Por qu¨¦ no vas a dejar de memorizar, de escribir a mano ni de aprender idiomas
?Es cierto que la tecnolog¨ªa nos hace perder habilidades como la orientaci¨®n, el c¨¢lculo, la memorizaci¨®n o el dominio de otras lenguas? La respuesta es compleja
Travis the Translator es un aparato del tama?o de un llavero capaz de traducir, seg¨²n sus creadores, 80 idiomas. No es el ¨²nico. La start-up estadounidense Waverly Labs ha creado Pilot, un auricular inal¨¢mbrico que traduce, instant¨¢neamente, ingl¨¦s, espa?ol, franc¨¦s, portugu¨¦s e italiano. Estos dispositivos de traducci¨®n simult¨¢nea son cada vez m¨¢s efectivos, y permiten a dos personas que no hablan un idioma com¨²n mantener una conversaci¨®n con mayor fiabilidad que antes. Un logro, sin duda, que abre un nuevo debate ?Llegar¨¢ un d¨ªa en que no sea necesario aprender idiomas?
"Muchas personas estudian diferentes lenguas para conocer otras culturas, no solo para hablar la lengua", sostiene Miguel Herrero, profesor de Lengua Espa?ola en la Universidad de D¨¹sseldorf. ¡°Estos traductores van a venir muy bien para el turismo. Nos va a permitir comprar en una tienda de Madagascar sin hablar malgache, pero la gente seguir¨¢ aprendiendo idiomas llevada por otras motivaciones¡±, a?ade el educador, que ha creado Verbforms, una aplicaci¨®n m¨®vil para conocer los verbos en cinco idiomas.
El aprendizaje de lenguas no es la ¨²nica habilidad que peligra con la tecnolog¨ªa. Las hay que incluso est¨¢n desapareciendo. Las calculadoras han liberado a estudiantes, matem¨¢ticos e ingenieros de la mec¨¢nica tarea de realizar las operaciones b¨¢sicas, el manejo de los GPS durante la conducci¨®n permite al piloto centrarse en la carretera y olvidarse de planificar la ruta de antemano, la generalizaci¨®n de tabletas y smartphones que dan acceso a mucha m¨¢s informaci¨®n de la que cabe en libros de estudio, enciclopedias y peri¨®dicos impresos cuestionan la memorizaci¨®n en los planes de estudio. Incluso hay quien piensa en dejar de lado, como el sistema educativo finland¨¦s, la ense?anza de la caligraf¨ªa a mano continuada, en favor de la letra de imprenta y los teclados.
Pero, ?esto nos hace sentirnos m¨¢s idiotas? Un estudio de 2015 de la agencia cartogr¨¢fica nacional brit¨¢nica, Ordnance Survey, demostr¨® que los 2.000 brit¨¢nicos encuestados consideraban que la interpretaci¨®n de los mapas y de la br¨²jula eran sus habilidades m¨¢s atrofiadas por las tecnolog¨ªas. Los GPS y los mapas digitales nos ayudan a movernos por el espacio m¨¢s f¨¢cilmente. Para algunos esto es una ventaja, antes que un incoveniente. "Nuestros hijos ser¨¢n la primera generaci¨®n que no vaya a tener la sensaci¨®n de estar perdidos", apunta Miguel Arias,?jefe de operaciones de CartoDB, una empresa espa?ola que crea mapas bas¨¢ndose en big data. La masiva sensorizaci¨®n, desde el m¨®vil a los wearables, y los servicios de geolocalizaci¨®n permitir¨¢n, en cualquier situaci¨®n, situarnos. Asegura, sin embargo, que a¨²n es pronto para entender el impacto desde el punto de vista cognitivo.
Los brit¨¢nicos parece que s¨ª tienen claro el perjuicio en la mente humana y creen que estamos perdiendo la capacidad de orientarnos por delante de otras como el deletreo y la gram¨¢tica, la escritura a mano o la memorizaci¨®n de n¨²meros de tel¨¦fono, en este caso, seg¨²n especificaban, del c¨®nyuge. El 81% de los encuestados consideraba que la gente es menos h¨¢bil que en el pasado.
