Cada cu¨¢nto deber¨ªa realmente lavar sus toallas

Las toallas parecen el textil m¨¢s limpio de la casa: al fin y al cabo las usamos para secar la piel justo despu¨¦s de lavarnos, ?verdad? Detr¨¢s de esa suavidad y del perfume del detergente y el gel de ba?o se esconde un caldo de cultivo de bacterias, y no de las buenas.

Las toallas sucias portan un enorme abanico de microbios, algunos relacionados con la propagaci¨®n de infecciones. En una investigaci¨®n, que a¨²n no se ha publicado, el microbi¨®logo de la Universidad de Arizona Charles Gerba y su equipo encontraron que el 90% de las toallas de ba?o albergan bacterias coliformes (indicadores de la contaminaci¨®n del agua y de los alimentos) y el 14% E. coli. Este estudio es una continuaci¨®n de otro s¨ª publicado por el mismo experto, que entonces se centr¨® en la cocina. Tras analizar toallas de cocina que recogieron de casas de cinco grandes ciudades en Estados Unidos y Canad¨¢ descubrieron que conten¨ªan estas mismas bacterias, y la cantidad de E. coli estaba directamente relacionada con el n¨²mero de veces que se lavaban.

John Oxford, profesor de virolog¨ªa de la Universidad de Londres y director del Consejo de la Higiene, un organismo internacional que compara est¨¢ndares de higiene en todo el mundo, refrenda los hallazgos de Gerba: despu¨¦s de examinar hogares de nueve pa¨ªses distintos descubri¨® que el 21% de los trapos de cocina "visiblemente limpios" ten¨ªan altos niveles de contaminaci¨®n y el 36% de las toallas de cocina presentaban niveles inaceptables (estos y otros datos igualmente inquietantes se pueden consultar en la web del Consejo de la Higiene).

Para empezar, "no todo el mundo se lava las manos con la dedicaci¨®n que requiere [frotando bien las palmas, pero tambi¨¦n el env¨¦s de las manos, las u?as, los dedos...]", explica Gerba a Time, y, al secarse, est¨¢n trasladando bacterias a un lugar donde tienen muchas probabilidades de crecer. Al fin y al cabo, suelen estar colgadas con pliegues que mantienen la humedad, en lugares oscuros y poco ventilados (excepto si tiene usted ventana en su cuarto de ba?o).

Adem¨¢s, las toallas del ba?o est¨¢n expuestas a un peque?o gesto que dejar¨¢ de repetir de inmediato despu¨¦s de leer esto, pues que conlleva una enorme propagaci¨®n de microbios en el aire: tirar de la cadena con la tapa de v¨¢ter levantada. Las bacterias ¡ªfecales y de todo tipo¡ª salen disparadas a modo de aerosol. ¡°En estos casos hay que entender que lo m¨¢s probable es que en su mayor¨ªa nos traguemos los mismos microbios que nosotros acabamos de depositar, lo que solo ser¨¢ un peligro si padecemos una infecci¨®n¡±, explic¨® a BuenaVida Miguel Vicente, profesor de Investigaci¨®n del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa y presidente de la divisi¨®n de Bacteriolog¨ªa y Microbiolog¨ªa Aplicada de la International Union of Microbiological Societies (IUMS).

"Despu¨¦s de dos d¨ªas", concluye Gerba, "si se seca la cara con la toalla de manos, probablemente se est¨¦ llevando m¨¢s E. coli a la cara que si metiera la cabeza directamente en agua del inodoro". Muy gr¨¢fico.

¡°Los aerosoles que se propagan al tirar de la cisterna", a?ade Vicente, "pueden contener el germen que provoca infecciones respiratorias que en las personas sanas suelen resolverse sin graves consecuencias, pero no as¨ª en quienes est¨¢n debilitados por otras enfermedades, en cuyo caso pueden causar mayores problemas¡±. Tambi¨¦n un estudio de la cl¨ªnica Mayo entre jugadores de football americano en Los ?ngeles descubri¨® que compartir las toallas en el campo de juego facilitaba la transmisi¨®n de infecciones.

La recomendaci¨®n de Gerba, aparte de mantener las toallas lo m¨¢s secas y ventiladas posible, es la de lavar las toallas del ba?o cada dos d¨ªas, sobre todo si hay ni?os peque?os en casa. Otros expertos, como Javier Sola, alerg¨®logo del Hospital Ram¨®n y Cajal, aconsejan hacerlo una vez por semana. En cualquier caso, mucho m¨¢s a menudo de lo que seguramente lo est¨¦ haciendo.