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Razones para aprender con los programas abiertos gratuitos (MOOC) que ofrecen las mejores universidades del mundo
Aunque cada vez se habla m¨¢s de los MOOC, todav¨ªa hay algunas cosas sobre lo que son (y lo que no) que no terminan de estar claras. Por esa raz¨®n, a¨²n son muchos los que todav¨ªa no se han lanzado, y siguen buscando respuestas a preguntas como: ?son tan buenos como dicen? Pero, ?de verdad no tienen coste? Y, sinceramente, ?hacerlos vale para algo? Por ello, hay que explicar que es exactamente un MOOC, dado que conocer su naturaleza (y, sobre todo, su prop¨®sito) permitir¨¢ entender mucho mejor los porqu¨¦s de todas las respuestas¡
El t¨¦rmino MOOC es el acr¨®nimo de Massive Open Online Course, lo que traducido al castellano ser¨ªa algo as¨ª como Cursos en L¨ªnea Masivos y Abiertos. De esta forma, estamos hablando de cursos de formaci¨®n a los que todos podemos acceder desde casa y que por lo general no tienen coste aunque la calidad que ofrecen es, casi siempre, de un nivel alt¨ªsimo. Dicho lo cual, vayamos a por nuestras tres preguntas:
?Son tan buenos como dicen?
?Alguna vez so?aste con poder estudiar en Harvard? ?En el famoso MIT? ?O en las universidades de Stanford y Oxford? Todas ellas entre las diez m¨¢s prestigiosas del mundo, con unas matr¨ªculas de coste muy elevado a las que, hist¨®ricamente, tan solo pod¨ªan acceder los bolsillos de unos pocos privilegiados¡
Hoy, afortunadamente, algo as¨ª ya es historia gracias a los MOOC, disponibles en plataformas como Coursera (de la Universidad de Stanford), edX (del MIT, Harvard, Berkeley, entre otras), Udacity, Khan Academy (la primera, creada por un ex alumno del MIT) o Miriada X, con quienes todas ellas (y muchos otras miles de universidades de todo el mundo) han abierto, por fin, sus puertas.
No obstante, confieso que soy plenamente consciente de que lo l¨®gico, al leer algo as¨ª, es que surja la desconfianza: ?Qu¨¦ puede llevar a ese tipo de instituciones a poner una parte de su oferta formativa al alcance de todos? ?A enfrentarse a los costes de este tipo de proyectos y a un posible riesgo de ¡°canibalizaci¨®n¡± con sus programas de pago?
La respuesta es francamente sencilla: a todas ellas les compensa porque los MOOC son una herramienta de marketing muy (muy) eficaz que permite dar a conocer la instituci¨®n, el estilo y la forma de impartir la formaci¨®n. Es la raz¨®n por la que no podr¨ªan arriesgarse a hacer algo de baja calidad que no generase matr¨ªculas y que, por si fuera poco, pusiera en riesgo la reputaci¨®n de la instituci¨®n. De hecho, puedo asegurar que, tras haber hecho ya unos cuantos, al acabar sientes algo tan familiar que te apetece seguir estudiando, all¨ª, en ¡°tu casa¡± y con tu gente.
?De verdad no tienen coste?
Debo matizar que muchas de las instituciones que se lanzan a este tipo de proyectos lo hacen tambi¨¦n con fines sociales, en particular, para garantizar el acceso al aprendizaje de una mayor parte de la sociedad, lo que explica que en muchos de los casos se trate de formaci¨®n gratuita.
No obstante, tambi¨¦n es frecuente encontrar universidades y escuelas de negocios que solicitan una cantidad ¡°simb¨®lica¡± para cubrir (al menos en una peque?a parte) el coste del desarrollo y de la impartici¨®n de las clases dado que, como es l¨®gico, por detr¨¢s hay una inversi¨®n que alguien tiene que asumir.
