¡°Dentro de 10 o 20 a?os hallaremos agua y ox¨ªgeno en otros planetas¡±
El creador del festival 'Noches de Estrellas' presenta en Espa?a un libro sobre la influencia de la astronom¨ªa en el lenguaje
"Una estrella no dice su nombre, ni de d¨®nde viene, ni ad¨®nde va", escribe Daniel Kunth (Par¨ªs, 1946). Despu¨¦s de una vida dedicada a la observaci¨®n del cielo, el astr¨®nomo del Instituto de Astrof¨ªsica de Par¨ªs y director de investigaciones del Centro Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica (CNRS, por sus siglas en franc¨¦s), ha aprendido a descifrar algunos de los?misterios de los cuerpos celestes y, m¨¢s all¨¢ de la ciencia, las marcas que dejan en la vida cotidiana. Para ¨¦l, las m¨¢s importantes de esas marcas son las palabras. En 1990, cuando organiz¨® el primer festival Nuits des ¨¦toiles (Noches de estrellas) ¡ªun encuentro gratuito y al aire libre que se realiza el 12 de agosto, cuando se pueden ver m¨¢s estrellas fugaces¡ª, a Kunth se le ocurrieron los primeros vocablos celestes. Uno de ellos es can¨ªcula (del lat¨ªn canis, perro), que designa las temperaturas estivales excesivas porque la estrella Sirio (el perro del cazador Orion) se ve m¨¢s brillante en las noches de buen tiempo.?
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, gracias a la colaboraci¨®n de amigos y de los asistentes de su festival¡ª que ha llegado a B¨¦lgica, Italia y a la Guayana Francesa, la colecci¨®n ling¨¹¨ªstica de Kunth suma m¨¢s de 200 palabras, recopiladas en el libro Palabras del Cielo (Gedisa), que el astr¨®nomo ha presentado esta semana en Madrid y Barcelona, y que propone un viaje por las huellas que miles de noches estrelladas han dejado en el lenguaje de diferentes civilizaciones.?
Pregunta: ?C¨®mo se le ha ocurrido la idea del libro?
Respuesta:?Hace miles y miles de a?os que el hombre mira al cielo y esa costumbre no podr¨ªa dejar de influenciar nuestro lenguaje. Siempre me ha gustado la ling¨¹¨ªstica, entonces decid¨ª bucear en el diccionario, una ciencia completamente distinta de la m¨ªa, para entender esa influencia.? La mayor¨ªa de esas palabras tiene ra¨ªz latina, lo que explica que muchas se escriben o suenan de manera parecida en diferentes idiomas. Tambi¨¦n hay ra¨ªces griegas y ¨¢rabes, que fueron los primeros en estudiar el cielo. C¨¦nit, por ejemplo, tiene una historia curiosa:?su origen ¨¢rabe semt se refiere al "camino sagrado que sube al cielo". Semt se transform¨® en c¨¦nit cuando los monjes de la Edad Media, que ten¨ªan que copiar todo a mano y con pluma de oca, sustituyeron, por error, la m por una n y una i.?
Yo quer¨ªa contar esas cosas, pero no me apetec¨ªa escribirlo como si fuese un diccionario. Decid¨ª organizar los vocablos en cap¨ªtulos, de manera que propusiese al lector un viaje que empieza con el concepto de cielo, despu¨¦s estrellas, planetas, hasta llegar a la totalidad del cosmos.
P: Entre todos los t¨¦rminos del libro, ?cu¨¢l es el que m¨¢s le gusta?
R: Deseo. Esa palabra es un regalo del cielo para nuestras pulsiones vitales. Viene de considerar, que significa mirar las estrellas. El de, privativo, representa el cese de esa contemplaci¨®n. Los primeros marineros, que se orientaban gracias a las posiciones de los astros en la b¨®veda celeste, ya utilizaban la palabra en las noches sin estrellas en las que, l¨®gicamente, las echaban de menos.
P: ?Por qu¨¦ a la gente siempre le ha fascinado el cielo?
R:?Porque siempre estamos buscando nuestro origen, siempre estamos preguntando por qu¨¦ estamos aqu¨ª, sobre la Tierra, todos tan peque?itos. El cielo confiere cierta importancia a nuestra existencia, gracias a ¨¦l la gente se pregunta si Dios existe o no. Representa esa dimensi¨®n metaf¨ªsica, profunda y a la vez cient¨ªfica. Hay tambi¨¦n un factor emocional, que no permite que uno se quede indiferente cuando mira al cielo. Las estrellas no son alcanzables, y al ser humano le fascina todo lo que se le escapa, ya sea la cumbre de una monta?a o lo m¨¢s profundo de los oc¨¦anos. ?Qu¨¦ ser¨ªa del ser humano si no existieran las estrellas? Vivir¨ªamos bajo una b¨®veda oscura.
