La verdad sobre el efecto llamada
El efecto llamada es la excusa de las autoridades europeas para vulnerar los derechos humanos
El efecto llamada es actualmente una muletilla de las autoridades europeas cuando hablan de inmigraci¨®n y, en general, cuando quieren pasarse alg¨²n derecho humano universal por el forro. Un ejemplo de los ¨²ltimos meses: no se puede salvar a la gente en el Mediterr¨¢neo porque genera ¡°efecto llamada¡± al igual que las fronteras sin vallas.
En realidad, el ¡°efecto llamada¡± parece ser que se empez¨® a usar en Espa?a en 2005 cuando Zapatero llev¨® a cabo una gran regularizaci¨®n de inmigrantes. Este t¨¦rmino lo popularizar¨ªa el PP para relacionar est¨¢ acci¨®n con la crisis de los cayucos.
Es gracioso ver c¨®mo la informaci¨®n se sesga y se manipula y da lugar a tremendos bulos que al cabo de un rato damos por ciertos. Me explico. Empecemos por la regularizaci¨®n de Zapatero. En el a?o 2004, el reci¨¦n electo gobierno del PSOE aprueba la que ha sido la mayor regularizaci¨®n de inmigrantes que haya tenido lugar en Espa?a. Entre febrero y mayo de 2005 se conceden 575.951 permisos de trabajo. Sin embargo, no se trataba de la primera regularizaci¨®n masiva que ten¨ªa lugar en Espa?a, entre los a?os 2000 y 2001 el gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar regulariz¨® a 392.639 inmigrantes. En el a?o 1991 el PSOE hizo lo propio con 109.068 inmigrantes. Es decir,? regularizaciones masivas siempre hab¨ªa habido, no se trataba de ninguna novedad, ni en Espa?a, ni en el resto de Europa.
Sigamos por la llamada crisis de los cayucos. Hasta 2002 no exist¨ªa un sistema de control del espacio mar¨ªtimo. Ese a?o se pone en marcha el SIVE (Sistema de Vigilancia Exterior) que se implanta en fase experimental, en Algeciras y Fuerteventura. Este sistema, seg¨²n Ignacio Gonz¨¢lez, secretario de Estado para la Extranjer¨ªa y la Inmigraci¨®n en aquel momento, servir¨ªa para ¡°dificultar la llegada de clandestinos y evitar desgracias mayores¡±. Consiste en una serie de radares que permiten captar la presencia de una embarcaci¨®n de peque?o tama?o a una distancia de 10 km. Hasta 2005 el sistema se va perfeccionando y ese a?o llega a Canarias. Es por lo tanto incorrecto usar los datos de pateras interceptadas gracias principalmente a este sistema, puesto que no los podemos comparar con a?os anteriores en los que el sistema no estaba en uso.
Sin duda es cierto que hubo una variaci¨®n de los flujos de movimiento de las personas que trataban de llegar a nuestro pa¨ªs por tierra y mar. El factor principal fue el atentado del 11S, cuyas consecuencias dieron lugar a una desestabilizaci¨®n de los pa¨ªses del norte de ?frica. Las puertas del estrecho de Gibraltar se cerraron entre septiembre del 2001 hasta julio del 2002, pero dejaron abierto el camino hacia Canarias a trav¨¦s del Sahara. Los controles tambi¨¦n se intensificaron en Ceuta y Melilla. En 2003 la Guerra de Irak, volvi¨® a afectar a los controles fronterizos y a la variaci¨®n de los flujos.
Dicho esto, las personas que usaban v¨ªas de entrada marinas y terrestres durante aquellos se cuentan en decenas de miles. La principal v¨ªa de entrada tanto en nuestro pa¨ªs como en Europa era, y sigue siendo, el avi¨®n.
La informaci¨®n definitiva que tenemos que tener en cuenta, es que, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones de 2016, el porcentaje de inmigrantes sobre la poblaci¨®n mundial no ha variado en los ¨²ltimos 22 a?os.
El concepto de ¡°efecto llamada¡± es uno de los m¨¢s nocivos que se han acu?ado en los ¨²ltimos tiempos y se ha usado para dar lugar a muchos equ¨ªvocos. La verdad es que los movimientos de personas son naturales e inevitables. Tanto es as¨ª que son un derecho recogido en la carta de derechos del hombre. Est¨¢ ampliamente probado que cuando se dificultan estos movimientos lo ¨²nico que se consigue es que la gente salga herida o incluso encuentre la muerte. Los flujos nunca disminuyen, solo se transforman. Y cuanto m¨¢s regular, ordenada y legal sea la llegada de inmigrantes, m¨¢s pr¨®spera ser¨¢ la sociedad tanto de origen como de destino.
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