Los MOOC que requieren pago suelen rondar los 50 euros, un precio simb¨®lico en comparaci¨®n con las decenas de miles de euros que puede costar un programa convencional
Estamos hablando de cantidades que no suelen superar los 50 euros y, aunque me consta que para muchos bolsillos algo as¨ª puede ser un mundo, me he permitido el calificativo de ¡°simb¨®lico¡± por la comparaci¨®n con las varias decenas de miles de euros que puede llegar a costar un programa convencional en sus instalaciones.
Cargar alg¨²n tipo de importe es una tendencia actual y creciente. en el mundo de los MOOC. Una modalidad es ofrecer el curso gratis y cobrar cuando se solicita la certificaci¨®n (y se supera una prueba de conocimientos). Otra es implantar suscripciones temporales, al estilo Netflix.
Aunque cueste cre¨¦rselo, se trata de un pago que suele repercutir positivamente sobre la motivaci¨®n del alumno, y el esfuerzo para terminarlo, dado que este pago incluye el acceso al certificado oficial, y como dice la sabidur¨ªa popular: ¡°Lo que no se paga no se valora¡±. Lo que explica las enormes tasas de abandono que tienen estos programas (en torno al 90%).
?Hacerlos vale para algo?
Llegamos as¨ª al momento de hablar de los diplomas, certificados que acreditan que un estudiante ha terminado el curso, habiendo adquirido, como m¨ªnimo, los conocimientos b¨¢sicos del programa. Pues bien, aqu¨ª las cosas funcionan como en la educaci¨®n ¡°de siempre¡±, lo que explica la metodolog¨ªa utilizada para este tipo de programas.
Porcentaje de MOOC por tem¨¢ticas en 2016. Datos: Class Central.
En pocas palabras, si aprendes y lo demuestras te puedes llevar el t¨ªtulo a casa mientras que si, por el contrario, durante la explicaci¨®n, te dormiste en los laureles y necesitas el certificado, te tocar¨¢ repetir y tendr¨¢s que volver a empezar. Por esa raz¨®n, los MOOC se imparten a trav¨¦s de una plataforma que incorpora el material audiovisual que permite observar y escuchar al profesor mientras explica la lecci¨®n, herramienta a la que se le a?aden, entre otros, aplicaciones como foros y (o) pruebas de validaci¨®n de conocimientos, lo que permite asegurar tanto la transmisi¨®n del conocimiento como que este llega, como se espera, al receptor.
Por todo ello, cuando un alumno aprueba un MOOC, este puede pedir un certificado oficial que acredite la formaci¨®n, en cuyo caso la instituci¨®n podr¨ªa requerirle el pago de las tasas, pr¨¢ctica habitual en ¡°el mundo tradicional¡± porque la preparaci¨®n y entrega del diploma tiene un coste del que alguien debe hacerse cargo.
Y llegamos as¨ª a la pregunta: ?vale la pena el esfuerzo (en tiempo, dinero, etc¨¦tera)? La respuesta es un rotundo ¡°s¨ª¡± retomando las respuestas a los puntos anteriores. Estamos hablando de formaci¨®n de alta calidad, pero sujeta a unas tasas de abandono enormes, lo que habla muy bien de todos aquellos que consiguen llegar al final y, en particular, de su inter¨¦s por estar al d¨ªa y su capacidad de esfuerzo.
Y sabiendo todo esto, ?alguien sigue teniendo dudas sobre si merecen o no la pena? Yo ya llevo ocho y pronto ir¨¦ a por el noveno¡
Silvia Leal es consejera y experta en inno-liderazgo y transformaci¨®n digital. Doctora en Sociolog¨ªa y asesora de la Comisi¨®n Europea en competencias digitales, liderazgo y emprendimiento y directora del Programa en Direcci¨®n TIC & Innovaci¨®n Digital de IE Business School. Es autora de los libros e-Renovarse o morir, Ingenio y Pasi¨®n e Ingenio, Sexo y Pasi¨®n (LID Editorial).
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