Clases de empat¨ªa para cambiar miradas
M¨¢s de 3.000 escolares vascos vivir¨¢n la experiencia de las personas refugiadas en su camino a Europa a trav¨¦s de un programa educativo de inmersi¨®n de la ONG Alboan
"A partir de ahora no tienes casa, ni lugar a donde volver. Eres extranjero en todas partes". Una voz met¨¢lica suena tras una estridente sirena. Un grupo de polic¨ªas entra en la sala. Se hace el silencio. Nos ordenan salir de uno en uno por una puerta en la que otro polic¨ªa nos revisa la nueva documentaci¨®n de identidad. Somos 60 personas. A unas nos dejar¨¢n pasar, a otras no. A unas sellar¨¢n la documentaci¨®n a otras no. A unas obligar¨¢n a cargar con sillas, bidones de agua y grandes mu?ecos que simular¨¢n ni?os, a otras no. De esta forma tan aleatoria, acaba de comenzar la experiencia que durante una inmersi¨®n de tres d¨ªas acercar¨¢ a escolares de secundaria y bachiller del Pa¨ªs Vasco y Navarra la realidad de las personas desplazadas forzosas y refugiadas. En total ser¨¢n m¨¢s de 3.000 escolares y 180 profesores de 30 centros educativos diferentes los que durante los dos pr¨®ximos cursos experimenten, a trav¨¦s de juegos, yincanas y charlas, la realidad de salir de casa y buscar refugio en la Uni¨®n Europea de la mano de la ONG Alboan en las instalaciones del Santuario de Loiola, en Azpeitia (Gipuzkoa).
Hoy testa la experiencia la plantilla de la ONG. Llueve a intervalos y una niebla cubre las monta?as cercanas al Santuario en el pleno coraz¨®n de Gipuzkoa. El personal ha sido dividido en cuatro grupos: cada uno cuenta con una realidad diferente. Unas representan a mujeres de Sud¨¢n del Sur que han tenido que salir de sus casas ante la amenaza de un grupo de soldados y temen ser violadas. Otros proceden de Colombia y viven entre el fuego cruzado de la guerrilla y los paramilitares. De Siria llega otro grupo, la guerra ha destruido sus casas; y un cuarto huye del monz¨®n desde Myanmar. Cada uno encarna una causa diferente del desplazamiento, pero todos deben conseguir cuatro sellos durante el d¨ªa para lograr el estado de refugiado que les abrir¨¢ las puertas de la Uni¨®n Europea. Del albergue deberemos cruzar bajo la lluvia un sendero hasta el Santuario donde nos espera un campo de refugiados y de all¨ª, en las catacumbas del santuario, la frontera en forma de valla para terminar en Europa.
Ha pasado media hora desde que o¨ªmos la sirena y m¨¢s de tres polic¨ªas nos han pedido los papeles. Apenas hemos avanzado 50 metros de camino. Antes de comenzar hemos creado una nueva identidad seg¨²n la historia de cada grupo para comenzar el tr¨¢nsito. Ahora me llamo Sara, viajo sola, tengo 15 a?os y procedo de Sud¨¢n del Sur. En uno de los tramos, parece que a un polic¨ªa le han gustado mi edad y mi sexo y decide separarme del grupo. Como yo, el 77% de los menores que atraviesa el Mediterr¨¢neo en busca de asilo sufre abusos en el camino. En este caso, el polic¨ªa me lleva en ascensor hasta la siguiente sala donde contin¨²a la actividad. Durante el camino, el monitor me confiesa: "Espero que los escolares vivan la experiencia sin frivolizarla pero sin llegar a sufrir excesivamente". Sentirse tan vulnerable dentro de un sistema tan aleatorio sobrecoge.
Txaro Hern¨¢ndez, t¨¦cnica de proyectos de la ONG Alboan y experta en poblaci¨®n desplazada de Centroam¨¦rica, no tarda en revivir las sensaciones de su ¨²ltimo viaje a M¨¦xico y Costa Rica. "Hay tanta poblaci¨®n viviendo esta realidad a diario y por causas que van m¨¢s all¨¢ de la guerra que sorprende lo poco que hacemos por ellas". En espacial, se acuerda de Crisel, una ni?a de 15 a?os de El Salvador que por una mala decisi¨®n conden¨® al desplazamiento a toda su familia. "Se enamor¨® de un pandillero y a su familia solo le qued¨® la opci¨®n de la huida para evitar que ella se introdujera en el grupo".
