un peque?o n¨²mero de mosquitos con Wolbachia para que, en pocos meses, esta cualidad se haya extendido a toda una poblaci¨®n
Esto es lo que planean en Yogyakarta. La ONG Eliminate Dengue trabaja tambi¨¦n en Brasil, Vietnam, Colombia y Australia, pero la ciudad universitaria indonesia, con sus tres millones de habitantes, es perfecta para poner a prueba por primera vez a gran escala el m¨¦todo de la Wolbachia. Hace calor todo el a?o y llueve regularmente incluso en la estaci¨®n seca, as¨ª que el clima es el id¨®neo para los mosquitos tigres. Indonesia ocupa el segundo puesto entre los pa¨ªses m¨¢s afectados por el dengue por detr¨¢s de Brasil.
Durante seis meses, los investigadores sueltan mosquitos con Wolbachia, mientras que el resto de la ciudad sirve de t¨¦rmino de comparaci¨®n con el fin de que el experimento se desarrolle con el m¨¢ximo control. Las autoridades sanitarias vigilan el desarrollo de las infecciones por dengue a lo largo de dos a?os. Los directores del proyecto esperan que se produzca un retroceso de al menos el 50%.
Rindhi golpea con los nudillos en una persiana bajada. Saluda, anuncia que ella y sus compa?eros pertenecen al proyecto Eliminate Dengue y pregunta si hay alguien en casa. El barrio de Kricak est¨¢ formado por un d¨¦dalo de min¨²sculos callejones que se extiende m¨¢s all¨¢ de donde alcanza la vista. Con una imagen de sat¨¦lite en la mano, los tres colaboradores tienen que preguntar continuamente por la direcci¨®n para poder repartir sus cubos blancos. En cada cuadr¨ªcula de 50 por 50 metros, una familia del barrio se ha prestado a tener un cubo en casa.
Para que el m¨¦todo de la Wolbachia funcione, lo fundamental no es la cantidad de mosquitos que viven en la ciudad, sino que la mayor¨ªa sean portadores de la bacteria. Gracias a anteriores estudios, los organizadores saben que, en un plazo de entre seis y 12 meses desde que se empieza a liberar insectos, el porcentaje de la poblaci¨®n infectado con Wolbachia alcanza al menos el 80% y que permanece estable a ese nivel.
Cuando uno de los habitantes de la casa se asoma, Rindhi y su compa?era Nida preparan el cubo con un litro de agua en el que meten una tira de papel de color naranja con entre 60 y 80 huevos de mosquito infectados con la bacteria y una pastilla y media de comida para peces que servir¨¢ de alimento a las larvas. Al cabo de nueve o 10 d¨ªas, los mosquitos saldr¨¢n del huevo.
Una vez que los insectos han encontrado una casa en la que pueden picar a la gente y poner sus huevos, se quedan all¨ª, se esconden y, a lo sumo, hacen visitas a los vecinos de al lado si las viviendas est¨¢n cerca una de la otra. Vuelan casi sin hacer ruido, m¨¢s o menos a un metro del suelo, y su picadura apenas duele. Buscan a sus v¨ªctimas durante al d¨ªa gui¨¢ndose por el olor del sudor y el aliento. Una sola hembra es capaz de picar hasta a ocho personas seguidas para tomar su raci¨®n de sangre. As¨ª es como propagan los agentes pat¨®genos.
Indonesia ocupa el segundo puesto entre los pa¨ªses m¨¢s afectados por el dengue por detr¨¢s de Brasil
El dengue es una enfermedad sumamente molesta, conocida tambi¨¦n como "fiebre quebrantahuesos". Es verdad que el desarrollo de la infecci¨®n puede ser tan leve como un resfriado fuerte, pero, la mayor¨ªa de las veces, los pacientes se ven obligados a guardar cama durante d¨ªas con agudos dolores de cabeza y en las extremidades, debilidad y fiebre alta. Cuando la fiebre ha bajado y el enfermo se encuentra en v¨ªas de recuperaci¨®n, pueden presentarse complicaciones perniciosas. Entonces aparecen hemorragias internas, se puede producir un colapso circulatorio y el paciente puede entrar en estado de shock. Se calcula que el dengue resulta mortal aproximadamente en el 1% de los casos. Entre los ni?os, la frecuencia es desproporcionada.
"El dengue es una enfermedad que desata el p¨¢nico entre la poblaci¨®n", afirma Adi Utarini, profesora de la Universidad Gadjah Mada de Yogyakarta. "Cuando aparece un caso en el vecindario o en la familia, a la gente le entra un miedo tremendo, porque la probabilidad de que ellos sean los siguientes es alta". El Gobierno hace continuos llamamientos a evitar los nidos. "Pero es muy dif¨ªcil hacerlo con la regularidad y el cuidado suficientes. Adem¨¢s, pueden estar muy escondidos", opina Utarini.
