SOS mujeres
No habr¨¢ ni equidad ni igualdad de oportunidades de g¨¦nero sin el apoyo de toda la sociedad
Qu¨¦ podemos hacer para ayudar a la chica violada por La Manada? ?Lo est¨¢ pasando fataaal!¡±. La angustiosa llamada es de la presidenta de IWF (International Women Forum). En paralelo, Fedepe, la Federaci¨®n de mujeres Ejecutivas y Directivas, nos propone un ¡°apag¨®n femenino en redes de una hora¡±, con la supresi¨®n de nuestras fotos, en protesta por el maltrato contra las mujeres. Las dos llamadas son de socorro y se produc¨ªan hace unos d¨ªas, en v¨ªsperas de este 25 de noviembre que hoy conmemoramos contra la violencia machista. Pretendidos aldabonazos desde las dos grandes asociaciones feministas de Espa?a que volv¨ªan a evidenciar que nada podemos hacer las mujeres solas, sin el respaldo de toda la sociedad para arrinconar a los depredadores sexuales y promover la educaci¨®n de ni?os y ni?as en equidad.
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S¨ª, es cierto que a este 25-N llegamos animadas por la mecha que casi un centenar de mujeres ha prendido al acusar de abusos sexuales al legendario productor hollywoodiense Harvey Weinstein. Y que la llamarada se ha extendido por otros pa¨ªses para acabar con los lastimosos silencios de millones de acosos. Decisiones valientes de mujeres que est¨¢n reclamando un SOS, que debemos apoyar con energ¨ªa, rechazando preguntas machistas como estas: ?Por qu¨¦ no lo hizo antes?, si ella es mayor; o ?querr¨¢ hacer carrera con la denuncia?, si es joven. Y no. Simplemente, querr¨¢ hacer justicia, a sabiendas de que muy probablemente tendr¨¢ que defenderse de otras infamias y acusaciones.
El recelo hacia una mujer que denuncia es tan pernicioso que, si no lo desterramos, acaba poniendo bajo sospecha a una v¨ªctima de violaci¨®n: si vas de fiesta, no haber arriesgado en los sanfermines, ah¨ª ya sabemos lo que te puede pasar, una violaci¨®n m¨²ltiple, a tus 18 a?os, tirada en un portal, entre risotadas y grabaciones, bajo las garras de una manada que te va a acusar de haber disfrutado con su juerga. La escalada de justificaci¨®n es tan peligrosa que retroceder¨ªamos a justificar los asesinatos machistas, por rebelarse la mujer al marido.
Sufrir una violaci¨®n marca toda la vida de una mujer. Pero tener que defenderse de ello es doblemente punitivo
Para esta lucha de visibilizar no solo las muertes, sino tambi¨¦n los abusos hasta ahora silentes, se necesita construir un nuevo futuro desde la educaci¨®n, y la implicaci¨®n de los hombres desde ahora mismo. No habr¨¢ ni equidad ni igualdad de oportunidades de g¨¦nero sin la participaci¨®n de toda la sociedad. A ti pol¨ªtico me dirijo, a ti juez, fiscal, maestro, empresario, polic¨ªa, portero de discoteca, taxista, m¨¦dico, psic¨®logo, periodista¡ a todos os pregunto: ?es tolerable que a una v¨ªctima de violaci¨®n se le ponga un detective para observar su comportamiento posterior, como hicieron los cinco de La Manada y en Hollywood el depredador Weinstein, para evitar que las v¨ªctimas le delataran? La inequ¨ªvoca respuesta es: no.
Sufrir una violaci¨®n marca toda la vida de una mujer. Pero tener que defenderse de ello es doblemente punitivo. ?El detective se mete en la cama de la v¨ªctima cada noche para ver cu¨¢nto llora en soledad? ?Se apuesta en su ventana para observar las pesadillas que le sobresaltan? ?Sabe si podr¨¢ concebir un hijo sin sentir asco por el resto de su vida? Sin llegar al extremo, padecer abusos genera frustraci¨®n, dudas psicol¨®gicas y sensaci¨®n de profunda injusticia. Si quien acosa es el jefe, ?a qu¨¦ ventanilla hay que reclamar?
Se?ores, cr¨¦anme: su madre, su esposa, su hija, su hermana, su jefa, su subordinada, esta que escribe, mi hija, mis amigas, absolutamente todas (y no cuento aqu¨ª quienes han sido violadas), todas, insisto, cuando menos hemos padecido insinuaciones impertinentes, chistes soeces en ambiente laboral, contratos que nos han volado por no atender a una cena, y alguna conversaci¨®n, a veces por parte de aquel a quien solicitas trabajo, con el tipo sentado frente a ti mostrando ostentosamente su entrepierna. ?Si hasta Putin se lo hac¨ªa a Hillary, seg¨²n ella misma ha escrito! ?Si hasta Trump le resoll¨® tras su nuca en la noche del decisivo debate electoral!, lo que a ella le provoc¨® asco (sic), e inseguridad probablemente, sospecho yo. Las conductas machistas siempre van encaminadas a reforzar los estereotipos: al hombre como cazador, un l¨ªder; a la mujer como recolectora, sensible y paciente. Los recalcitrantes machistas se mirar¨¢n los genitales para explicarlo. Agotador, cr¨¦anme. Y pregunto: ?estas situaciones, se denuncian o se aguantan? Hasta ahora las mujeres hemos aguantado. Pero el estallido del ¡°stop al silencio¡± ya es global. Mujeres: ¡°Me too¡±, todas, alcemos la voz. Del brazo de los hombres comprometidos con la equidad y nuestra valent¨ªa.
Gloria Lomana es periodista y analista pol¨ªtica. Acaba de publicar Juegos de poder.
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