P: Hoy en d¨ªa el universo se ha vuelto un poco m¨¢s accesible al ciudadano com¨²n. Con frecuencia la Nasa divulga nuevas fotos de planetas y estrellas, por ejemplo. ?C¨®mo ha cambiado eso la relaci¨®n del hombre con el cielo?
La tecnolog¨ªa todav¨ªa no puede responder algunas cuestiones fundamentales, como, por ejemplo, de donde venimos
R:?Esas im¨¢genes contribuyen a que el ser humano entienda el cielo m¨¢s all¨¢ de los mitos, aunque algunos persistan, porque?la tecnolog¨ªa todav¨ªa no puede responder algunas cuestiones fundamentales, como, por ejemplo, de donde venimos. Un ejemplo es la astrolog¨ªa, que todav¨ªa tiene muchos fieles porque promete respuestas sobre cosas profundas y personales, como el destino y el futuro, cosas que los cient¨ªficos no podemos hacer. Solo podemos mejorar la salud de un individuo, no su destino (risas).?
Por otra parte, la gente que vive en ciudades como Par¨ªs o Madrid, donde solo se pueden ver entre 50 y 100 estrellas, encuentra bell¨ªsimas las fotos de los exoplanetas, que para mi gusto tienen demasiado color, porque representan una conexi¨®n con el universo. Luego muchas de esas personas se interesan mucho en informarse sobre cosas como los agujeros negros, pero si est¨¢n en el campo y miran al firmamento, no sabr¨ªan decir el nombre de ninguna estrella.?
P: De todo lo que queda por descubrir en el universo, ?cu¨¢les cree que ser¨¢n los pr¨®ximos hallazgos?
R:?Nos quedan por solucionar la cuesti¨®n sobre el origen del universo, su composici¨®n (el 90% est¨¢ formado de materia oscura y energ¨ªa oscura, que no sabemos qu¨¦ es) y la existencia de vida en otros planetas. Sabemos que dentro de una esfera local, no muy lejos de nosotros, hay por lo menos 4.000 planetas que giran alrededor de otras estrellas, es decir, el sistema solar no es ¨²nico. Hay t¨¦cnicas muy punteras que permiten detectar la presencia de planetas como esos. El reto es obtener im¨¢genes de ellos, pero yo creo que dentro de 10 o 20 a?os hallaremos en esos planetas cosas como agua y ox¨ªgeno, elementos necesarios para la vida.
El ELT nos permitir¨¢ entender la formaci¨®n de las galaxias y de las primeras estrellas
P:?Dentro de poco tiempo se instalar¨¢ en Chile el Extremely Large Telescope (ELT), con?39,3 metros de di¨¢metro, considerado una joya de la ingenier¨ªa ¨®ptica e infrarroja que promete arrojar, literalmente, m¨¢s luz sobre esas cuestiones. ?Qu¨¦ expectativas tiene al respeto?
R:?El ELT nos permitir¨¢ obtener im¨¢genes de exoplanetas, medir el espectro de objetos celestes muy lejanos, y, lo m¨¢s importante, entender la formaci¨®n de las galaxias?y de las primeras estrellas. Cuando se tiene tanta luz, se puede analizar m¨¢s al detalle la frecuencia de cada estrella, adem¨¢s de comprobar cuestiones como la?teor¨ªa de la relatividad general.
P:?Tim de Zeeuw, director del Observatorio Europeo Austral (ESO), ha dicho que ese nuevo telescopio supone un cambio tan importante como lo que hizo Galileo. ?Usted est¨¢ de acuerdo?
R:?Me parece una declaraci¨®n un poco exagerada. Lo m¨¢s importante es que no sabemos todav¨ªa la dimensi¨®n de cosas que podemos descubrir con ese aparato. Recuerdo que, cuando se construy¨® el telescopio de cinco metros de di¨¢metro en el monte Palomar [en 1948], el principal objetivo era descubrir indicios de vida en Marte. Al final, las primeras pistas sobre ese tema solo surgieron con las misiones Viking [en 1976]. Ese es solo un ejemplo de que, en nuestro campo, lo m¨¢s importante no es lo que uno espera encontrar, sino lo que, efectivamente, encuentra despu¨¦s.?
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