Nuestra Europa
La UE necesita esfuerzo decidido de los pol¨ªticos y tambi¨¦n de los ciudadanos
Acontecimientos como los recientes comicios y resultados electorales en Francia podr¨ªan contribuir en alguna medida a que los ciudadanos de la UE podamos volver a sentirnos europeos, satisfechos e incluso orgullosos de serlo, algo claramente necesario. Pero esto pasa por ser proactivos y aportar nuestro empe?o para reconstruir esa familia com¨²n europea, que gracias a personajes como Adenauer, Monnet o Schuman comenz¨® a formarse hace ahora 60 a?os.
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Si contemplamos el mundo a trav¨¦s de las coordenadas espacio y tiempo, podemos ver claramente que en ning¨²n otro lugar o regi¨®n de la Tierra ni en ning¨²n momento de la historia se ha dado una experiencia tan importante y beneficiosa para cientos de millones de ciudadanos como es la UE. Los est¨¢ndares de libertad, calidad de vida, educaci¨®n, salud y democracia, as¨ª como la importante y valiosa tolerancia que acompa?a a la diversidad de razas, religiones y culturas existentes dentro de la UE nos muestran desde hace d¨¦cadas la trascendencia de pertenecer a y habitar en este privilegiado espacio pluricultural dentro de un mundo tan desigual y con tantas penurias como el que habitamos.
Los que a principios de los a?os ochenta form¨¢bamos parte en Espa?a de organizaciones europe¨ªstas, e intent¨¢bamos convencer de la importancia de que nuestro pa¨ªs llegase a entrar en Europa ¡ªlo que era un sue?o para muchos en aquella ¨¦poca¡ª, podemos apreciar 35 a?os despu¨¦s el notorio progreso y la radical diferencia entre la sociedad espa?ola de esa ¨¦poca y la actual.
La UE debe acercarse m¨¢s a los ciudadanos y velar por sus intereses reales
En todo caso, no podemos ignorar que la UE ¡ªy la propia idea de Europa¡ª se encuentra ahora en una encrucijada, que es necesario afrontar de forma urgente. Europa debe acercarse m¨¢s a los ciudadanos y velar por sus intereses reales. El funcionamiento de las instituciones europeas ha dejado mucho que desear en estas dos ¨²ltimas d¨¦cadas, con procesos de actuaci¨®n y decisiones ineficaces, en muchos casos demasiado lentas y burocratizadas, sin dar una adecuada respuesta a la voluntad y necesidades de la ciudadan¨ªa. Muchas decisiones de car¨¢cter econ¨®mico y social han sido, adem¨¢s, tan cuestionables como poco transparentes y no han ayudado en absoluto a mejorar la situaci¨®n y aliviar la penuria de millones de ciudadanos europeos.
Si a lo anterior unimos las recientes y en muchos casos fulgurantes apariciones en diversos pa¨ªses de la Uni¨®n de partidos pol¨ªticos radicales, excluyentes y contrarios a la naturaleza y solidaridad propias del proyecto europeo, adem¨¢s del Brexit, o la pol¨ªtica aislacionista de Trump en EE?UU, el panorama actual de la Uni¨®n se presenta complicado. Esto hace tan necesario como urgente que los pol¨ªticos europeos y nacionales internalicen adecuadamente esta situaci¨®n y adopten un conjunto de medidas que contribuyan a reforzar la idea y el nivel de cohesi¨®n social de lo que hemos de seguir considerando como nuestra Europa.
Dentro de la UE hay valiosos est¨¢ndares de libertad, calidad de vida, educaci¨®n, salud, democracia y tolerancia
Una de las numerosas medidas que pueden contribuir a reforzar la cohesi¨®n econ¨®mica y social en Europa es la implantaci¨®n de un impuesto con el que pudieran gravarse las transacciones financieras ¡ªsiquiera con un porcentaje m¨ªnimo, del 2 por mil¡ª, m¨¢s conocido como tasa Tobin. As¨ª se podr¨ªan obtener importantes recursos para sufragar servicios p¨²blicos y sociales en los distintos pa¨ªses y se contribuir¨ªa a reforzar la idea de un proyecto realmente plurinacional, que aparte de aumentar la cohesi¨®n social equilibrar¨ªa algo m¨¢s las aportaciones del sector financiero al erario p¨²blico (no es l¨®gico que paguemos impuestos al comprar una barra de pan y no se paguen al comprar acciones u otros activos financieros). En pa¨ªses como Espa?a, el sector de las finanzas ha sido generosamente sufragado con muy importantes recursos aportados por los ciudadanos. Ser¨ªa necesario, en definitiva, que el acuerdo previo ya adoptado por 10 pa¨ªses europeos sobre este impuesto, entre los que se encuentran las cuatro grandes econom¨ªas de la eurozona (Espa?a, entre ellas), llegue finalmente a hacerse efectivo.
Europa necesita, en suma, el esfuerzo decidido no solo de los pol¨ªticos sino de sus ciudadanos, a trav¨¦s, entre otras cosas, de su claro apoyo en las elecciones tanto europeas como nacionales a los partidos que m¨¢s cerca est¨¢n del proyecto com¨²n europeo, como ha ocurrido hace poco en Francia.
Jes¨²s Lizcano ?lvarez es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Financiera y Contabilidad en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidente de Transparencia Internacional Espa?a.
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