Este es el tiempo que se alarga su vida por cada 60 minutos corriendo

Es la mejor inversi¨®n, y no viene con letra peque?a: da igual si solo corre de forma espor¨¢dica o a un ritmo bajo. Las horas que pase trotando encima del asfalto o la cinta del gimnasio se sumar¨¢n (multiplicadas por siete) a su esperanza de vida. Aunque suene a mantra de un gur¨² del atletismo, es la conclusi¨®n de un nuevo estudio publicado en Progess in Cardiovascular Disease.

Los datos no salen de la nada: si un corredor t¨ªpico entrena dos horas a la semana (bas¨¢ndose en otra investigaci¨®n previa del Cooper Institute en Dallas [EE UU], que se?alaba que este era el tiempo medio de los m¨¢s de 55.000 participantes del estudio), y lo hace durante 40 a?os, en total habr¨¢ invertido unos seis meses corriendo. Gracias a este ejercicio, y siempre seg¨²n los investigadores, su esperanza de vida podr¨ªa aumentar hasta 3,2 a?os. Traducido: 1 hora de entrenamiento = 7 horas m¨¢s de vida.

Pero no piense que con esa f¨®rmula alcanzar¨¢ la inmortalidad, ya que estas sumas ¡°no son infinitas¡±, comenta Duck-chul Lee, profesor en la Iowa State University (EE UU) y coautor del estudio. Independientemente de las horas que pase trotando, el aumento de vida que han observado no supera los 3 a?os. Sin embargo, los investigadores de Dallas han publicado que el riesgo de muerte prematura disminuye un 40% en los corredores habituales, y que los que empiezan a practicar este deporte pueden reducir en un 25% los ataques al coraz¨®n.

?Y qu¨¦ hay del resto de deportes? Tambi¨¦n presentan beneficios, pero no son tan acusados. Caminar, ir en bicicleta u otras actividades menos intensas que correr pueden frenar el riesgo de muerte prematura en un 12%. Todos estos datos son asociados, es decir, demuestran que los corredores tienden a vivir m¨¢s a?os, pero ello no implica que este ejercicio sea el causante directo del aumento de la longevidad. Los deportistas suelen presentar h¨¢bitos de vida saludables,?sin excesos de peso destacables y con la presi¨®n sangu¨ªnea estable, y eso desempe?a un papel determinante en la baja mortalidad prematura, concluye el doctor Lee. Aun as¨ª, puede que haya llegado el momento de sacar la calculadora del m¨®vil y empezar a hacer n¨²meros.