"El cambio nunca es acumulativo, es un proceso cr¨ªtico y muy arriesgado. El ser humano se desprende de habilidades seguras, que ya controla, sin haber adquirido y valorado todav¨ªa las nuevas y eso provoca posturas conservadoras¡±, apunta Antonio Rodr¨ªguez de las Heras, director del Instituto de Cultura y Tecnolog¨ªa de la Universidad Carlos III. Ese cambio inesperado genera el deseo de aferrarse al pasado. "El humano se va haciendo m¨¢s melanc¨®lico a medida de que los progresos son m¨¢s espectaculares, todo cambia a mayor velocidad porque la Humanidad vive un proceso de aceleraci¨®n", contin¨²a este catedr¨¢tico de Humanidades. Por eso la desaparici¨®n de estas habilidades se ve como una cat¨¢strofe.
Este proceso, sin embargo, no es nuevo. "Existe desde que el primer hombre construy¨® la primera herramienta, el bifaz, una piedra tallada a golpes con otra piedra, para cazar", sostiene Borja Adsuara, profesor, abogado, consultor y experto en derecho y estrategia digital. Hab¨ªa aparecido una manera m¨¢s sencilla de conseguir alimentos. Lo mismo, milenios m¨¢s tarde, pasar¨ªa con la aparici¨®n del arado, y despu¨¦s con los veh¨ªculos agr¨ªcolas. "Hemos perdido la dura habilidad de arar durante todo el d¨ªa gracias a los tractores. Y nadie se queja al respecto", a?ade Adsuara.
"Antes est¨¢bamos en tensi¨®n durante la conducci¨®n, m¨¢s pendientes del camino y la ruta. Ahora no es necesario y puedes conducir de otra manera Pere Marqu¨¦s, Investigaci¨®n de Did¨¢ctica y Multimedia, UAB.
Los expertos entienden esta p¨¦rdida como una oportunidad de adaptaci¨®n. "Hemos dejado de memorizar tel¨¦fonos, pero ?para qu¨¦ lo necesitamos hoy? Podemos dedicar esa parte de la memoria a otras cosas. Cuando tienes a un asistente a quien encargar una tarea, ?para qu¨¦ hacerla t¨²?", afirma Pere Marqu¨¦s, director del grupo de Investigaci¨®n de Did¨¢ctica y Multimedia de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Los smartphones, adem¨¢s de hacer que olvidemos tel¨¦fonos, tambi¨¦n nos facilitan la navegaci¨®n gracias a los sistemas GPS. "Antes nos ve¨ªamos obligados a estar en tensi¨®n durante la conducci¨®n y a estar m¨¢s pendientes del camino, e incluso planificar la ruta, pero ahora no es necesario y puedes conducir de otra manera¡±, continua.
La llegada de las calculadoras, asegura Marqu¨¦s, ha exterminado las engorrosas operaciones para que el matem¨¢tico se centre en las f¨®rmulas y otros procesos m¨¢s complejos. Aun as¨ª, advierte, los c¨¢lculos mentales todav¨ªa tienen cabida en la vida cotidiana. "Ir al mercado con la calculadora en la mano todo el tiempo es fastidioso, por eso seguiremos haciendo cuentas mentalmente", apunta el profesor.
