Margarita, la reina que no quiere serlo y su marido que reivindica el t¨ªtulo
La soberana danesa produce un ballet mientras su esposo no oculta sus diferencias conyugales
El mes de agosto est¨¢ siendo un torbellino de noticias alrededor de Margarita de Dinamarca y de su esposo Enrique. La pareja vive desde hace a?os en crisis pero sigue junta. El marido de la reina no oculta la situaci¨®n, es m¨¢s la airea siempre que puede. Se queja el pr¨ªncipe de su papel de segund¨®n en la corte y de ser un mero florero. Por eso se escapa siempre que puede a su castillo de Francia a cuidar sus bodegas en las que elabora unos preciados vinos. El ¨²ltimo conflicto de la pareja ha aflorado cuando algunos medios daneses le han preguntado a Enrique por el deseo de su esposa de que tras su fallecimiento fueran enterrados juntos. "Para eso deber¨ªa de hacerme rey", respondi¨® airado.
Desde casi los inicios de su matrimonio, el pr¨ªncipe Enrique reclama el t¨ªtulo de rey consorte como lo son las reinas consortes y un papel institucional en la corona. Como a estas alturas de su vida- tiene 83 a?os- no parece que vaya a lograrlo ha decidido volverse a refugiar en su castillo de Francia. El marido de Margarita II se retir¨® el a?o pasado de la vida p¨²blica y renunci¨® al t¨ªtulo de pr¨ªncipe consorte.
Margarita guarda silencio en p¨²blico y mantiene su vida como si nada pasara dedicando el tiempo libre que tiene a sus aficiones, la primera de ella el teatro. La soberana danesa ha decidido dise?ar y producir el vestuario y los decorados del Cascanueces, que se estrenar¨¢ en oto?o de 2018 en los Jardines del T¨ªvoli en Copenhague. No es la primera vez que la soberana lo hace. En 2009 Margarita de Dinamarca, que? tiene claro que hubiera sido artista de no ser reina, colabor¨® en? Los cisnes salvajes (De vilde svaner). Se ha ocupado de la escenograf¨ªa y del vestuario e incluso se atrevi¨® a interpretar un peque?o papel de campesina.
La reina aparece en una escena de la pel¨ªcula -basada en un cuento del escritor y fabulista dan¨¦s Hans Christian Andersen- en la que la princesa Elisa va a ser ejecutada en la plaza ante el pueblo. La soberana sale con un pa?uelo negro en la cabeza y ropa de mendiga.
Famosa por su car¨¢cter f¨¦rreo lo mantiene con sus hijos. Tard¨® mucho tiempo en dar el visto bueno a la boda de su hijo mayor y heredero Federico con la abogada australiana Mary Donaldson y no contenta con ello dos a?os despu¨¦s puso precio a su hipot¨¦tica separaci¨®n. Los abogados de la Casa Real redactaron un nuevo documento que anulaba el acta prenupcial que la pareja firm¨® al casarse. Las anteriores capitulaciones matrimoniales de los pr¨ªncipes Federico y Mary quedaron registradas el d¨ªa en que contrajeron matrimonio, el 14 de mayo de 2004, en la catedral de Nuestra Se?ora de Copenhague. La medida de precauci¨®n obedeci¨® al temor de la reina de que su hijo mayor alg¨²n d¨ªa rompa su matrimonio, como le sucedi¨® a su segundo hijo. El divorcio del pr¨ªncipe Joaqu¨ªn le oblig¨® a poner de su bolsillo un mill¨®n de euros y vender algunas de sus propiedades para comprar una casa a la princesa Alejandra, adem¨¢s de pagarle una cuantiosa cantidad econ¨®mica cada a?o que hace un mes le ha retirado.
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