Optimismo europeo

La Uni¨®n Europea vive una paradoja: se marcha por vez primera un gran pa¨ªs y, sin embargo, los principales actores del club exhiben un gran optimismo. La deserci¨®n de Reino Unido, que ha bloqueado numerosas reformas y que nunca particip¨® ni de la moneda ¨²nica ni del espacio Schengen, abre una ventana de oportunidad para reforzar la UE y emprender nuevos proyectos. Esa es la visi¨®n expuesta por el presidente de la Comisi¨®n Europea, el veterano dirigente luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker, ante el Parlamento Europeo.

Con la recesi¨®n y el avance de los populismos ya en el espejo retrovisor, un crecimiento econ¨®mico del 2% y un pu?ado de peque?os pa¨ªses deseosos de completar el mapa de la UE, Juncker ha invitado a los ciudadanos a albergar el sue?o de una Europa mejor. El viento sopla tan a favor que el democristiano propone pavimentar la senda de la Europa social. Es una buena y novedosa noticia, si bien las propuestas requieren de precisi¨®n para ser cre¨ªbles, pero solo la apuesta por los est¨¢ndares sociales europeos lograr¨¢ la adhesi¨®n plena de los ciudadanos.

En tiempos de deserci¨®n y de rebeli¨®n de algunos pa¨ªses del Este, es muy oportuno que el presidente de la Comisi¨®n clame por los valores europeos. Porque, como los espa?oles saben muy bien, Europa es mucho m¨¢s que un mercado ¨²nico y una moneda com¨²n, como ha indicado tambi¨¦n el propio Juncker. En nombre de esos principios a los que todos se deben oportuno resulta tambi¨¦n el toque a pa¨ªses como Hungr¨ªa y Polonia por vulnerar las normas europeas.

Las propuestas m¨¢s concretas de Juncker tienen dos virtudes: se pueden aplicar r¨¢pidamente sin cambiar los tratados y responden al deseo y la necesidad de reforzar las instituciones comunes cohesionando las reglas laborales y financieras para que el mercado interior sea algo m¨¢s que un concepto. Se trata de acelerar el proceso de entrada en el euro para que esta sea la moneda de todos, si bien Suecia y Dinamarca seguir¨¢n quedando fuera por voluntad propia. Se trata de tener un ministro econ¨®mico a tiempo completo para esa eurozona fortalecida. Se trata de que el presidente del Consejo sea tambi¨¦n de la Comisi¨®n, lo que dotar¨¢ a su figura de mayor poder de interlocuci¨®n. Se trata de homologar el impuesto de sociedades, de ir a la uni¨®n bancaria, de ampliar el espacio Schengen o de crear una agencia de ciberseguridad.

Las elecciones alemanas pueden ser el pistoletazo de salida de esa Europa que se perfila a partir del 29 de marzo de 2019, cuando Reino Unido abandone definitivamente la UE. El club pierde una gran potencia econ¨®mica y militar y para compensarlo pretende acelerar la Europa de la Defensa y unas relaciones comerciales alejadas de cualquier atisbo de ingenuidad para defender en el mundo sus valores y sus est¨¢ndares sociales. No es una tarea sencilla. Bot¨®n de muestra es el control de fronteras establecido dentro de la UE por algunos pa¨ªses en su lucha antiterrorista. El gran escollo es, como siempre, que el Consejo acepte las ambiciosas propuestas. Se espera con ansiedad el aliento de Berl¨ªn y su alianza reforzada con la Francia de Macron.