?Por qu¨¦ rompe Trump con la convivencia de las razas?
Las relaciones interraciales de los estadounidenses desmontan los prejuicios del presidente
Este verano hemos visto el resurgimiento del racismo en las calles de EE UU con enfrentamientos entre racistas blancos y afroamericanos en Charlottesville, Virginia. El asesinato por atropello de una joven ha sido un¨¢nimamente calificado de acto terrorista, con excepci¨®n del presidente Donald Trump que llam¨® al menos a ¡°algunos¡± de los neonazis "buena gente". Vaya espect¨¢culo. Sin embargo, los sucesos invitan a comentar qu¨¦ ha cambiado ¨Cy qu¨¦ no ha cambiado- en las vidas de los afroamericanos.
La emancipaci¨®n de los esclavos en 1863 coincide m¨¢s o menos con la ni?ez de mi bisabuelo. Es decir, no hace tanto tiempo. La historia de los negros en EE UU durante las d¨¦cadas siguientes es brutal, llegando a la barbarie de 4.000 linchamientos en una ¨¦poca de casi total segregaci¨®n de los afroamericanos. La mejora en la calidad de vida de muchos de ellos empieza paulatinamente en los a?os cuarenta y cincuenta con su integraci¨®n en las fuerzas armadas y m¨¢s tarde al ser admitidos en los colegios p¨²blicos y las universidades. Pero la vida cotidiana segu¨ªa siendo dura.
Easy Rawlins, un negro de Los Angeles de 1948, protagonista de la novela El demonio vestido de azul, se despertaba todos los d¨ªas pensando :¡°?c¨®mo van a ser mis encuentros con los blancos hoy?¡±. Durante la d¨¦cada de los cincuenta, en Iowa, el Estado donde yo nac¨ª, el 97% de la poblaci¨®n era blanca, y los j¨®venes entonces hac¨ªan gala de su superioridad racial con el dicho ¡°soy libre, blanco, y mayor de edad¡±.
Desde entonces una mayor¨ªa de estadounidenses, incluidos los afroamericanos, piensa que las relaciones entre blancos y negros han mejorado, aunque existe m¨¢s pesimismo ahora que hace 15 a?os. Al mismo tiempo los ¨²ltimos sondeos muestran una mayor preocupaci¨®n por la convivencia. Tal vez m¨¢s preocupaci¨®n sea una buena se?al. ?Pero por qu¨¦ persisten los prejuicios un siglo y medio despu¨¦s del final de la esclavitud?
Centr¨¢ndonos en el factor psicol¨®gico, observamos que los prejuicios se desarrollan en una atm¨®sfera de estereotipos alimentados por casi todo lo cultural, el cine, la televisi¨®n, e incluso por nuestros propios comentarios. Existe una escala de pensamientos que va de menor a mayor intensidad: primero el etnocentrismo -?por qu¨¦ los n¨®rdicos cenan a las 18:30 horas?-, despu¨¦s llegan los estereotipos -los norteamericanos son todos ¡°cowboys¡±-, y finalmente llegan los prejuicios -los espa?oles deben ser unos vagos porque duerman la siesta-. La discriminaci¨®n -no te ense?o casas en venta porque eres afroamericano- y el racismo -discriminaci¨®n al nivel de las leyes e instituciones del Estado- son los comportamientos que, en casos extremos, terminan esta escala.
En 1960 Chubby Checker lanz¨® The Twist, que lleg¨® a colocarse n¨²mero uno en la radio. En 1963, 100 a?os despu¨¦s de la emancipaci¨®n de sus antepasados, el escritor James Baldwin, que ven¨ªa de una larga tradici¨®n de escritores afroamericanos, triunf¨® con la novela La pr¨®xima vez el fuego. Martin Luther King proclam¨® su sue?o en el Lincoln Memorial de Washington ante una gran multitud y gan¨® el premio Nobel de la Paz en 1964 ?Pero cu¨¢l de las dos im¨¢genes persiste en la sociedad actual: la de los intelectuales afroamericanos, o el estereotipo de que los negros tienen buen ritmo? Es la segunda. Los afroamericanos han pasado siglos de esclavitud, tortura, violaciones, pobreza, terror, el Ku Klux Klan, segregaci¨®n, y desde hace poco tiempo, albergan algo de esperanza... Los negros son supervivientes. ?Y lo mejor que se les puede atribuir es que tienen buen ritmo?
Pero pensemos lo que pensemos, nos retratamos a nosotros mismos con lo que decimos y hacemos. Afortunadamente el lenguaje interracial ha evolucionado desde los a?os cincuenta. ¡°Libre, blanco, y mayor de edad¡± ya no es aceptable. Es cuesti¨®n de voluntad romper la cadena de pensamientos arraigados en la sociedad que conducen a la discriminaci¨®n. O elegimos el atajo mental de conformarnos con el estereotipo u optamos por no despreciar ¡°al otro¡±.
El pasado mes de agosto Donald Trump rompi¨® con una larga tradici¨®n entre presidentes ¨C desde los tiempos de Franklin Roosevelt ¨C de hacer declaraciones p¨²blicas en apoyo de la convivencia de las razas. Con su aprobaci¨®n t¨¢cita de la supremac¨ªa blanca ha marcado un nuevo camino.?Qu¨¦ podemos hacer frente a esta provocaci¨®n? Tal vez una parte de la respuesta est¨¦ en otro acontecimiento ocurrido en el pasado mes de agosto: el ¡°esp¨ªritu de colaboraci¨®n¡± entre los ciudadanos de Houston durante y despu¨¦s de la tormenta Harvey, donde una cuarta parte de la poblaci¨®n que es negra trabaj¨® codo a codo con blancos. La otra parte de la respuesta a Trump podr¨ªa ser nuestro propio comportamiento, faumentando la tolerancia, el respeto y el trato de los dem¨¢s con dignidad. Y claro, lo que decimos siempre refleja quienes somos.
Erik Baum es doctor en Periodismo y profesor de Suffolk University Madrid Campus.
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