Sanniwati Sukamto cuenta que cada d¨ªa lo limpiaba todo a fondo ¡ªel ba?o y la cocina¡ª para eliminar cualquier gota de agua que hubiese quedado, cuando el equipo de Eliminate Dengue, que estaba haciendo su recorrido, lleg¨® a su casa. Su hija mayor, Natalia, de 11 a?os, pas¨® la enfermedad hace seis meses y estuvo tres d¨ªas en el hospital. "Seguro que se contagi¨® en el colegio", se queja Sukamto. "Pas¨¦ much¨ªsimo miedo. Mi hija no ten¨ªa ni pizca de fuerza". No dud¨® un momento en permitir que le dejasen el cubo. "Es algo bueno, no solo para nuestra familia, sino tambi¨¦n para todo el barrio", declara, y nos da espont¨¢neamente una charla sobre la Wolbachia y los mosquitos tigre. "Nos lo explicaron todo", concluye satisfecha.
Como es l¨®gico, los indonesios tambi¨¦n preguntan por la seguridad. Quieren saber si los mosquitos con Wolbachia pueden mutar en alguna especie de monstruos o si est¨¢n siendo utilizados como conejillos de Indias. El m¨¦todo ya se ha sometido a evaluaciones de riesgo independientes, con la conclusi¨®n de que la liberaci¨®n de mosquitos con Wolbachia solo entra?a riesgos m¨ªnimos.
Una sola hembra es capaz de picar hasta a ocho personas seguidas para tomar su raci¨®n de sangre
A pesar de todo, los cient¨ªficos critican que nadie sabe con exactitud c¨®mo se comporta la bacteria cuando est¨¢ en el organismo de un mosquito. Por lo menos, la tasa de mutaci¨®n de estos microbios es extremadamente baja, de manera que su genoma casi no cambia. "Incluso si mutasen, ?qu¨¦ efectos negativos podr¨ªa tener?", se pregunta Scott O¡¯Neill. "A lo mejor que ya no podr¨ªan mantener a raya a los virus. Eso es lo peor que se me ocurre". Otros expertos piensan que el mayor peligro es que se proclamen con precipitaci¨®n los buenos resultados del procedimiento y se descuiden otras medidas de protecci¨®n.
Por eso, en su recorrido por Kricak, Sularto, Rindhi y Nida advierten a los habitantes del barrio que deben seguir quitando sin falta el agua de los sitios donde anidan los mosquitos y protegi¨¦ndose contra las picaduras. Pero la gente presta apoyo al proyecto con mucho optimismo; quiz¨¢, incluso, con demasiado entusiasmo. El equipo se prepara, porque puede que las cosas no sean siempre as¨ª. Por ejemplo, si aparecen nuevos casos de dengue, la colaboraci¨®n podr¨ªa venirse abajo. "Lo que estamos haciendo es investigaci¨®n. No sabemos cu¨¢l ser¨¢ el resultado del estudio", advierte la especialista Bekti Andari. "Podr¨ªa ser un fracaso".
En Sudam¨¦rica hay dos grandes ciudades que no quieren esperar hasta que las conclusiones sean firmes. La demostraci¨®n de que, al menos en las pruebas de laboratorio, los mosquitos portadores de la bacteria Wolbachia ya no propagan el virus del zika ha convertido a este m¨¦todo en una de las pocas esperanzas contra la enfermedad. Por eso, para principios de 2017 est¨¢ previsto llevar mosquitos con Wolbachia a la brasile?a R¨ªo de Janeiro y a Medell¨ªn, en Colombia, y soltarlos en una zona en la que viven cinco millones de personas aunque la eficacia del m¨¦todo todav¨ªa no est¨¦ definitivamente probada, ni tampoco su inocuidad.
Esta operaci¨®n ya no tiene como fin la investigaci¨®n, sino que es una medida que se toma por motivos pol¨ªticos. Las im¨¢genes de los beb¨¦s con la cabeza demasiado peque?a ¡ªsupuestamente a consecuencia de la infecci¨®n de zika¡ª han dado la vuelta al mundo, y sobre las autoridades pesa la presi¨®n para que hagan algo contra el virus. Es posible que se est¨¦ poniendo en juego la salud de millones de personas, pero tambi¨¦n que se est¨¦ allanando el camino hacia la victoria definitiva sobre el dengue y el zika.
Primer cap¨ªtulo de los tres que publicaremos en Planeta Futuro del proyecto de la autora Mosquitos ve. Manking para The European Journalism Centre
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