Refugiados con voz, rostro y nombre describen su abandono en Grecia
Nueve personas alojadas en un campo de desplazados griego cuentan el abandono al que est¨¢n sometidos en el documental 'Katsikas, ecos de un ¨¦xodo'
Idomeni, Softex, Elliniko, Moria... En los ¨²ltimos meses, m¨¢s bien a?os, estos nombres resultan familiares. ?Por qu¨¦ suenan? Porque han salido en las noticias una, dos, mil veces. Son de algunos de los campos en Grecia, aquellos lugares que no sabemos localizar en un mapa donde viven ¡ªmalviven¡ª masas imprecisas de personas que han llegado all¨ª huyendo de la guerra, la violencia, la pobreza, la persecuci¨®n o todo a la vez despu¨¦s de un periplo por medio mundo. S¨ª, los refugiados. Un apelativo que, de tanto usarlo, lo estamos gastando.
"Tantos miles de refugiados han cruzado la frontera de Macedonia", "La Uni¨®n Europea incumple su compromiso de acogida de refugiados", "Una barca llena de refugiados naufraga en el Mediterr¨¢neo y no hay supervivientes"... Estamos tan acostumbrados a leer y escuchar titulares as¨ª en los medios de comunicaci¨®n que ya nos suenan todos vagamente iguales. Pero no lo son. Son cientos de miles de caras, de nombres y de historias ¨²nicas. Si nos contaran de t¨² a t¨² lo que les ha pasado y por qu¨¦ est¨¢n donde est¨¢n, a lo mejor la sociedad sal¨ªa de su ostracismo y les miraba como a iguales. Algo as¨ª pens¨® Rodrigo V¨¢zquez (Madrid, 1983) cuando se lanz¨® a rodar Katsikas, voces de un ¨¦xodo (Filmandril Producciones), un documental que se estrena hoy mi¨¦rcoles 18 de octubre a las 20:30 de la tarde en la Cineteca de Matadero de Madrid. Protagonizado por nueve de esas voces, de esos rostros, de esos nombres, traslada al espectador al campo de desplazados de Katsikas, otro m¨¢s para retener en la memoria.
Cuenta V¨¢zquez que su trabajo no es m¨¢s ¡ªni menos¡ª que el valiente testimonio de nueve personas que huyeron de la guerra, la persecuci¨®n y la muerte en busca de un lugar mejor para sus familias. Pasaron por la extorsi¨®n de las mafias, por la c¨¢rcel, por la humillaci¨®n y por el fr¨ªo mar Egeo en busca de unas expectativas que se pulverizaron al dar contra la implacable frontera de la Uni¨®n Europea y sus nefastas pol¨ªticas de acogida: solo en 2016, 28.651 personas pidieron asilo en la UE desde Grecia, y se aceptaron poco m¨¢s de 18.000. En los ocho primeros meses de 2017, las solicitudes superan las 26.000, seg¨²n la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR). Pero no olvidemos que son m¨¢s que n¨²meros. "El proyecto tiene como objetivo combatir la flagrante indiferencia y poner nombre y apellidos a quienes m¨¢s sufren este drama, personas como t¨² y como yo, para quiz¨¢ as¨ª lograr empatizar con ellos y empezar a cambiar su situaci¨®n", describe el director.
Rodrigo V¨¢zquez no lleg¨® a Katsikas con la idea de rodar. ?l formaba parte de un grupo de voluntarios espa?oles que iba a descargar unos contingentes de ayuda humanitaria y echar una mano. En aquel momento, el campo acog¨ªa a m¨¢s de mil personas. "Pero claro, aparte del voluntariado, la cabra tira al monte, as¨ª que no pude evitar viajar con la c¨¢mara y la grabadora por si la situaci¨®n daba para contar algo, y vaya si dio", afirma. Cuando comenz¨® a indagar en las historias de quienes all¨ª iba conociendo, la sensaci¨®n cambi¨®: "Supe de sus dramas y empezaron a dolerme cada una de sus palabras, sus miradas, fue entonces cuando comprend¨ª que esas voces no pod¨ªan quedar ah¨ª, en ese pedregal crudo y hostil que era el campamento. Ten¨ªa que hacer algo m¨¢s all¨¢ de descargar camiones y ayudar en el almac¨¦n".
Su amigo Mohamed Samadi, un voluntario marroqu¨ª conocedor del ¨¢rabe cl¨¢sico, se convirti¨® en su lengua y sus o¨ªdos, y ambos se pusieron manos a la obra para hacer tangible un trabajo que transmitiera lo que est¨¢ pasando en los campamentos europeos. "El abandono al que sometemos a estas personas, ya sea Katsikas o en cualquier otro, es una verg¨¹enza que muchos ignoran pero que todos debemos conocer", denuncia el director.