Marqu¨¦s tambi¨¦n reflexiona sobre el uso moderno de la memoria. Con toda la informaci¨®n disponible a un clic, ?es necesario retener datos en nuestra cabeza? ?l cree que no lo es y que lo que debemos recordar es otra cosa . "Ahora no memorizamos n¨²meros pero estamos en contacto con mucha m¨¢s gente y necesitamos invocar mucha informaci¨®n: nombres, caras y nuevas rutinas y procedimientos inform¨¢ticos, continuamente", explica. Marqu¨¦s indica, adem¨¢s, que el hecho de disponer de toda la informaci¨®n no solo no nos atonta, sino que supone un reto para nuestras mentes. "Para buscar en la Red todos necesitamos un lenguaje muy rico porque vamos a interactuar con inteligencia artificial a la que es necesario explicarle bien lo que nos hace falta, y despu¨¦s comprender los resultados que nos proporciona.
"Esa liberaci¨®n implica que debemos tener la cabeza bien amueblada y contar con unos referentes culturales, geogr¨¢ficos e hist¨®ricos b¨¢sicos", contin¨²a Marqu¨¦s, impulsor del modelo bimodal de educaci¨®n, un sistema m¨¢s flexible en el que los trabajos en clase pueden hacerse con los apuntes e Internet y que separa en dos categor¨ªas la informaci¨®n que s¨ª debe ser memorizada, la imprescindible y la deseable, m¨¢s accesoria. "El profesor debe delimitar la informaci¨®n que es imprescindible y la que es deseable. As¨ª, los alumnos menos dotados cognitivamente podr¨¢n centrarse en lo imprescindible. Esto ayuda a reducir un tercio el fracaso escolar", asegura Marqu¨¦s.
La memorizaci¨®n no es el ¨²nico elemento cuestionado por los educadores. El uso masivo de teclados hace que nuestra manera de escribir cambie. En Finlandia, uno de los pa¨ªses mejor valorados en los informes PISA, la caligraf¨ªa tradicional seguida, la que todos los ni?os aprenden en los colegios de todo el mundo, comienza a cuestionarse. All¨ª se presenta como un complemento, opcional, a la escritura manual con letra de imprenta y el manejo del teclado.
En Finlandia, uno de los pa¨ªses mejor valorados en los informes PISA, la caligraf¨ªa tradicional seguida, la que todos los ni?os aprenden en los colegios de todo el mundo, comienza a cuestionarse
Autores como la profesora estadounidense Anne Trubek consideran que la era de la escritura a mano es historia. En su libro The History and Uncertain Future of Handwriting (La historia y el futuro incierto de la escritura manual), concluye que nos aferramos a ella por razones sentimentales y no pr¨¢cticas. La responsable del Instituto Nacional de Educaci¨®n finland¨¦s, Minna Harmanen, defend¨ªa, no obstante, que los fineses seguir¨¢n escribiendo a mano, pero con letra de imprenta, ya que es un factor definitivo en el desarrollo psicol¨®gico infantil. Otros expertos, como Pere Marqu¨¦s, defienden que la tecnolog¨ªa abre puertas pero que muchas formas tradicionales a¨²n pervivir¨¢n. "El mundo seguir¨¢ teniendo un componente no digital durante bastante tiempo por lo que seguir¨¢ siendo ¨²til aprender a escribir a mano", argumenta.
Lo mismo ocurrir¨¢ con el aprendizaje de idiomas. Miguel Herrero asegura que no va a desaparecer. "Los traductores autom¨¢ticos son muy ¨²tiles pero, al igual que el resto de m¨¢quinas, a¨²n no son capaces de distinguir el sentido del humor o la intenci¨®n po¨¦tica. Ni siquiera nosotros comprendemos bien nuestras propias intenciones y nuestros deseos, y mucho menos las de los dem¨¢s. Y si no lo entendemos, no podemos programarlo", explica el profesor de la Universidad de Dusseldorf. Al parecer de Herrero, seguiremos estudiando idiomas para adentrarnos e integrarnos en otras culturas. "Hay quien aprende por un inter¨¦s ling¨¹¨ªstico, el que lo hace para entender a un determinado autor, como Unamuno, que estudi¨® dan¨¦s para comprender a Kierkegaard, el que se adentra en un idioma porque le suena bien o porque, simplemente, se ha enamorado", argumenta.
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