Hacer dinero y hacer el bien no son incompatibles
Naciones Unidas busca involucrar a empresas y grandes fortunas en fondos de inversi¨®n que hagan cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. China es la clave
El mundo en 2030 ser¨¢ muy diferente del actual. La poblaci¨®n mundial puede dispararse hasta los 12.000 millones de personas, vivir m¨¢s de cien a?os ser¨¢ algo habitual, y, sin embargo, es muy posible que no existan las pensiones tal y como las conocemos ahora y que los seres humanos sean sustituidos por robots y sistemas de inteligencia artificial en multitud de puestos de trabajo. Todo eso, l¨®gicamente, si para entonces todav¨ªa no se han agotado los recursos del planeta.
Puede parecer el argumento de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n con tintes catastrofistas, pero es uno de los escenarios que ve posible David Galipeau, responsable del Fondo de Impacto Social de Naciones Unidas (UNSIF). ¡°La primera persona que va a vivir 150 a?os ya ha nacido, pero es muy posible que mi generaci¨®n sea la ¨²ltima que pueda jubilarse con una pensi¨®n digna¡±, comenta en una entrevista exclusiva con PLANETA FUTURO. ¡°La Humanidad se va a enfrentar a retos enormes: desde el cambio clim¨¢tico, hasta la automatizaci¨®n. Y es posible que para 2030 la inteligencia artificial supere al ser humano en muchos aspectos¡±.
Julia Balandina, asesora financiera y autora del libro Guide to Impact Investing, a?ade que para esa fecha el ser humano consumir¨¢ un 30% m¨¢s de agua, un 40% m¨¢s de energ¨ªa, y un 50% m¨¢s de comida que ahora. Para que esas necesidades se cubran sin destrozar el planeta en un escenario tan complejo, recalca Galipeau, la ONU dise?¨® los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 17 grandes retos a los que se debe dar respuesta para 2030. El problema, se?alan ambos, es que no hay suficiente dinero para financiar su consecuci¨®n.
Balandina estima que son necesarios 3.900 millones de d¨®lares al a?o para que los ODS no se conviertan en una utop¨ªa y terminen siendo una realidad. ¡°Naciones Unidas no tiene ese dinero, y mucho menos los gobiernos que han visto caer sus ingresos por la crisis. La soluci¨®n est¨¢ en atraer capital privado¡±, afirm¨® durante el Foro Global de Inversi¨®n de Impacto, organizado en Shangh¨¢i por UNSIF y la China-Europe International Business School (CEIBS).
La dificultad est¨¢ en lograr que esos inversores privados vean m¨¢s all¨¢ de la caridad, porque las donaciones solo cubren una min¨²scula parte de las necesidades. ¡°No tenemos nada en contra del beneficio. De hecho, lo que proponemos en UNSIF es la creaci¨®n de fondos de lo que se conoce como inversi¨®n de impacto. Son inversiones al uso, pero que no solo miran los beneficios econ¨®micos, sino que se hacen en empresas que generan un impacto positivo en el entorno, alineado con los ODS¡±, explica Galipeau. Se podr¨ªan consideran ant¨®nimo de los fondos buitre.
El objetivo es lograr un modelo de inversi¨®n que sea atractivo por el inter¨¦s que ofrece, pero tambi¨¦n por el desarrollo que promueve
El objetivo es lograr un modelo de inversi¨®n que sea atractivo por el inter¨¦s que ofrece, pero tambi¨¦n por el desarrollo que promueve. ¡°Lo complicado es cuantificar ese impacto con un ¨ªndice que sea universal y que sirva tanto para calificar una inversi¨®n energ¨¦tica en China como una inversi¨®n agr¨ªcola en India¡±, reconoce el economista. Su equipo, junto con el de nueve instituciones educativas de prestigio de todo el mundo, trabaja para dar con una soluci¨®n en forma de ¨ªndice de impacto. ¡°Es algo muy complejo que tendr¨¢ que tener en cuenta c¨®mo los propios ODS van a cambiar de aqu¨ª a 2030. Porque ahora la erradicaci¨®n de la pobreza y la igualdad de g¨¦nero, por ejemplo, son los que m¨¢s inter¨¦s y recursos atraen, pero en un futuro no muy lejano la vida marina o el consumo responsable pueden resultar incluso m¨¢s importantes¡±, explica Galipeau.
