¡°La crisis migratoria se puede abordar, pero a Europa le falta solidaridad¡±

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El director general de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones, William Lacy Swing (1934, Estados Unidos), impone siempre una visi¨®n a 360 grados. Rechaza circunscribir la crisis migratoria a un problema europeo. ¡°Se trata de un porcentaje m¨ªnimo en comparaci¨®n con los 244 millones de personas que se desplazan en todo el planeta¡±, insiste. Bajo ese enfoque centra su breve discurso durante la Conferencia bienal de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), que se celebra estos d¨ªas en Roma. Swing enumera el cambio clim¨¢tico, la escasa capacidad de los cultivos para adaptarse a ello o las condiciones extremas de los ecosistemas como razones para las migraciones, sobre todo en ?frica y Asia. En 40 a?os de carrera diplom¨¢tica ha sido embajador en media docena de pa¨ªses del continente negro y desde 2008 est¨¢ al frente de la OIM, una organizaci¨®n integrada por 166 pa¨ªses. Se debe al cargo. Antes de la entrevista ha asistido, sin embargo, a otra reuni¨®n convocada por Italia para ofrecer mayor asistencia a los pa¨ªses de origen.

P. Italia pide que la responsabilidad de la crisis migratoria en Europa sea compartida, pero otros pa¨ªses europeos rechazan sus demandas. ?Tiene raz¨®n el Gobierno italiano?

R. Por supuesto. Necesitas un sentido de responsabilidad compartida, la UE se establece como una uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, pero cuando tienes solo un par de pa¨ªses como Italia y Alemania ¡ªy Grecia en cierto modo¡ª cargando con la mayor parte, ?d¨®nde est¨¢n los otros veintitantos? Hay un programa de recolocaci¨®n de 160.000 personas y ?cu¨¢ntos llevamos? [Unos 7.500, ser¨¢n 10.000 para el final de a?o, apunta a su lado el coordinador de la oficina de la OIM para el Mediterr¨¢neo, Federico Soda]. Hay pa¨ªses que ni siquiera han querido formar parte del acuerdo, lo que demuestra que la crisis migratoria es b¨¢sicamente una crisis pol¨ªtica.

P. ?Cree que Europa est¨¢ demasiado centrada en el discurso de la seguridad y en proteger sus fronteras?

Est¨¢ muy centrada en la seguridad y tambi¨¦n simplemente en intentar reducir el n¨²mero de personas que cruzan. Lo que se echa de menos es una pol¨ªtica que facilite la compresi¨®n a largo plazo.

P. ?C¨®mo habr¨ªa que entender el problema?

La percepci¨®n es que hay muchas m¨¢s personas que llegan al norte, cuando en realidad es casi igual el n¨²mero de personas que emigran del sur a otras partes del sur que las que lo hacen del sur al norte. Solo en el sur de ?frica hay mucho m¨¢s movimiento. Si miras los n¨²meros, unos dos millones de personas llegaron a Europa, un ¨¢rea de 150 millones, en los ¨²ltimos tres a?os. Mientras que pa¨ªses como Etiop¨ªa han acogido un mill¨®n de migrantes, L¨ªbano cuatro millones¡­

Hay que utilizar pol¨ªticas m¨¢s creativas para conseguir m¨¢s llegadas legales y menos irregulares

P. Ante el rechazo a otras medidas, el debate en Europa se ocupa ¨²ltimamente del papel de las ONG, acusadas de malas pr¨¢cticas y provocar un ¡°efecto llamada¡±.

R. No estoy muy al tanto de este asunto, pero creo que el problema es m¨¢s general. Hace falta una pol¨ªtica comprensiva y poner en marcha un plan de acci¨®n. Italia ha organizado un encuentro con pa¨ªses europeos, africanos, la OIM y ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados). Y ahora nos reuniremos cada seis meses, lo que me parece excelente.

Pero, ?qu¨¦ deber¨ªan hacer los pa¨ªses europeos?

R. Primero se deben afrontar los factores que empujan a la migraci¨®n. Son los desastres, los conflictos desde el oeste de ?frica al sur de Asia, desequilibrios demogr¨¢ficos con un norte envejecido donde mueren m¨¢s personas que nacen, cambio clim¨¢tico, desigualdades socioecon¨®micas entre norte y sur¡­ Hay que utilizar pol¨ªticas m¨¢s creativas para conseguir m¨¢s llegadas legales y menos irregulares. Vienen ilegalmente porque no tienen modo de hacerlo de otra forma. Se podr¨ªan entregar m¨¢s permisos de empleo y estado de protecci¨®n temporal o implementar c¨ªclicos de migraci¨®n circular y estacional.