El abandono al que sometemos a estas personas es una verg¨¹enza que muchos ignoran pero que todos debemos conocer
El rodaje no fue f¨¢cil. "El coordinador del campamento fue bastante claro", cuenta V¨¢zquez: "Esto es un campamento militarizado con fuerte presencia policial y militar. Si te ven la c¨¢mara te la van a quitar porque no quieren que se aireen las condiciones de los refugiados", le espet¨®. El hecho de que le tocaran en suerte las tareas de repartir bolsas de basura por las tiendas y realizar el censo de sus inquilinos le permiti¨® ponerse en contacto y estrechar lazos con quienes acabar¨ªan siendo protagonistas de este proyecto. Y V¨¢zquez, a¨²n hoy, justifica su peque?o acto de rebeld¨ªa: "Ten¨ªa que hacer algo. Daba igual c¨®mo, ten¨ªa que sacar adelante esta denuncia. El mundo ten¨ªa que escuchar a esta gente que estaba olvidada en condiciones infrahumanas".
Las conversaciones de entrevistador y entrevistados giraron machaconamente en torno a la guerra, el miedo, las torturas, los bombardeos y los muertos. Sobre lo que se era y no se volver¨ªa a ser jam¨¢s. Y de todo lo escuchado y aprendido, el joven director se queda con la historia de una anciana de Afganist¨¢n. "Se hab¨ªa quedado sola en el campamento y en la vida", recuerda. "Todos los afganos, que eran unos 300, se marcharon para intentar cruzar el muro europeo, pero ella no tuvo fuerza ni ¨¢nimo para seguir. No hablaba ¨¢rabe, ni franc¨¦s, ni ingl¨¦s, nada... ¨²nicamente afgano. Y all¨ª nadie hablaba afgano". La primera vez que la vio, ella estaba sentada en un pasillo entre tiendas de campa?a vac¨ªas, con unas s¨¢banas rotas colgando a modo de parasol, recuerda ¨¦l. "Me acerqu¨¦ a ella y no me dijo nada. Me mir¨® con los brazos abiertos y la cara hundida de tristeza. ?C¨®mo no la iba a abrazar? Llor¨® en mi hombro mientras balbuceaba en su lengua. La sensaci¨®n era horrible, ella sab¨ªa que iba a morir all¨ª, sola. Y yo no pod¨ªa decirle nada para aliviarla. Da igual la raza, la lengua o la cultura. cuando empatizas con el sufrimiento de la gente, algo te cambia por dentro".
Katsikas, ecos de un ¨¦xodo
- Direcci¨®n y direcci¨®n de fotograf¨ªa: Rodrigo V¨¢zquez
- Producci¨®n: FILMANDRIL
- Duraci¨®n: 46'
- A?o Producci¨®n: 2016/2017
- G¨¦nero: Documental
- Idioma: ?rabe
- Subt¨ªtulos: Castellano
Katsikas, ecos de un ¨¦xodo, se estrena el mi¨¦rcoles 18 de octubre a las 20:30 horas en la Cineteca de Matadero, Madrid.
?Katsikas, ecos de un ¨¦xodo fue rodado cuando ya hab¨ªa un compromiso de los pa¨ªses europeos de acoger refugiados. Entre las personas que V¨¢zquez entrevist¨®, sin embargo, no parec¨ªa existir mucha fe en esa promesa que finalmente no se cumpli¨®. "La moral de esta gente estaba por los suelos, ni siquiera ten¨ªan un registro para poder tramitar su solicitud de asilo", denuncia. Todos los d¨ªas preguntaban a ACNUR si les iban a registrar y la respuesta siempre era la misma, 'ma?ana, pasado, al otro...". Para V¨¢zquez, la crisis de los refugiados se ha gestionado "muy mal", y est¨¢ convencido de que muchos afectados han ca¨ªdo en una depresi¨®n, no tanto por el recuerdo de la guerra, sino por el hast¨ªo y el abandono al que se les ha sometido, por el desconocimiento de su porvenir.? "Supongo que ahora que se han cumplido los plazos, si han visto los compromisos de Espa?a [solo se ha acogido al 11,4% de lo acordado] y en lo que han quedado, estar¨¢n tristes. Y con raz¨®n", lamenta.
En la actualidad, el campamento de Katsikas est¨¢ cerrado, pero queda este documental para no olvidar que este lugar fue un infierno que, pese no a existir ya f¨ªsicamente, s¨ª tiene muchos gemelos como ¨¦l repartidos por Europa. As¨ª lo ve este director: "Es la misma historia que se repite una vez, otra vez y otra vez. Da igual el campamento en el que est¨¦s. En algunos habr¨¢ letrinas, en otros duchas y en otros solo campo, pero el abandono es una constante. Y las historias solo cambian a sus protagonistas, pero el eco sigue sonando".
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