Dime su nombre y te dir¨¦ c¨®mo le va a ir en la vida

Que suene bien, que nos traiga recuerdos de un viaje, que coincida con la onom¨¢stica del d¨ªa, que rinda homenaje a un antepasado... Muchos son los factores que se tienen o se han tenido en cuenta hist¨®ricamente a la hora de elegir un nombre para un hijo, una decisi¨®n a la que damos mil vueltas: el apelativo le acompa?ar¨¢ toda la vida. M¨¢s a¨²n, puede que incluso contribuya a configurar su forma de ser.

La personalidad de una ni?a que nazca hoy, aseguran los psic¨®logos, se forjar¨¢ de forma distinta dependiendo de si se llama Luc¨ªa (el m¨¢s com¨²n en esta d¨¦cada, seg¨²n el INE), Nicolasa (con un aire pasado de moda) o Shakira (ex¨®tico, fuera del santoral e infrecuente: solo 57 registros desde 2010). Lo mismo que si a un ni?o le ponemos Daniel, Salustiano o Dylan. Como m¨ªnimo, todos somos un poco conscientes de que la percepci¨®n que susciten, o al menos la primera impresi¨®n, cambiar¨¢.

El asunto inspir¨® incluso una pel¨ªcula, la comedia francesa El nombre (2012): durante una cena, uno de los invitados anuncia a sus familiares y amigos que el beb¨¦ que espera se llamar¨¢ Adolphe. Los comensales desaprueban en¨¦rgicamente que vaya a llevar el nombre de Hitler. ¡°Mira ¡ªgrita su cu?ado, agitando la ecograf¨ªa¡ª, ?ya levanta el brazo, hace el saludo nazi!¡±. A lo que el futuro padre responde: ¡°No creer¨¢s que Adolphe se convertir¨¢ en Adolf porque se llame Adolphe¡­¡±.

Los 1.776 ni?os nacidos en esta d¨¦cada inscritos como Kevin tampoco se convertir¨¢n autom¨¢ticamente en actores de ¨¦xito. Pero el nombre ser¨¢ uno de los muchos factores que ayuden a moldear su car¨¢cter. ¡°Claro que puede afectar a la personalidad¡±, dice el psic¨®logo Sergio Garc¨ªa Soriano, portavoz del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid. ¡°Los nombres son la piel de las cosas. Es con lo primero que nos encontramos. En la relaci¨®n social, el nombre envuelve a quien lo posee, y dependiendo del tipo de nombre que tenga va a generar una serie de expectativas y albergar determinadas connotaciones que van a definir parte de lo que los dem¨¢s esperan de esa persona¡±. Junto con nuestra apariencia f¨ªsica y nuestros modales, el nombre es nuestra tarjeta de visita. ¡°Si la apariencia es el escaparate, el nombre podr¨ªa ser el precio del producto, que te est¨¢ dirigiendo hacia un lugar u otro¡±, a?ade este experto.

Unos sugieren ¨¦xito acad¨¦mico y otros, delincuencia

Seg¨²n diferentes estudios, los nombres sencillos influyen m¨¢s positivamente en la personalidad. All¨¢ por 1954, y tras comparar los perfiles psicol¨®gicos de 104 chicos con nombres convencionales y otros 104 con nombres peculiares, los psic¨®logos Albert Ellis y Robert M. Beechley concluyeron que en estos ¨²ltimos hab¨ªa una ¡°significativa mayor tendencia¡± a padecer una ¡°severa perturbaci¨®n emocional¡± que en aquellos con nombres corrientes.

Seis a?os antes, en 1948, dos investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) hallaron que los varones con nombres inusuales o exc¨¦ntricos eran m¨¢s propensos a mostrar rasgos neur¨®ticos que aquellos con nombres comunes. Ese mismo a?o, los psic¨®logos Houston y Sumner, de la Universidad de Howard (EE UU), llegaron a la misma conclusi¨®n en su an¨¢lisis con mujeres. En 1977, la psic¨®loga Susan D. Nelson encontr¨® que existen estereotipos en cuanto a nombres que sugieren ¨¦xito acad¨¦mico o todo lo contrario. Dichos estereotipos son conocidos por los portadores de los nombres, lo que de alg¨²n modo podr¨ªa condicionarles para cumplir lo que se espera de ellos, hab¨ªa sugerido en 1976 su colega S. Gray Garwood.

Estudios m¨¢s recientes, publicados entre 2008 y 2011, tambi¨¦n dicen ¡°s¨ª¡± a los nombres comunes y ponen pegas a los raros. Los individuos que tienen nombres familiares y f¨¢ciles de pronunciar causan mejor impresi¨®n, alcanzan puestos m¨¢s altos en las empresas (esos Bill Gates, Steve Jobs¡­) y son contratados antes, aseguran tres investigaciones. Otra advierte de que los nombres exc¨¦ntricos est¨¢n asociados con la delincuencia juvenil.

¡°Con el nombre, a un ni?o puedes darle protagonismo o exclusi¨®n. Un nombre complicado genera poca integraci¨®n¡±, justifica el psic¨®logo Garc¨ªa Soriano, que explica as¨ª la mejor aceptaci¨®n de los nombres comunes. ¡°Permiten que uno no se tropiece con ellos, que los pueda pronunciar f¨¢cilmente. Por ejemplo, una abuela llamar¨¢ m¨¢s a menudo a un nieto con un nombre sencillo que a uno con un nombre que le cueste pronunciar, lo que har¨¢ que el primero tenga con ella un v¨ªnculo afectivo mayor". Lo mismo sucede en cualquier otro ¨¢mbito: cada vez que me trabo a la hora de pronunciar un nombre complicado se genera un conflicto, y, sin darme cuenta, lo relegar¨¦¡±.