P. El 97% de quienes llegan a Europa lo hacen a trav¨¦s de Libia. Sin embargo, actualmente parece in¨²til pactar con su Gobierno. Se acumulan adem¨¢s all¨ª denuncias de violaciones de derechos humanos.

R. Lo m¨¢s importante para la comunidad internacional ahora es volver a Libia. Desde la OIM nunca les hemos abandonado, estamos intentando conseguir m¨¢s apoyo de los pa¨ªses, pero falta trabajo por hacer sobre todo en cuanto a los derechos humanos. Libia tiene una capacidad muy limitada, como unos 31 centros de detenci¨®n. Nosotros trabajamos en una veintena de ellos. La idea ser¨ªa aumentar las instalaciones para que sean m¨¢s humanas, pudiendo separar a hombres y mujeres, e intentar trabajar con las autoridades libias en Tr¨ªpoli para convertirlos en centros abiertos de recepci¨®n. Para hacer un buen trabajo es necesario estar dentro de Libia, tambi¨¦n para acelerar las repatriaciones desde all¨ª.

P. ?C¨®mo se podr¨ªa coordinar desde Europa esa pol¨ªtica?

R. Hemos llevado de vuelta a sus pa¨ªses a unas 100.000 personas el a?o pasado. Aqu¨ª no encuentran trabajo o tienen contratos parciales y quieren volver para tener trabajo. Deben hacerlo con dignidad, es importante que vuelvan con algo de dinero para poder abrir sus negocios, porque si no dejamos la puerta abierta a que retornen de forma irregular.

Las cifras est¨¢n descendiendo. Este a?o han llegado a Europa 100.000 personas, por las 321.000 a estas alturas del a?o pasado

P. Volvamos a un caso concreto. ?Espa?a debe abrir sus puertos para recibir a los rescatados en el mar?

R. La ¨²nica forma de gestionar el problema es compartiendo la responsabilidad, compaginando seguridad y solidaridad. Deber¨ªa haber m¨¢s cooperaci¨®n de la propia Uni¨®n, porque los n¨²meros son gestionables si esta existiera.

P. Espa?a responde que no puede afrontar m¨¢s presi¨®n migratoria.

R. Italia est¨¢ concentrando m¨¢s de 85.000 casos [por las cerca de 100.000 llegadas que se han registrado este a?o]. Todo el flujo del Mediterr¨¢neo central pasa por este pa¨ªs, pero Italia necesita ayuda. El mayor problema viene del temor a los cambios, a la cultura¡­ lo que nos lleva a preguntarnos cu¨¢l es nuestra responsabilidad en la integraci¨®n. Los mayor¨ªa de los atentados de Bruselas, Par¨ªs, Niza, California [San Bernardino, en 2015] los cometieron poblaci¨®n local, que no se siente integrada en sus sociedades.

P. Se habla del problema como una emergencia.

R. No solo es una emergencia, hay una crisis de solidaridad, que si la afrontamos podr¨ªamos gestionar el problema. En realidad, las cifras est¨¢n descendiendo. Este a?o han llegado a Europa 100.000 personas, por las 321.000 a estas alturas del a?o pasado [durante los primeros meses de 2016 el flujo por Grecia todav¨ªa estaba abierto, antes del pacto entre la UE y Turqu¨ªa que provoc¨® su cierre].

P. ?Cu¨¢les son los riesgos de no afrontarlo?

R. Habr¨¢ cada vez m¨¢s confusi¨®n, se crear¨¢n estereotipos y frustraci¨®n generalizada. Ya se sabe, ¡®vienen para quedarse con nuestros trabajos, cometen cr¨ªmenes¡¯ y este tipo de cosas. Las pol¨ªticas no est¨¢n facilitando una educaci¨®n p¨²blica ni suministrando la informaci¨®n necesaria para responder a las dudas de quienes presentan estos temores. Habr¨ªa que explicarles por qu¨¦ est¨¢ llegando toda esta gente y cu¨¢les son los motivos que los mueven. Hay que dejar claro cu¨¢les son nuestros programas para ellos, cu¨¢ntos son, d¨®nde van, c¨®mo distribuirlos. Alemania es de los pocos que est¨¢ haciendo un buen trabajo en este sentido.