Ni sonre¨ªr ni salir: esto es lo que necesita cuando est¨¢ triste
Y que dejen de darle consejos sobre c¨®mo superarlo
Si la vida le da limones, haga limonada. Muy bonito. Pero es que a usted no le gusta la limonada. Es ¨¢cida y le hace poner esa cara¡ picassiana. Pero mejor que no lo diga en alto, que no lo verbalice, porque todos le tachar¨¢n de pesimista. Dir¨¢n que es un flojo, que no sabe disfrutar. As¨ª que toca seguir sonriendo. Porque, si sonr¨ªe a la vida, esta le devolver¨¢ una sonrisa. Porque, si se convence, todo ir¨¢ bien. Porque, si puede so?arlo, puede hacerlo. Y dem¨¢s. Ese es el camino a la felicidad. ?Seguro? Docenas de estudios aseguran que no, que tan malo es dejarse arrastrar por la depresi¨®n y el abatimiento como evitar los problemas y sonre¨ªr sin ning¨²n fundamento, creando as¨ª una tendencia contraria al optimismo mal entendido y defendiendo la necesidad de, por qu¨¦ no, estar de morros de vez en cuando.
Una de las voces m¨¢s decididas en la lucha contra el empacho de felicidad es la de la activista americana B¨¢rbara Ehrenreich. En su libro ¡°Sonr¨ªe o muere: La trampa del pensamiento positivo¡±, lanza su alternativa a lo que denomina una ¡°realidad a medias¡±, esa caravana de mensajes ilusorios que la sociedad parece haber dado por buenos. Ehrenreich padeci¨® un c¨¢ncer de mama y, durante su proceso de curaci¨®n, comprob¨® c¨®mo nadie le permit¨ªa sentirse asustada, preocupada. Y se plant¨®: ?por qu¨¦ no iba a tener miedo en una situaci¨®n tan crucial? En sus tesis afirma lo que para ella resulta m¨¢s l¨®gico: mirar hacia otro lado no soluciona los problemas ni te hace sentir mejor, y solo aprendiendo a gestionar correctamente las emociones se puede vivir aut¨¦nticamente conectado con los sentimientos y llevar una vida consecuente con aquello que est¨¢ ocurriendo.
¡°Un miedo no escuchado puede desembocar, con el tiempo, en ataques de p¨¢nico descontrolados, igual que una tristeza ignorada puede convertirse en depresi¨®n¡±, (?ngel Luis S¨¢nchez, psic¨®logo y director del Instituto de Desarrollo).
¡°Pretender que solo se experimenten emociones positivas es tan absurdo como imposible¡±, afirma Rosana Pereira, psic¨®loga del gabinete Hazt¨²a y experta en Psicolog¨ªa positiva, que a?ade: ¡°Es evidente que, ante una situaci¨®n normal, es preferible ser optimista, pero las emociones mal llamadas negativas cumplen una funci¨®n adaptativa que nos ayuda a sobrevivir¡±. Porque la ira, la tristeza, el estr¨¦s o el miedo son mecanismos que, bien gestionados, nos permiten adaptarnos a nuestra realidad y alumbrar soluciones o v¨ªas de escape. ¡°Esto es as¨ª desde que el hombre es hombre: el cavern¨ªcola no trataba de dialogar con un guepardo ni hac¨ªa caso omiso cuando este iba a atacarle; simplemente, escapaba a toda prisa movido por el miedo a ser devorado¡±, constata Pereira.
Ahora bien, ese temor, enfado, agotamiento o frustraci¨®n deben servir como motor de cambio, deben revelarse como el germen que dispare el pensamiento cr¨ªtico y la b¨²squeda de alternativas. Negarlos fomenta ¨²nicamente la rigidez emocional y provoca adem¨¢s que quien se siente mal por una situaci¨®n negativa sume un grado extra de malestar, al saberse incapaz de sonre¨ªr a la vida. Y m¨¢s. Seg¨²n ?ngel Luis S¨¢nchez, psic¨®logo y director del Instituto de Desarrollo, soslayar estas alertas es peligroso: ¡°Un miedo no escuchado puede desembocar, con el tiempo, en ataques de p¨¢nico descontrolados, igual que una tristeza ignorada puede convertirse en depresi¨®n¡±.
Por eso, no deben ser obviadas, pero tampoco hay que permitir que dobleguen la voluntad. ¡°Lo importante es que nadie se quede enganchado en el derrotismo y que entienda que todo lo que siente es una respuesta l¨®gica a lo que le sucede¡±, contin¨²a Pereira, estableciendo as¨ª la l¨ªnea entre los fundamentos de la Psicolog¨ªa positiva y las frases categ¨®ricas de los gur¨²s de la felicidad. Y define a la primera como un complemento de la Psicolog¨ªa tradicional, puesto que ¡°no se queda ¨²nicamente en arreglar una situaci¨®n de dolor emocional, sino que muestra las pautas para gestionar mejor esas emociones adaptativas negativas y ense?a a afrontar los problemas y a lograr un mayor bienestar¡±.
¡°Pretender que solo se experimenten emociones positivas es tan absurdo como imposible. Es evidente que, ante una situaci¨®n normal, es preferible ser optimista, pero las emociones mal llamadas negativas cumplen una funci¨®n adaptativa que nos ayuda a sobrevivir¡±, (Rosana Pereira, psic¨®loga del gabinete Hazt¨²a y experta en Psicolog¨ªa Positiva).
Tampoco se le escapa que la Psicolog¨ªa positiva, en ocasiones, es vinculada a esas frases categ¨®ricas y al optimismo irresponsable y mal entendido. ¡°Existe mucho intrusismo y los gur¨²s hacen flaco favor a la Psicolog¨ªa. Cualquier sentencia contundente nos tiene que hacer sospechar; no hay que olvidar que la Psicolog¨ªa es de todo menos contundente¡±, porque habla y trabaja con personas, y cada una reacciona de una forma distinta. Y en esa l¨ªnea caminan tambi¨¦n otros estudios que se?alan los peligros de una Psicolog¨ªa positiva mal aplicada.
La investigadora Mar¨ªa Prieto-Urs¨²a, del departamento de Psicolog¨ªa de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, habla de la tiran¨ªa de la actitud positiva. Explica que, efectivamente, en ocasiones es complicado sentirse feliz viendo el telediario, pero que prescindir de esa carga de sufrimiento nos aleja de la solidaridad, la sensibilidad y el ¨¢nimo por mejorar la situaci¨®n. Y evidencia que muchos seguidores entusiastas de la Psicolog¨ªa positiva pueden haber malinterpretado su mensaje y haberlo llevado al extremo, a la ¡°necesidad de mantener una actitud positiva o de optimismo en todas las circunstancias¡±.
Entonces, al mal tiempo, ?solo buena cara?
No. Porque, as¨ª, ser¨¢ imposible afrontar lo que est¨¢ ocurriendo y concentrarse en darle una soluci¨®n. ¡°Un optimismo excesivo puede llevar a que confiemos demasiado en el futuro y a que no pongamos lo suficiente de nuestra parte para que aquello que pretendemos termine por llegar¡±, confirma ?ngel Luis S¨¢nchez.
As¨ª que, al pr¨®ximo que le invite a mirar hacia otro lado y a sonre¨ªrle a la vida, quiz¨¢ deba explicarle la utilidad de estar triste, enfadado, col¨¦rico, de atravesar todas las fases emocionales que desencadenan los problemas. Tal vez deba contestar a su sonrisa sac¨¢ndole la lengua. Y si la vida le da limones¡ vaya con la vida. Habr¨¢ que seguir trabajando para convertirlos en naranjas.
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