El juego, clave en los lazos de amistad de los ni?os
Entre los seis y los 10 a?os es cuando el menor ya no ve solo a sus iguales como compa?eros de ocio sino que empieza a crear un v¨ªnculo emocional
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¡°Hacer amigos y tener una red de amistad es una adaptaci¨®n humana importante, que nos ha ayudado a desarrollar la cultura acumulativa, clave en la evoluci¨®n humana¡±, manifiesta el investigador Jes¨²s G¨®mez Garde?es, del Instituto de Biocomputaci¨®n y F¨ªsica de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza, una de las personas que ha trabajado en el estudio sobre el Funcionamiento de las Interacciones Humanas, publicado en la revista Nature Human Behaviour, en colaboraci¨®n con investigadores del University College y la Universidad Queen Mary, ambas en Londres.
¡°Actualmente, disponemos de tecnolog¨ªa para expandir estas redes sociales, aumentando el flujo de informaci¨®n sobre un n¨²mero mayor de personas. Esto permite a los seres humanos cooperar y trabajar juntos para construir cosas maravillosas. Sin embargo, aunque nuestro n¨²mero de contactos en estas nuevas redes crezca gracias a los avances, el conjunto de personas con las que socializamos de una forma m¨¢s aut¨¦ntica siempre ser¨¢ mucho m¨¢s reducido. Estos peque?os grandes lazos de amistad son uno de los secretos del ¨¦xito humano como especie¡±, apunta G¨®mez Garde?es.
El estudio, que se ha llevado a cabo en poblaciones del Congo y Filipinas d¨®nde a¨²n sobreviven con los mismos usos y costumbres que hace miles de a?os, ha analizado los datos registrados de m¨¢s de 300 personas durante una semana mediante tecnolog¨ªa de rastreo inal¨¢mbrico, desarrollando as¨ª el mapa de sus relaciones sociales. La conclusi¨®n a la que se ha llegado es que en la arquitectura de la red social de cualquier poblaci¨®n, los lazos m¨¢s fuertes, es decir, con mayor tiempo de interacci¨®n, se centran en el n¨²cleo familiar y solo unos pocos lazos extremadamente fuertes con amigos, no parientes.
La publicaci¨®n recoge adem¨¢s que la arquitectura de nuestras redes sociales es fruto de un proceso de selecci¨®n donde el beneficio es la eficiencia del intercambio cultural. En este aspecto, G¨®mez Garde?es destaca que ¡°el individuo elimina aquellas estrategias de sociabilidad que no favorecen el bien com¨²n y potencia aquellas que resultan exitosas para el conjunto de los individuos¡±. El hecho de por qu¨¦ se han perpetuado unas y no otras a lo largo del tiempo, se encuentra en que podamos hacer perdurar la cultura. En que una nueva invenci¨®n no se mantenga como un episodio aislado sino que facilite que la sociedad evolucione. ¡°La premisa de que necesitamos una red social para transmitir la cultura es uno de los principales conductores y selectores de las sociedades que perviven hoy en d¨ªa¡±, resalta G¨®mez Garde?es.
Marina D¨ªaz Mars¨¢, presidenta de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa de Madrid y directora de SOMMOS Desarrollo Personal, subraya que la amistad tiene un papel importante en la vida del ser humano y sobre todo en los primeros a?os de su desarrollo ya que a trav¨¦s de ella los ni?os aprenden a compartir, elevan la autoestima, construyen el valor del compa?erismo, adem¨¢s de ser esencial para desarrollar la empat¨ªa, solucionar conflictos y construir una personalidad extrovertida. D¨ªaz Mars¨¢ apunta que ¡°el ser humano es por naturaleza un animal social, de ah¨ª que la amistad desempe?e un papel fundamental desde las etapas tempranas de la vida. De hecho, est¨¢ bien documentado en la bibliograf¨ªa cient¨ªfica que la amistad y contar con una amplia red social son claves para la felicidad. Sin embargo, aunque los m¨¢s peque?os disfruten de su tiempo con otros ni?os y ni?as, los menores no crean amistades, tal y como las entendemos posteriormente, hasta cerca de los cinco a?os. Entre los seis y los 10 a?os es cuando el menor ya no ve solo a sus iguales como compa?eros de juego sino que empieza a crear un v¨ªnculo emocional con ellos, aunque su concepto de la amistad no es el mismo que se alcanza en la adolescencia¡±.
G¨®mez Garde?es comenta que ¡°los ni?os establecen v¨ªnculos de amistad asociados b¨¢sicamente al juego. A trav¨¦s de ¨¦l, imitan las relaciones sociales que desarrollan los adultos. Reproducen la red social que observan en su entorno. A trav¨¦s de estos juegos, rituales o entretenimientos crean una proto red social que mediante la imitaci¨®n y el juego har¨¢ que los peque?os maduren¡±. Una opini¨®n que coincide con la de D¨ªaz Mars¨¢ que expone que, sobre todo, coincidiendo con el paso del ser humano de la infancia a la adolescencia, ¡°la pertenencia a un grupo de pares le sirve para ensayar su rol de adulto y para identificarse, porque necesita ser igual a los otros para poder diferenciarse. La amistad proporciona en esta etapa de la vida oportunidades para desarrollar habilidades y resolver conflictos, adem¨¢s de diversi¨®n y entretenimiento. Los adolescentes sin amigos tienen baja autoestima, m¨¢s fracaso escolar e incluso m¨¢s riesgo de sufrir trastornos de salud mental¡±.
Ante la posibilidad de que nuestros hijos no sean capaces de establecer lazos de amistad con otros iguales, D¨ªaz Mars¨¢ indica que ¡°es importante que los padres no ¡®etiqueten¡¯ a los hijos de t¨ªmidos cuando les cuesta iniciarse en un grupo de amigos. Este tipo de cr¨ªtica o la alusi¨®n constante a la falta de integraci¨®n a un grupo pueden bajar su autoestima. Los padres pueden ayudar a sus hijos a tener amigos, dando ¡®ejemplo¡¯ del valor de la amistad¡±. Para favorecer la creaci¨®n de lazos de amistad en edades tempranas, es esencial, seg¨²n opinan los expertos, ayudarles a desarrollar la empat¨ªa as¨ª como ense?arles a dar y recibir.
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