Valencia, sede del debate sobre la alimentaci¨®n en las ciudades
Representantes de un centenar de ciudades se reunir¨¢n, este mes de octubre, ante el reto de una alimentaci¨®n urbana sostenible
El encuentro de representantes de las ciudades del Pacto de Mil¨¢n tendr¨¢ lugar en Valencia entre los d¨ªas 19 y 21 del mes de octubre. Se trata del tercero de los grandes eventos de la agenda de Valencia Capital Sostenible y dota de continuidad a los ¡°Di¨¢logos sobre nutrici¨®n y sistemas alimentarios sostenibles¡± celebrados en abril en colaboraci¨®n con la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia. Y al encuentro de car¨¢cter t¨¦cnico ¡°Sociedad civil y ciudades sostenibles¡± entre diversas entidades de la sociedad civil y representantes de las ciudades vinculadas al Pacto de Mil¨¢n, en el mes de septiembre. Y se suma tambi¨¦n a la programaci¨®n de diversas iniciativas ciudadanas vinculadas a la producci¨®n ecol¨®gica y sostenible, la mejora de la nutrici¨®n, o el consumo de productos de proximidad.
Valencia, escogida por la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) como Capital Mundial de la Alimentaci¨®n 2017, sucede a Roma en esta designaci¨®n. Una ciudad reconocida por su reciente impulso a la huerta urbana y la alimentaci¨®n de proximidad. Y que, durante este mes de octubre acoger¨¢ a representantes de un centenar de ciudades de todo el mundo (entre ellas, Nueva Delhi) y a responsables de organismos mundiales como la FAO o la ONU. En un encuentro que ofrecer¨¢ la posibilidad de intercambiar informaci¨®n sobre los progresos en la aplicaci¨®n de pol¨ªticas alimentarias en los diversos territorios, de crear redes de conocimiento y cooperaci¨®n, o de visibilizar iniciativas y soluciones orientadas a la sostenibilidad urbana. El 16 de octubre adem¨¢s, se celebra el D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n, por lo que durante las jornadas se har¨¢ un llamamiento a la Asamblea General de la ONU para que se reconozca como derecho universal el acceso a la alimentaci¨®n sostenible y saludable, al mismo nivel que el del acceso al agua, la salud y la educaci¨®n.
Las ciudades participantes han firmado, o suscribir¨¢n all¨ª, el Pacto de Pol¨ªtica Alimentaria Urbana de Mil¨¢n (o MUFPP ¨C Milan Urban Food Policy Pact), el primer protocolo internacional en materia alimentaria que se realiza a nivel municipal. Las urbes signatarias se comprometen as¨ª a ¡°trabajar para desarrollar sistemas alimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, para asegurar comida sana y accesible a todos en un marco de acci¨®n basado en los derechos, con el fin de reducir los desperdicios de alimentos y preservar la biodiversidad y, al mismo tiempo, mitigar y adaptarse a los efectos de los cambios clim¨¢ticos¡±.
Una iniciativa que comenz¨® su andadura durante la Exposici¨®n Universal 2015 en la ciudad de Mil¨¢n, en coordinaci¨®n con la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO). Y que, hasta el momento, ha sido firmado por m¨¢s de 155 ciudades de todo el mundo (entre ellas Barcelona, Bilbao, C¨®rdoba, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, M¨¢laga, Pamplona, Valencia, Vitoria-Gasteiz o Zaragoza).
El Pacto de Mil¨¢n identifica una treintena de actuaciones, siendo algunas de ellas: la lucha contra la malnutrici¨®n y la pobreza alimentaria en las grandes ciudades. Seg¨²n datos de la FAO la poblaci¨®n urbana en situaci¨®n de pobreza destina el 80% de sus ingresos a garantizar su alimentaci¨®n. La reducci¨®n de residuos, ya que seg¨²n la FAO, una tercera parte de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se tira, lo que equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas al a?o. O el apoyo a peque?os productores agr¨ªcolas y ganaderos de cercan¨ªa, a fin de cohesionar el territorio y facilitar la transici¨®n entre los entornos rural y urbano.
El encuentro de Valencia pretende dar un nuevo impulso a este Pacto, y a la necesaria sostenibilidad alimentaria de las grandes urbes. Y es que, en la actualidad, los sistemas alimentarios que dan de comer a nuestras ciudades no son sostenibles, ni equitativos. Tras la Segunda Guerra Mundial, las ciudades occidentales comenzaron a sustituir su modelo de alimentaci¨®n por otro basado en el transporte de los alimentos a larga distancia y el uso de combustibles f¨®siles. Y hoy tan solo cinco empresas multinacionales controlan el 80 % del comercio de alimentos. Mientras, parad¨®jicamente, la mitad de las personas m¨¢s pobres del mundo son peque?os productores o agricultores que producen el 70% de la alimentaci¨®n mundial. Como resultado, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), 2.000 millones de personas sufren actualmente carencia de micronutrientes, mientras que 1.400 millones tienen sobrepeso, de los cuales 500 millones son obesos (en Espa?a un 50 % de la poblaci¨®n). Y el impacto medioambiental por la emisi¨®n de gases de efecto invernadero asociados al transporte de alimentos, es creciente.
Las urbes han pasado as¨ª de los productos de proximidad a alimentos kilom¨¦tricos. De la confianza al anonimato. De econom¨ªas de subsistencia a negocios millonarios de grandes empresas. La manera de alimentarse ha cambiado. Y, en un mundo donde el 51 % de la poblaci¨®n vive en ciudades (y las previsiones indican que posiblemente en 2050 lo har¨¢n dos terceras partes de la poblaci¨®n mundial) lo convierte en un tema crucial que pone en cuesti¨®n las relaciones entre lo urbano y lo rural. Dar de comer a todas esas personas, y hacerlo de forma sostenible y saludable, es un reto de enormes dimensiones que grandes ciudades de todo el mundo han decidido afrontar juntas. Con ese objetivo en el punto de mira, se firm¨® en 2015 en Mil¨¢n el Pacto de Pol¨ªtica Alimentaria Urbana, y se afronta ahora el encuentro de octubre en Valencia.
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