Sentirse tan vulnerable dentro de un sistema tan aleatorio sobrecoge
A Octavio Romano, responsable de proyectos humanitarios en ?frica, le ha tocado hoy encarnar a un polic¨ªa de aduanas. Y no, no sonr¨ªe ni a sus compa?eros. "En las fronteras de Grandes Lagos, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Ruanda y Burundi siempre hay un clima de tensi¨®n, un clima complicado y cada vez que lo visito va a peor". Saben que es un juego, pero ellos no necesitan recrear demasiado. Llevan en sus retinas grabadas las miradas fr¨ªas de los polic¨ªas en esas fronteras y conocen los nombres y apellidos de muchas de las familias que hoy les ha tocado representar.
Ahora su reto pasa por llevar a la poblaci¨®n m¨¢s joven esa informaci¨®n: que ellos tambi¨¦n comprendan las causas, el proceso y la realidad de las personas que piden refugio. En este programa educativo, habr¨¢ momentos para la reflexi¨®n, escucha de testimonios reales y tambi¨¦n para la diversi¨®n. "Queremos dar respuesta a la crisis de refugiados con una dosis fuerte de empat¨ªa: romper estereotipos, dar informaci¨®n y cambiar las miradas", asegura Mary Tere Guzm¨¢n, coordinadora de acci¨®n p¨²blica y participaci¨®n de la ONG. "Esta crisis requiere m¨¢s de 20 minutos de atenci¨®n, que muchas veces es lo que dura un telediario", completa Romano. Est¨¢n ilusionados con el proyecto y nerviosos con los resultados. "Queremos cambiar miradas, que caigan en la cuenta de que los refugiados son personas con nuestros mismos derechos", a?aden con la mirada puesta ya en el calendario, porque en breve llegar¨¢ el primer grupo.
Y ser¨¢ el tercer d¨ªa del programa cuando comprueben si han cambiado las miradas de los adolescentes. "Queremos que acaben siendo personas de acogida y lleven a sus entornos, centros educativos y familias lo aprendido". Para eso pondr¨¢n al servicio de los escolares diferentes materiales que les ayudar¨¢n a impulsar iniciativas que ellos mismos concreten: obras de teatro con un actor disponible para ense?arles a interpretarla, campa?as de recogidas de firmas en l¨ªnea con la causa de los refugiados como protagonista, propuestas de marchas solidarias¡
Mientras tanto, sigue lloviendo en Loiola. La niebla cubre las cimas cercanas y el personal de la ONG repasa los materiales, corrige tiempos y sigue nervioso. Y mientras tanto, la poblaci¨®n refugiada ha aumentando un 65% en el planeta hasta los 65,6 millones de personas en los ¨²ltimos cinco a?os, seg¨²n ACNUR. Sin embargo, el Gobierno espa?ol sigue sin reubicar a los 9.323 refugiados que llegaron a Grecia en 2015 y a los que se comprometi¨® a acoger. Y la empat¨ªa sigue siendo una asignatura pendiente con las personas que ya no tienen casa, ni lugar a donde volver y son extranjeras en todas partes.
M¨¢s all¨¢ de las fronteras, educaci¨®n para el desarrollo
La ONG Alboan pone en marcha este mes de septiembre un novedoso programa para trabajar con escolares, profesores y centros educativos la complejidad de los procesos de desplazamiento forzoso y refugio. Con un presupuesto de 260.000 euros esperan trabajar con 30 colegios del Pa¨ªs Vasco y Navarra con el apoyo de la Diputaci¨®n Foral de Bizkaia, la Agencia Vasca de Cooperaci¨®n y el Santuario de Loyola.
El proyecto se basa en la experiencia realizada durante los ¨²ltimos dos a?os en el Monasterio navarro de Javier donde tambi¨¦n trabajaron con escolares un programa de inmersi¨®n en torno a las desigualdades de India. "Cada grupo experimentaba lo que supon¨ªa nacer en una casta y las desigualdades que conllevaba", se?ala Saskia Navarro, monitora en ambos proyectos. "Ahora queremos ofrecer a los colegios la oportunidad de vivir una experiencia de choque para romper miradas estereotipadas y transmitirlo despu¨¦s a los suyos dentro de campa?as de acogida".
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