As¨ª cambia su cuerpo con las estaciones
Su sistema inmune var¨ªa en cada ¨¦poca del a?o: aprenda a usarlo a su favor
Vitamina C para el invierno, dieta Mediterr¨¢nea durante todo el a?o y una buena dosis de ejercicio f¨ªsico de forma regular. No es la p¨®cima m¨¢gica para ser invencibles, pero s¨ª para ayudar a nuestro sistema inmune a mantenerse en plena forma.
Imag¨ªnese una red gigante de c¨¦lulas y ¨®rganos que trabajan a cada nanosegundo para mantener el organismo libre de bacterias, virus, hongos y cualquier agente extra?o con intenciones infecciosas que nos pudieran llevar al abismo de las enfermedades, por muy leves que estas sean. Eso es lo que podr¨ªamos definir como nuestro sistema inmunol¨®gico: un mecanismo inteligent¨ªsimo que en su estado normal mantiene las enfermedades a raya.
Lo curioso es que algunas investigaciones, como la que desarrollaron expertos de la Universidad de Cambridge, Munich, Londres y Dresden, revelan que las diferentes estaciones del a?o pueden provocar alteraciones en el mismo. Esto demuestra una posible base gen¨¦tica en las variaciones fisiol¨®gicas en el estado de salud en plantas y animales, como resultado de una adaptaci¨®n al ambiente exterior (luz solar, temperatura y dieta).
"La estacionalidad en la incidencia de las enfermedades infecciosas en humanos est¨¢ claramente establecida", (Silvia S¨¢nchez Ram¨®n,? jefa de la Unidad de Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica del Hospital Ruber Internacional).
Seg¨²n la doctora Silvia S¨¢nchez Ram¨®n, jefa de la Unidad de Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica del Hospital Ruber Internacional, "el 23% del genoma humano muestra oscilaciones estacionales, as¨ª como cambios significativos en la expresi¨®n de m¨¢s de 4.000 genes en los gl¨®bulos blancos de la sangre y en c¨¦lulas del tejido adiposo¡±. ?Qu¨¦ podr¨ªa significar esto? Pues que, efectivamente, el organismo est¨¢ expuesto a sufrir enfermedades m¨¢s o menos espec¨ªficas dependiendo de si es invierno o verano.
¡°La estacionalidad en la incidencia de las enfermedades infecciosas en humanos est¨¢ claramente establecida. En otras enfermedades, como por ejemplo, las autoinmunitarias ¡ªesclerosis m¨²ltiple o la artritis reumatoide por citar algunas¡ª, tambi¨¦n est¨¢ descrita la influencia de la ¨¦poca del a?o en el curso de la enfermedad¡±, afirma la experta. ¡°Por ejemplo, la cifra de monocitos, que son unos gl¨®bulos blancos de la sangre con un enorme potencial inflamatorio, es m¨¢xima en invierno. Esto favorecer¨ªa un estado inflamatorio ¡ªcon aumento de prote¨ªnas como la interleuquina 6 o la prote¨ªna C reactiva¡ª durante el invierno en Europa. Este estado pro-inflamatorio podr¨ªa explicar, al menos en parte, una mayor incidencia de problemas cardiovasculares, autoinmunitarios ¡ªcomo la artritis reumatoide o la diabetes tipo 1¡ª o psiqui¨¢tricos que se observan en estas enfermedades durante los meses de invierno, seg¨²n los autores del mencionado trabajo¡±, comenta la doctora S¨¢nchez Ram¨®n.
