La medicina humanitaria reivindica su papel
Pilar Est¨¦banez, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Medicina Humanitaria, destaca la importancia de la formaci¨®n de equipos locales como clave para prevenir cat¨¢strofes
El genocidio de Ruanda. Las mujeres violadas de los Balcanes. Operar en un quir¨®fano improvisado en un s¨®tano sin luz, entre ratas. La mirada de una mujer somal¨ª que se estaba desangrando debido a una complicaci¨®n del embarazo. El trabajo en Nicaragua con el Frente Sandinista. La muerte de colegas cooperantes. Ver fallecer a personas seropositivas porque no ten¨ªan acceso a una pastilla. La lucha por lo medicamentos. Los recuerdos de m¨¢s de 40 a?os de trabajo en asistencia humanitaria fluyen ante los ojos de la m¨¦dica Pilar Est¨¦banez Est¨¦banez (Palencia, 1951). A sus 66 a?os, echa de menos estar sobre el terreno. Sin embargo, sigue al pie del ca?¨®n, entregada desde Madrid a la formaci¨®n de otros profesionales y a reivindicar el papel de la medicina humanitaria.
La socia fundadora y presidenta de la Sociedad Espa?ola de Medicina Humanitaria (SEMHU), una organizaci¨®n que aglutina a m¨¢s de 150 profesionales, mira con confianza al futuro del sector, como refleja en el libro que coordina junto a Carolina Jim¨¦nez y Jorge Alvar, recientemente publicado, Asistencia Sanitaria en Crisis Humanitarias. Pero, apunta, hay que derribar los "obst¨¢culos pol¨ªticos" que limitan las actuaciones en algunos ¨¢mbitos, como la acogida de los refugiados.
El compromiso social de la especialista en Medicina Interna y Salud P¨²blica empez¨® a forjarse con la lucha contra el sida, a finales de los ochenta. Fue entonces cuando se volc¨® en la fundaci¨®n de M¨¦dicos del Mundo Espa?a. "Fuimos pioneros en muchos aspectos", destaca, sentada en un bar del centro de Madrid. Mientras toma a peque?os sorbos una ca?a, habla con fervor de su trabajo. "Actuamos con muy buena voluntad y mucha profesionalidad. Esto nos llevaba a responder a las crisis, pero luego no hab¨ªa una evaluaci¨®n. A escala internacional, ante una emergencia, todos quer¨ªan participar: ONG, Gobiernos, universidades, empresas... Ah¨ª se empieza a crear un galimat¨ªas, aunque, eso s¨ª, se salvaron muchas vidas".
Est¨¦banez y su equipo participaron activamente en la elaboraci¨®n de m¨¦todos para la estandarizaci¨®n de la respuesta humanitaria, que fueron avalados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. "Fue una experiencia incre¨ªble. Logramos que los equipos que se desplazaban sobre el terreno estuvieran registrados y tuvieran ciertas competencias previas. En esta l¨ªnea tenemos que intentar que la medicina humanitaria se convierta en una nueva especialidad".
La m¨¦dica se queja de la escasa atenci¨®n a esta rama en el ¨¢mbito acad¨¦mico. "No hay ni una asignatura dedicada a la medicina humanitaria, pero para trabajar en esto hay que contar con unos conocimientos espec¨ªficos", se lamenta la codirectora del M¨¢ster de Medicina Humanitaria de la Universidad Complutense de Madrid.
Lo m¨¢s importante es tener preparado al personal local, porque son los primeros que responden a las emergencias Pilar Est¨¦banez, SEMHU
?Qu¨¦ diferencia la asistencia normal de la humanitaria? "Nos movemos por unos principios y una ¨¦tica humanitaria, es decir, basados en principios reconocidos por Naciones Unidas, como la universalidad y la imparcialidad", resume la experta. Para que la maquinaria se ponga en marcha desde el punto de vista formal, es necesario que el pa¨ªs interesado solicite asistencia al considerar que no es capaz de hacer frente por sus medios a un hecho como un desastre natural, un conflicto o una epidemia. "La respuesta al terremoto de Murcia o al de Italia, por ejemplo, no eran intervenciones humanitarias", explica Est¨¦banez.
Los equipos de auxilio suelen empezar a trabajar en el lugar de la emergencia en un plazo de unas 48 horas. "Lo m¨¢s importante es tener preparado al personal local, porque son los primeros que responden a las emergencias", destaca la m¨¦dica. Por eso, insiste, es fundamental avanzar en prevenci¨®n. La presidenta de la Sociedad Espa?ola de Medicina Humanitaria destaca los progresos en este sentido de Am¨¦rica Latina. "Antes un desastre pod¨ªa causar millones de muertos, pero los sucesos recientes han demostrado que estas cifras se pueden evitar gracias a una respuesta r¨¢pida y a un trabajo anterior".
La formaci¨®n del personal local y la prevenci¨®n fueron factores cruciales tambi¨¦n en la crisis del ¨¦bola, que caus¨® m¨¢s de 11.300 muertos en Guinea, Sierra Leona y Liberia entre 2014 y 2016. "Si se hubiera aplicado el reglamento sanitario internacional, no se habr¨ªa alcanzado este n¨²mero", sostiene la experta. "En Senegal, por ejemplo, el virus lleg¨®, pero el personal estaba capacitado y se contuvo la emergencia, mientras que los otros pa¨ªses tardaron m¨¢s de seis meses en dar la alerta".
Est¨¦banez subraya la importancia de un marco de actuaci¨®n cada vez m¨¢s amplio, que tome en cuenta, por ejemplo, la distribuci¨®n de anticonceptivos o el cuidado de los enfermos cr¨®nicos. "Otro aspecto fundamental es el cultural. Conocer el lugar de intervenci¨®n te permite evitar errores como los que se realizaron en Hait¨ª. Para un haitiano, el tratamiento de los cad¨¢veres despu¨¦s el terremoto fue una fuente de sufrimientos. Tambi¨¦n hay que tener cuidado con las amputaciones, porque para algunas culturas puede suponer estar fuera de la vida".
Entre los numerosos avances, la m¨¦dica apunta tambi¨¦n un retroceso. "Ya no contamos con seguridad para actuar en conflictos. Antes te respetaban, pero ahora van a por ti, porque la ayuda se asocia a los Gobiernos. Se ha convertido en un arma de guerra".
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