Extraescolares: ?quieres que tu ni?o sea bailongo o un ¡®nerd¡¯?

Yo quiero que el ni?o haga baile. El padre, que vaya a ajedrez. Ya, ya s¨¦, hay que preguntarle al ni?o, pero despu¨¦s. Si no, de qu¨¦ vamos a discutir, ?del proc¨¦s? Para un rato que tenemos a solas¡­

Total, que como la mayor¨ªa de los padres con ni?os peque?os de la Espa?a silenciosa y tambi¨¦n de la locuaz, acabamos discutiendo de las extraescolares, porque tiene 5 a?os y ya es octubre.

¡°El ajedrez favorece la concentraci¨®n, fomenta el c¨¢lculo y el razonamiento l¨®gico¡±, argumenta el padre. ¡°Katy Perry¡±, digo yo. Zasca.

Entonces llegan los golpes bajos: ¡°Ser¨¢ m¨¢s bien Philip Glass y un mont¨®n de ni?as¡±, dice ¨¦l, ¡°a ajedrez van sus amigos¡±. Uf, el g¨¦nero no me lo toques, contraataco: ¡°Todos los adultos que conozco que juegan al ajedrez no lo hacen con sus amigos, sino frente al ordenador con un se?or ruso al que no conocen porque NO SABEN BAILAR (y no miro a nadie)¡±.

Me envalentono. ¡°Bailando ligas, bailar te hace feliz¡­ ?Qu¨¦ quieres, que sea un nerd?, ??Que se la pase mirando la pista acodado en la barra del bar de la vida!?¡±, digo con una dram¨¢tica pirueta.

¡°Tiene 5 a?os¡±, responde. Touch¨¦.

Avergonzada, siento que me he convertido moment¨¢neamente en una de esas madres que creen que todo lo que haga ahora el ni?o tendr¨¢ una repercusi¨®n clara en su vida adulta. En Estados Unidos hasta las guarder¨ªas se venden a los padres con el porcentaje de exalumnos (?de tres a?os!) que acaban en universidades de la Ivy League. Qu¨¦ presi¨®n. Para conseguir que los peque?os sean admitidos en el primer escal¨®n de la ¨¦lite, los padres tienen que escribir sofisticadas cartas de solicitud: La peque?a Jennifer lleva desde los seis meses apuntada a impresi¨®n 3D, se sabe la letra de Frozen y ya se limpia el culo sola, nivel usuario... Hay algunos que han llegado a presidente del mundo libre con menos de eso.?

En mi ¨¦poca, pleno r¨¦gimen del 78, hab¨ªa basket, teatro, ingl¨¦s¡­ pero las extraescolares que m¨¢s molaban eran judo (tu kimono, ?kia!) y ballet. Yo no hice ninguna, quiz¨¢s por ello me apetecen todas las que leo que existen ahora: yoga, cocina ecol¨®gica, fotograf¨ªa, mindfulness, funky, autoprotecci¨®n femenina, golf, reggaet¨®n, conversaci¨®n en chino, lego-rob¨®tica, patinaje en l¨ªnea, periodismo de investigaci¨®n. En serio, periodismo de investigaci¨®n, hasta esa me apetece.

En el fondo lo que me gustar¨ªa es que las extraescolares fuesen lo que se da en horario lectivo. Que las familias no apunt¨¢semos a los ni?os sobre todo porque no hay Cristo que concilie. Y que el d¨ªa a d¨ªa de mi hijo de 5 a?os en el colegio p¨²blico del barrio consistiese en hacer clase de capoeira y despu¨¦s iniciaci¨®n al c¨®mic. Y, puestos a pedir, me gustar¨ªa que el m¨ªo tambi¨¦n.

Al final, le preguntamos al ni?o si prefer¨ªa hacer danza o ajedrez. Y le apuntamos a las dos porque es el que manda en casa. La verdad, no creo que ninguna tenga una repercusi¨®n clara en su vida adulta, pero espero que en ambas aprenda que para que las cosas salgan bien es necesario ponerse en el lugar del otro, ya sea este un contrincante o una pareja de baile.