Vacunarse, mejor en invierno
Sabiendo esto, ?existe alguna pauta para fortalecer el sistema inmunol¨®gico y conseguir que estas alteraciones estacionales apenas nos afecten? ¡°El concepto de?reforzar el sistema inmune es complicado. Aunque muchos lo plantean como posible a trav¨¦s de decenas de diferentes productos no est¨¢ claro qu¨¦ es lo que hacen realmente. Como simplificaci¨®n podr¨ªamos decir que lo ¨²nico cient¨ªficamente comprobado que refuerza el sistema inmune de una forma clara son las vacunas. Es un refuerzo espec¨ªfico, pr¨¢cticamente inocuo para otras cosas y demostrado¡±, afirma el doctor Manel Juan, m¨¦dico inmun¨®logo del Servicio de Inmunolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, y miembro de la Sociedad Espa?ola de Inmunolog¨ªa (SEI)
Sin embargo, s¨ª hay cosas que podemos hacer. Por un lado, como apunta la doctora S¨¢nchez Ram¨®n, aprovechar los periodos en los que el organismo demanda m¨¢s protecci¨®n para, precisamente, administrarle las defensas que necesita. ¡°Una posible consecuencia derivada de este estudio y de otros m¨¢s recientes, aunque el grado de evidencia cient¨ªfica es a¨²n escaso, es la variaci¨®n de la respuesta frente a vacunas seg¨²n la ¨¦poca del a?o en que se administren. Este estado pro-inflamatorio descrito en los meses de invierno del que habl¨¢bamos se correlacionar¨ªa con una mayor generaci¨®n de protecci¨®n inmunitaria. Por tanto, esta ¨¦poca del a?o es la m¨¢s id¨®nea para cualquier tipo de vacuna¡±.
?Ayudan los h¨¢bitos saludables?
Por supuesto. Hay una serie de recomendaciones que, de alguna u otra forma, como indica la doctora S¨¢nchez, contribuyen a que, en condiciones normales, el sistema inmunol¨®gico est¨¦ lo m¨¢s sano posible: ¡°Una dieta adecuada rica en nutrientes y vitaminas; una ingesta h¨ªdrica apropiada; ejercicio f¨ªsico regular; evitar en lo posible exposici¨®n a factores de riesgo de infecciones seg¨²n la ¨¦poca del a?o, y evitar el estr¨¦s tanto psicol¨®gico como f¨ªsico¡±, apunta. Pero hagamos un matiz. No es que la dieta adecuada recomendada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) sea una garant¨ªa f¨¦rrea para mantenerle invencible frente a cualquier enfermedad v¨ªrica, pero no llevarla s¨ª que es sumar puntos para tener alg¨²n tipo de problema.
¡°Lo que est¨¢ claro tambi¨¦n es que el sistema inmune es sensible a los defectos alimentarios graves, pues es un sistema muy dependiente de metabolismo. Es decir que hay que evitar la malnutrici¨®n¡±, enfatiza el doctor Manel Juan. El experto es cauto y reitera que algunos productos comerciales que dicen que refuerzan el sistema inmune pueden tener trabajos cient¨ªficos que apuntan a cambios que se pueden valorar como beneficiosos para la salud, sin embargo, advierte, ¡°nada est¨¢ claro m¨¢s all¨¢ del efecto nutricional de estos productos. Lo que seguro que se puede afirmar es que conviene tener una dieta equilibrada, con suficientes vitaminas y nutrientes esenciales¡±.
¡°El sistema inmune es sensible a los defectos alimentarios graves, pues es un sistema muy dependiente de metabolismo", (Manel Juan, m¨¦dico inmun¨®logo del Servicio de Inmunolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, y miembro de la Sociedad Espa?ola de Inmunolog¨ªa).
Para lograrlo, Anna Bach-Faig, Profesora en Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y Vocal de Alimentaci¨®n y Nutrici¨®n del Colegio Oficial de Farmac¨¦uticos de Barcelona (COFB), ofrece algunas sugerencias. ¡°Priorizar ciertos alimentos como los cereales integrales y las carnes magras, ya que aportan vitamina B y amino¨¢cidos para construir los componentes del sistema inmunol¨®gico, as¨ª como hierro y zinc. Una deficiencia en estos ¨²ltimos puede deprimir el sistema inmunol¨®gico. Tambi¨¦n favorecen el yogur y las bebidas l¨¢cteas fermentadas que a trav¨¦s de sus microrganismos vivos actuan m¨¢s all¨¢ de la inumunidad intestinal para aumentar la resistencia a las infecciones¡±, comenta la professora Bach-Faig.
