La hambruna, un enorme fracaso

Un espectro fantasmag¨®rico vuelve a acechar al mundo: el del hambre.

La ONU acaba de declarar formalmente la hambruna en algunas partes de Sud¨¢n del Sur, y el riesgo de que estos anuncios se repitan a corto plazo es muy alto.

Unos 27 millones de personas en cuatro pa¨ªses ¡ªYemen (14 millones), Sud¨¢n del Sur (5 millones), Nigeria (5 millones) y Somalia (3 millones)¡ª sufren actualmente grave inseguridad alimentaria, lo que significa que ya est¨¢n desnutridos y, a menudo, no tienen m¨¢s opci¨®n que vender los activos productivos de los que disponen para sobrevivir. Nunca antes en los ¨²ltimos 20 a?os ha habido tanta gente al borde de un desastre de tal magnitud. Que esta cat¨¢strofe est¨¢ causada por el hombre es evidente: el conflicto civil est¨¢ arruinando a los cuatro pa¨ªses que ahora corren el mayor riesgo.

La hambruna y la grave inseguridad alimentaria erosionan la capacidad de recuperaci¨®n del cuerpo humano y da?an la resiliencia de comunidades enteras, ya que los hogares venden el ganado, convierten las reservas de semillas en alimentos o abandonan sus hogares.

Hay cuatro pa¨ªses que necesitan asistencia alimentaria y agr¨ªcola de forma inmediata

Cada minuto de retraso en la provisi¨®n de socorro inmediato tiene consecuencias fatales, como aprendimos de la peor forma posible hace cinco a?os cuando una hambruna provocada por la sequ¨ªa mat¨® a m¨¢s de 250.000 personas en Somalia.

Lograr aliviar esta situaci¨®n supone poner la asistencia alimentaria y agr¨ªcola a disposici¨®n inmediatamente para conseguir de alg¨²n modo apuntalar el sustento de las personas que viven en zonas rurales y dependen de la agricultura y la ganader¨ªa. No podemos evitar una sequ¨ªa, pero podemos evitar que una sequ¨ªa desencadene en hambruna.

La comunidad internacional debe intensificar todos sus esfuerzos para evitar una tragedia emergente anunciada. Debemos perseguir sin cesar soluciones pol¨ªticas a los conflictos, y asegurar el acceso a aquellos ¡ªincluyendo agencias de la ONU como la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), el Fondo Internacional para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)¡ª que tratan de ayudar a las personas m¨¢s vulnerables, que a menudo viven en zonas de dif¨ªcil acceso.

En este momento, Yemen se enfrenta a la mayor crisis humanitaria del mundo, con dos tercios de la poblaci¨®n considerada en situaci¨®n de inseguridad alimentaria en fase de crisis o, directamente, emergencia. Totalmente envueltos en los disturbios que bloquean las importaciones de alimentos, se prev¨¦ que los suministros de trigo del pa¨ªs se agoten a finales de marzo, en tan solo unas semanas.

En el norte de Nigeria, existe una alta probabilidad de que ya haya hambruna en enclaves de dif¨ªcil acceso del estado de Borno, donde m¨¢s de un mill¨®n de personas han huido de sus hogares y otros temen atender sus granjas por miedo a las violentas milicias locales.

En Somalia, el precio del agua se ha disparado a casi un d¨®lar el litro, situ¨¢ndolo fuera del alcance de los pastores que dependen del ganado para nutrirse y para sus ingresos.

En Sud¨¢n del Sur, donde una letal guerra civil ha desplazado a millones de personas, los precios de los alimentos b¨¢sicos se han cuadruplicado en el ¨²ltimo a?o.

No podemos evitar la sequ¨ªa, pero s¨ª podemos evitar que se convierta en una hambruna

La agricultura tiene un papel fundamental en los planes de acci¨®n de recuperaci¨®n, ya que la gran mayor¨ªa de los hogares en estos pa¨ªses obtienen de ella sus medios de subsistencia. Es totalmente esencial apoyar los sistemas de producci¨®n y distribuci¨®n de alimentos ahora, as¨ª como orientarlos hacia la sostenibilidad a largo plazo.

Los esfuerzos humanitarios, diplom¨¢ticos y de desarrollo deben ir de la mano. Algunas medidas espec¨ªficas como la provisi¨®n de semillas, fertilizantes, herramientas y equipos, servicios veterinarios e infraestructuras de riego pueden acelerar la recuperaci¨®n y mitigar posibles fuentes de tensiones y conflictos sociales, contribuyendo as¨ª a los esfuerzos de consolidaci¨®n de la paz.

Dado que el norte de Nigeria, Sud¨¢n del Sur, Yemen y Somalia est¨¢n muy expuestos al cambio clim¨¢tico, la sequ¨ªa y unos recursos naturales como el agua muy limitados, es evidente que se plantear¨¢n futuros retos de seguridad alimentaria. Actuar ahora para fortalecer la resiliencia de estos pueblos tambi¨¦n ayudar¨¢ a las comunidades de ma?ana a superar esos retos en el futuro.

Si fracasamos, estaremos conduci¨¦ndolos a la hambruna, que transforma el espectro del hambre directamente en un zombi que har¨¢ que la historia se repita una y otra vez de forma cada vez m¨¢s tr¨¢gica.

Jos¨¦ Graziano da Silva es director general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO).