Machacarse cada d¨ªa en el gimnasio podr¨ªa cargarse su vida sexual
Son las conclusiones a las que llega un estudio de la Universidad de Carolina del Norte. Un experto en Urolog¨ªa lo aclara
Llega el verano. S¨ª, todav¨ªa es abril, pero encontrar mesas libres en las terrazas vuelve a convertirse en una odisea ¨¦pica. El abrigo empieza a sobrar y las capas que hasta ahora disimulaban las carnes tr¨¦mulas ya no van a servir de parapeto. ?Remedio? Por supuesto, el gimnasio. A sudar levantando pesas y corriendo en la cinta con el objetivo de aprovechar el tiempo que queda hasta el cuarenta de mayo para reducir flotadores y fortalecer m¨²sculos que despu¨¦s luciremos orgullosos en la piscina. O, al menos, para intentar recuperar el tono. Pero, alerta: un estudio de la Universidad de Carolina del Norte vincula los ejercicios de alta intensidad con la falta de deseo sexual en los hombres. As¨ª que esa voluntad de lucir un cuerpo atl¨¦tico para, precisamente, aumentar las posibilidades de conquista, tal vez no sirva para nada, porque entonces ser¨¢ el ¡°lig¨®n¡± quien no quiera saber nada del tema. O tal vez no. Por eso, ante semejante revelaci¨®n, consultamos al doctor Javier Romero-Otero, coordinador nacional del Grupo de Androlog¨ªa de la Asociaci¨®n Espa?ola de Urolog¨ªa.
¡°El cansancio provoca una disminuci¨®n de la libido, s¨ª. Pero querer relacionar estrechamente el ejercicio con la falta de deseo sexual no tiene demasiado fundamento¡±, aclara Romero-Otero, que a?ade: ¡°Por supuesto, si uno est¨¢ focalizado en algo y no tiene tiempo para pensar en nada m¨¢s, igual que cualquier obsesi¨®n o un incremento del estr¨¦s, hace mella en la actividad sexual, pero gimnasio y p¨¦rdida del deseo no tienen por qu¨¦ ir de la mano si ese ejercicio se practica con cabeza¡±, explica.
No obstante, los cient¨ªficos firmantes del estudio s¨ª establecen ese v¨ªnculo, al menos en primera instancia. Tras estudiar el comportamiento sexual de 1.077 varones y realizar con ellos cuestionarios referidos a su actividad f¨ªsica e ¨ªntima, constataron que a mayor intensidad en los ejercicios, menos inter¨¦s por mantener relaciones sexuales. ?El motivo? Seg¨²n el doctor Hackney, coordinador del estudio, los niveles de testosterona disminuyen notablemente debido al cansancio f¨ªsico.
"Si uno est¨¢ focalizado en algo y no tiene tiempo para pensar en nada m¨¢s, igual que cualquier obsesi¨®n o un incremento del estr¨¦s, hace mella en la actividad sexual"
¡°Echo en falta otros an¨¢lisis que ayuden a entender la situaci¨®n f¨ªsica de los deportistas en toda su magnitud¡±, comenta Romero-Otero. Reflexiona sobre el perfil de los hombres f¨ªsicamente activos, asegurando que ¡°las personas que quieren tener un mayor rendimiento, en ocasiones recurren a sustancias dopantes ex¨®genas, y ellas s¨ª que inciden directamente en la pulsi¨®n sexual¡±. Estos productos inhiben el eje fisiol¨®gico que regula la secreci¨®n de testosterona y, por eso, ¡°cuando una persona consume una sustancia dopante, logra incrementar su masa muscular, pero puede llegar a tener problemas de fertilidad a veces irreversibles¡±, confirma el doctor.
Lo que est¨¢ claro es que ¡°cuanto m¨¢s en forma se est¨¢, mejor vida sexual se tiene. Los extremos siempre son negativos, y esas personas obsesionadas con el deporte ver¨¢n alterada su libido, aunque les suceder¨ªa lo mismo si se obcecaran con su trabajo, por ejemplo¡±, matiza Romero-Otero. Porque todo en exceso es malo. Por eso, el equipo de expertos americanos ha asumido el compromiso de elaborar nuevos experimentos que complementen sus conclusiones, tratando de no establecer como ley inamovible esta relaci¨®n entre el ejercicio intenso y la falta de apetito sexual.
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