Las mujeres con nombres m¨¢s masculinos son m¨¢s exitosas

Para Jos¨¦ El¨ªas Fern¨¢ndez, director del gabinete psicol¨®gico Centro Josel¨ªas, un nombre complicado ¡°puede propiciar una personalidad conflictiva. El ni?o va a estar siempre nervioso, intentando aclarar su nombre, y le va a generar continuamente conflictos¡±. En cambio, los nombres sencillos ¡°te generan familiaridad. Si vas a contratar a alguien y se llama Jos¨¦, te resulta conocido y familiar y te da confianza; un nombre extra?o, menos o¨ªdo, te provoca cierta desconfianza a priori. Todos tenemos unos par¨¢metros mentales seg¨²n los cuales cuando algo se asemeja a lo que nos parece conocido, nos permite funcionar mejor; cuando algo nos parece diferente, nos ponemos en guardia¡±.

Los prejuicios que persisten en la sociedad, causantes de desigualdades, tambi¨¦n repercuten en la impresi¨®n que causan los nombres. Eso podr¨ªa explicar las conclusiones de varios estudios, que afirman que los ni?os varones con nombres que suenan femeninos tienen problemas de integraci¨®n y sacan peores notas en el colegio, las ni?as con nombres de sonoridad masculina (Leslie, Jan o Cameron) tienen una carrera m¨¢s exitosa en el ¨¢mbito laboral y las personas con nombres que sugieren que sus portadores son de raza blanca tienen m¨¢s probabilidades de ser contratadas.

Sobre la concordancia de nombre y sexo, el psic¨®logo Sergio Garc¨ªa Soriano piensa que ¡°tiene sentido, ya que en el desarrollo infantil estamos permanentemente reforzando que somos ni?os o ni?as, y eso genera un conflicto y cierta reticencia a su alrededor¡±. Por otra parte, nos recuerda que ¡°a lo largo de la historia, muchas escritoras tuvieron que ponerse seud¨®nimos masculinos para poder publicar. Eso ayudaba a que su trabajo tuviese una difusi¨®n mayor¡±.

Los nombres resonantes aportan energ¨ªa

Si un nombre complicado puede determinar una personalidad complicada, ?un nombre resonante (Ram¨®n, Iv¨¢n, Valeria) derivar¨¢ en un car¨¢cter fuerte? ¡°Se podr¨ªa dar¡±, opina Garc¨ªa Soriano. ¡°La etimolog¨ªa de nuestro nombre nos impregna de ciertas caracter¨ªsticas. El sonido presta alguna caracter¨ªstica a la personalidad de quien lo tiene¡±. Jos¨¦ El¨ªas Fern¨¢ndez es de la misma opini¨®n: ¡°La sonoridad del nombre, su rotundidad, conlleva una vibraci¨®n que aporta una energ¨ªa que acompa?a toda la vida¡±.

Los personajes populares han sido siempre fuente de inspiraci¨®n para padres mit¨®manos o indecisos: en los 70, Noelia pas¨® de estar en el puesto 2.238 del ranking de nombres a entrar en el top 50, sin duda gracias a la canci¨®n de Nino Bravo de 1972; la irrupci¨®n de Shakira en la presente d¨¦cada y mucho m¨¢s rotundamente la de Iker ¡ªnada menos que en el puesto 16 esta d¨¦cada¡ª obedece claramente a la admiraci¨®n de los progenitores por estrellas de la m¨²sica o el deporte. Jos¨¦ El¨ªas Fern¨¢ndez alerta de las posibles consecuencias: ¡°Si tu padre te pone Rafael por Nadal y no sabes ni coger una raqueta, eso puede provocar que te sientas fracasado, porque no consigues estar a la altura de lo que esperaba tu padre¡±.

Los anticuados pueden marcar la adolescencia

Frente a los nombres convencionales y los inusuales est¨¢n aquellos que un d¨ªa fueron corrientes pero ya no lo son. Nos referimos a aquellos que traen reminiscencias de tiempos pret¨¦ritos (como Santiaga o Fructuoso). Este tipo de nombres, dicen los expertos, en el mundo moderno, pueden acentuar la timidez de la persona. Autom¨¢ticamente ponen el foco en su portador, aunque ¨¦l o ella no lo deseen. En la adolescencia, cuando los chicos y chicas presumen de estar a la ¨²ltima ¡ªen m¨²sica, en tecnolog¨ªa...¡ª, un nombre de estas caracter¨ªsticas les deja fuera de onda, aunque solo sea en un primer momento.

¡°Va a generar una suerte de prejuicios a su alrededor¡±, indica Garc¨ªa Soriano. ¡°El oyente le atribuye connotaciones que no le corresponden¡±. Si el ni?o lleva mal ese nombre antiguo, y es muy sensible, ¡°es la gota que colma el vaso. Llama la atenci¨®n frente a los dem¨¢s, ti?e las relaciones personales de burla y eso es negativo si la persona que porta el nombre no tiene las habilidades personales para revertir eso. Va a generar que tenga que relacionarse negativamente con su nombre¡±, a?ade este psic¨®logo.

Estos nombres anclados al pasado pueden tener su origen en el deseo de recordar a un familiar que tambi¨¦n se llamaba as¨ª. Es lo que Garc¨ªa Soriano denomina el efecto vertr¨ªlocuo, poco beneficioso. ¡°Esperamos que con el tiempo se parezca a esas personas que a?oramos ¡ªdice¡ª, le estamos dando unas expectativas que son irrealizables y le estamos poniendo una exigencia que va a suscitar en el otro una serie de cargas afectivas que pueden generar frustraci¨®n¡±. Sin duda, el nombre es el primer regalo que le hacemos a nuestro hijo. Razones para elegirlo bien no faltan.