Natalia Lafourcade, sabor a M¨¦xico

Resulta curioso c¨®mo de algunas peque?as semillas pueden brotar los mayores prodigios. Una chispa que estalla en fuego, la gota que desborda el lago. Bien podr¨ªa considerarse a Natalia Lafourcade una de esas fuerzas de la naturaleza: mujer menuda con una personalidad apabullante, voz queda capaz de proyectarse sobre miles de o¨ªdos. A medio camino entre el ocio y el trabajo, la mexicana pas¨® recientemente por Espa?a, donde aprovech¨® para visitar ciudades como Toledo ¡ª¡°?preciosa!¡±¡ª y para promocionar su ¨²ltimo disco, Musas. Como en la cocina, donde me ense?a a preparar un aut¨¦ntico guacamole mexicano con totopos, en sus nuevas canciones ha querido plantear un homenaje a su pa¨ªs: a su folclore tradicional y al de Latinoam¨¦rica en su conjunto.

Carlos Rosillo

¡°Me encontraba haciendo viajes de tour y llegaba muy cansada al cuarto del hotel, as¨ª que me pon¨ªa los discos de Chavela, de Atahualpa¡­ O me pon¨ªa a escuchar a Caetano solo con su guitarra o Sim¨®n D¨ªaz con su cuatro¡­¡±, explica la cantante y compositora (Coatepec, 1984) sobre el germen de sus nuevas canciones, tocadas con algunos instrumentos t¨ªpicos de la regi¨®n como ¡°una guitarra de nailon, una jarana, un charango, un cuatro, una marimba, un bombo leg¨¹ero¡­¡±. ¡°Esta m¨²sica me tra¨ªa mucha paz, mucha tranquilidad, entonces eso me inyect¨® la inquietud y las ganar de hacer un proyecto musical que pudiera regalarle tambi¨¦n mucha tranquilidad a la gente que lo escuchara¡±.

Natural de Coatepec, en el Estado de Veracruz, Lafourcade, que tantas veces anda fuera de casa, casi siempre con la m¨²sica a cuestas, recuerda con especial cari?o un rinc¨®n de su pueblo. ¡°All¨ª hay una panader¨ªa de m¨¢s de 140 a?os de vida que se llama el Resobado. Es una cooperativa, la mantienen como era desde el principio, y el pan es fant¨¢stico. Me gusta mucho ir all¨ª, la abren las 24 horas del d¨ªa. Voy sobre las doce de la noche, que es la hora en la que est¨¢n los panaderos haciendo el pan del siguiente d¨ªa. Y hay un olor delicioso: est¨¢n las chimeneas, el humo¡­ Es una cosa muy visual, bella para ver y saborear¡±.

Carlos Rosillo

Cuando, como ahora, se encuentra de viaje por alg¨²n rinc¨®n del mundo, la cantante ¡ªque acumula ocho Grammy Latinos¡ª prefiere disfrutar de la comida de los lugares a los que va. Cuando regresa a su hogar, entonces cambian las tornas. ¡°Para m¨ª la comida es como un ritual, una celebraci¨®n de la vida. Amo comer bien, y en M¨¦xico tenemos muchas cosas deliciosas, as¨ª que soy muy afortunada¡±, reconoce, para pasar a enumerar algunas de sus recetas favoritas: ¡°Los esquites, las quesadillas de tortilla de ma¨ªz, de guisados como la flor de calabaza, nopales, chicharr¨®n con queso, papa con chorizo¡­¡±.

Mientras machaca el guacamole (¡°?hac¨ªa tanto que no preparaba uno!¡±), despliega una serenidad y un buen humor pasmosos tras una intensa jornada de entrevistas. Su conversaci¨®n va saltando intermitentemente de una a otra pasi¨®n, de la comida a la m¨²sica. ¡°Hay instrumentos que tienen esp¨ªritu, que tienen duende¡±, asegura. ¡°Es como cuando vas a una tienda de pianos, te sientas en uno, empiezas a tocar y no sientes nada. Y de repente, cambias a otro piano y ese es como que te dictara cinco canciones en diez minutos¡±, ilustra. Ella, que domina una buena cantidad de instrumentos (toca desde las maracas al saxof¨®n), recuerda uno especialmente: ¡°Una guitarra italiana que encontr¨¦ en un mercado de antig¨¹edades y me regal¨® un novio que ten¨ªa. Era viej¨ªsima, como del cincuenta y algo. La sigo teniendo, aunque est¨¢ rota ya. Pero la toqu¨¦ mucho, e incluso grab¨¦ con ella varios discos¡±.

Guacamole Lafourcade