?No ser¨¢ hora de que hagamos m¨¢s con m¨¢s?
A menos que la comunidad internacional cambie su metodolog¨ªa para la provisi¨®n de ayuda en ?frica, el ciclo de sufrimiento no se detendr¨¢
Una feroz sequ¨ªa se abate sobre Somalia, provocando sufrimientos de una escala casi indescriptible. Es dif¨ªcil hallar palabras para transmitir la devastaci¨®n y la miseria que afectan al pa¨ªs, en medio de un prolongado per¨ªodo de escasez de lluvia. He visto reba?os de ganado macilento derrumbarse sin vida en el polvo y he estado presente mientras la gente ve¨ªa el futuro evaporarse ante sus ojos.
Aunque las palabras no puedan hacer justicia a la magnitud de la crisis, s¨ª pueden guiar la respuesta del mundo. Y, a tal respecto, debo hablar claro: a menos que la comunidad internacional cambie su metodolog¨ªa para la provisi¨®n de ayuda en ?frica, el ciclo de sufrimiento no se detendr¨¢.
La cat¨¢strofe que se desarrolla en Somalia no es ¨²nica. Millones de africanos en m¨¢s de una decena de pa¨ªses se enfrentan a dificultades similares, conforme la p¨¦rdida de cosechas y la persistencia de conflictos provocan una seria inseguridad alimentaria. Seg¨²n algunos c¨¢lculos, los agricultores del este de ?frica perdieron hasta el 60% de su ganado (principal fuente de ingresos) en la primera mitad de 2017. Ante una adversidad tan aplastante siento rabia, m¨¢s que tristeza. Rabia que deber¨ªa trasladarse a todo el mundo.
Un sinn¨²mero de personas, orgullosas, dignas, han sido despojadas de sus medios de vida y obligadas a contentarse con una diminuta raci¨®n al d¨ªa, o ni siquiera eso. Para peor, son tragedias que pudieron evitarse: sab¨ªamos que estas crisis estaban en camino.
Los agricultores del este de ?frica perdieron hasta el 60% de su ganado en la primera mitad de 2017
La sequ¨ªa y el hambre son calamidades en c¨¢mara lenta que, con planificaci¨®n adecuada y recursos suficientes, pueden evitarse. Pero una y otra vez, la ayuda humanitaria en ?frica ha sido insuficiente, como ocurri¨® en Somalia en 2011 y 2012; en N¨ªger en 2005; y en Etiop¨ªa en los ochenta. Entonces, como ahora, hubo quien predijo la inseguridad alimentaria mucho antes de que el hambre hiciera sentir sus primeras punzadas. Pero las advertencias no se tradujeron en una respuesta global eficaz.
Como m¨¦dica, soy dolorosamente consciente de c¨®mo el hambre, la desnutrici¨®n, el c¨®lera y otras enfermedades relacionadas con la sequ¨ªa afectan a los africanos, especialmente a ni?os peque?os y madres lactantes y embarazadas. Los efectos del hambre sobre la salud f¨ªsica y mental pueden ser irreversibles y a menudo dejan a las personas atrapadas en la pobreza por toda la vida. Debemos modificar esta trayectoria antes de que estalle la pr¨®xima crisis, convirtiendo la rabia en acci¨®n.
Para empezar, la comunidad de ayuda debe ser m¨¢s inteligente en sus pedidos de recursos (como alimentos y fondos) y en su asignaci¨®n. Las organizaciones humanitarias (como aquella a la que pertenezco) siempre han operado con recursos humanos y financieros limitados, y se esperaba de ellas que hicieran m¨¢s con menos. ?No ser¨¢ hora de que hagamos m¨¢s con m¨¢s? Naciones Unidas estima que este a?o Somalia, Nigeria, Yemen y Sud¨¢n del Sur necesitar¨¢n 6.300 millones de d¨®lares entre los cuatro para evitar una hambruna extendida. Pero ya se fue medio a?o y solo se recaud¨® alrededor de un tercio de esa suma.
Solo una fracci¨®n de la financiaci¨®n internacional de respuesta a emergencias va directamente a organismos locales
Adem¨¢s, y sobre todo, las organizaciones internacionales de ayuda deben reconsiderar la forma de trabajo y la elecci¨®n de colaboradores. Hay que insistir en la creaci¨®n de soluciones duraderas, y eso implica una colaboraci¨®n m¨¢s estrecha con socios locales en el terreno. La idea no es nueva, pero todav¨ªa no arraig¨® lo suficiente.
Nadie mejor que los actores locales para llegar a los miembros m¨¢s vulnerables y marginados de cualquier comunidad. Su involucramiento es crucial para asegurar la continuidad de los servicios, cuando las agencias de ayuda multinacionales se hayan ido a otros lugares. Pero para eso, es necesario que las comunidades locales cuenten con recursos y herramientas que les permitan asumir el liderazgo.
Por desgracia, por ahora solo una fracci¨®n de la financiaci¨®n internacional de respuesta a emergencias va directamente a organismos locales. Para peor, estos no cuentan con apoyo dedicado suficiente que les permita crecer y madurar. Todas estas falencias dificultan a las organizaciones multinacionales la transferencia de responsabilidades una vez satisfechas las necesidades m¨¢s urgentes.
Cuando se apoya a grupos de respuesta locales en funciones de liderazgo, los resultados son extraordinarios. En Somalia, por ejemplo, la Media Luna Roja Somal¨ª ha establecido decenas de cl¨ªnicas m¨®viles que brindan atenci¨®n a algunas de las poblaciones m¨¢s vulnerables del pa¨ªs. La Media Luna Roja opera en ¨¢reas de inestabilidad y violencia, a menudo fuera del alcance de los servicios sanitarios estatales, y ayud¨® a mitigar las emergencias de desnutrici¨®n y c¨®lera.
Lo mejor de todo es que cuando esas emergencias amainan, la capacidad local queda. Gracias a la financiaci¨®n y al entrenamiento ofrecidos por diversas organizaciones, entre ellas la que represento, la Media Luna Roja Somal¨ª podr¨¢ seguir ofreciendo servicios de salud maternoinfantil, programas de vacunaci¨®n, cl¨ªnicas ambulatorias y otras formas de atenci¨®n m¨¦dica comunitaria. Esto es solo un ejemplo del papel positivo de los actores humanitarios locales cuando cuentan con las herramientas necesarias.
Cambiar el paradigma humanitario global no ser¨¢ f¨¢cil (ning¨²n cambio de esta escala lo es). Pero la alternativa (un ciclo interminable de hambre, enfermedad y muerte innecesaria) es inaceptable. El sufrimiento de ?frica ha dejado a muchos sin palabras. Por eso es necesario que el lugar de las palabras lo ocupen nuestras acciones.
Traducci¨®n: Esteban Flamini
Fatoumata Nafo-Traor¨¦ es directora regional para ?frica de la Federaci¨®n Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.