Y en este nuevo mundo hay un pa¨ªs que destaca sobre el resto: China. ¡°Las empresas chinas son cada vez m¨¢s poderosas y por eso tienen que transformarse para tener un impacto positivo en la sociedad y en el entorno¡±, coment¨® el presidente de CEIBS, Li Mingjun. Desafortunadamente, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) todav¨ªa le es ajena a la mayor¨ªa de las compa?¨ªas chinas. Por eso, el profesor de CEIBS Oliver Rui ha creado un ¨ªndice de RSC que clasifica a las 50 que mejor lo est¨¢n haciendo.
¡°No publicamos los nombres de las peores porque nuestro objetivo no es castigar, sino incentivar a hacer mejor las cosas¡±, explica Rui. ¡°En China es muy importante no perder la cara, as¨ª que la humillaci¨®n no es una estrategia que vaya a funcionar. Sin embargo, acceder al selecto grupo de quienes m¨¢s en serio se toman la RSC ¡ªy que en la primera edici¨®n del informe lideran las tecnol¨®gicas ZTE y TCL¡ª puede suponer un aliciente para mejorar lo que la empresa hace de cara a los ODS¡±.
El ¨ªndice que Rui ha presentado en el foro utiliza medio centenar de indicadores que los investigadores obtienen de multitud de documentos p¨²blicos y obtiene un resultado gracias a complejos algoritmos. De momento se centra exclusivamente en las empresas que cotizan en bolsa, pero los datos ya dejan en evidencia algunos puntos negros del sector empresarial chino. ¡°Por ejemplo, solo un 60% de las empresas chinas tienen alguna mujer en su equipo directivo. Eso provoca que, si hacemos la media con todas, no haya ni siquiera una mujer en los consejos directivos¡±, lamenta Rui. El sector manufacturero, apretado por m¨¢rgenes min¨²sculos, es el que peor trata tanto a sus empleados como al medio ambiente.
En el extremo opuesto, las empresas que m¨¢s cuidan su impacto son las financieras, las que se encuentran en la franja costera oriental del pa¨ªs, y las que son de titularidad p¨²blica. ¡°La RSC va en el ADN de las empresas occidentales, pero no ha calado todav¨ªa en las chinas. Tenemos que buscar un nuevo modelo econ¨®mico que no est¨¦ re?ido con la rentabilidad pero que prime el impacto positivo. Y creo que China est¨¢ haciendo lo que debe, porque el presidente Xi Jinping considera que esto es una prioridad nacional¡±, a?ade Rui.
¡°Actualmente, calculamos que solo un 3% de los inversores a nivel mundial se preocupa por el impacto que tiene su dinero. Lo que tenemos que conseguir es llegar a ese 97% restante, para que su capital se canalice hacia proyectos que no solo les reportar¨¢n beneficios, sino que, adem¨¢s, ayudar¨¢n al desarrollo sostenible del planeta¡±, apostilla Galipeau, que ya ha dise?ado varios de estos fondos en los que UNSIF garantiza ese impacto positivo.
Solo un 3% de los inversores a nivel mundial se preocupa por el impacto que tiene su dinero
¡°No debemos pensar que los ODS se han de cumplir ¨²nicamente mediante el altruismo. Tambi¨¦n se puede hacer negocio con su consecuci¨®n¡±, concuerda Balandina. ¡°Por eso, otro gran objetivo son las grandes fortunas, que pueden ser clave para financiar los ODS. Solo en China hay ya 1,9 millones de multimillonarios que manejan una fortuna combinada de 25 billones de euros. Si logramos canalizar a buenas causas las inversiones que se hacen con ese dinero, alcanzar nuestros objetivos estar¨¢ un poco m¨¢s cerca¡±, sentencia.
Finalmente, los Gobiernos tambi¨¦n pueden propiciar la creaci¨®n de empresas sociales. ¡°No es que falten, es que no se les reconoce la labor que hacen y se les dificulta hacer negocio porque deben competir con las que no se rigen por c¨®digos ¨¦ticos¡±, opina Galipeau. ¡°Por eso son importantes iniciativas como la de Tailandia, que va a votar un r¨¦gimen especial para las empresas sociales. Si prospera, pagar¨¢n menos impuestos, ya sean corporativos, de la renta, o de IVA¡±, avanza. ¡°Es necesario incentivar y recompensar a quien hace algo por la sociedad¡±.
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