?Y en general? La recomendaci¨®n es seguir una dieta equilibrada, rica y variada en frutas y verduras. ¡°La variedad en color aportar¨¢ variedad en antioxidantes, que son los protectores del organismo; las bayas y frutas rojas, por ejemplo, son ricas en vitamina C y flavonoides; y las verduras amarillas, las naranjas y las de hojas verde, en beta-caroteno, un antioxidante relevante en la inmunidad de la piel y las mucosas¡±.
Ejercicio f¨ªsico, en todos los sentidos
Aunque el experto Manel Juan reitera que no hay nada concreto a nivel cient¨ªfico, m¨¢s all¨¢ de algunas publicaciones accesorias y la l¨®gica interrelaci¨®n de todos los sistemas dentro del propio organismo para estar lo m¨¢s sanos y fuertes, s¨ª que reconoce que ¡°una vida activa, no sedentaria, y unos h¨¢bitos sanos ¡ªni t¨®xicos ni drogas¡ª tambi¨¦n contribuyen a la capacidad funcional del sistema inmune¡±. En este sentido, algunos estudios a nivel internacional, como el de la Universidad de Estado de R¨ªo de Janeiro, realizada por los investigadores Terra, Gon?alves da Silva, Salerno y Louren?o, apuntan a que la actividad f¨ªsica intensa tiende a generar una respuesta antiinflamatoria en el organismo.
?Y el sexo? ?Est¨¢ pensando si puede entrar en esta categor¨ªa? No tenemos la respuesta adecuada, pero podemos confesarle que el profesor de psicolog¨ªa Carl Chametski, de la Universidad de Wilkes, observ¨® que en una muestra de 112 alumnos, aquellos con mayor actividad sexual eran tambi¨¦n los que presentaban un mayor ¨ªndice de inmunoglobulina A (lgA) en la saliva, un anticuerpo que protege el organismo de cualquier virus o microbio. ?Coincidencia?
?Y las alergias?
Haga lo que su m¨¦dico le recomiende para reducir los efectos de la alergia, especialmente en primavera y en oto?o, pero qu¨¦dese tranquilo. Tal y como explica el doctor Mois¨¦s Labrador, coordinador del Comit¨¦ de Inmunolog¨ªa de la Sociedad Espa?ola de Alergolog¨ªa e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica (SEAIC), la alergia es una reacci¨®n exagerada del sistema inmune contra determinadas prote¨ªnas alerg¨¦nicas que deber¨ªan ser inocuas ¡ªy de hecho, para los no al¨¦rgicos, lo son¡ª pero no son consecuencia de un desequilibrio en su sistema inmunol¨®gico.
Lo que ocurre en muchos casos es que, como explica el doctor Labrador, la respuesta de tipo 2 del organismo para defendernos de las agresiones externas e internas ¡ªcon s¨ªntomas como la tos, los estornudos, el rascado, v¨®mitos, o diarrea¡ª, encaminada a eliminar de forma r¨¢pida el agente que nos est¨¢ da?ando, no se activa para lo que estaba destinada. ¡°Lo que ocurre es que en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, la respuesta del tipo 2 se dedica a su actividad principal y las enfermedades al¨¦rgicas son menos frecuentes. Pero en las sociedades occidentales, donde a trav¨¦s de actividades de salud p¨²blica ya se controlan par¨¢sitos, venenos de animales y los t¨®xicos externos, esta respuesta de tipo 2 no desaparece, sino que se queda activa como la responsable de la alergia. Esta explicaci¨®n se conoce como teor¨ªa de la higiene y es la que se acepta actualmente para explicar el aumento de frecuencia de enfermedades al¨¦rgicas en los pa¨ªses desarrollados en las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas¡±.
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