?C¨®mo se dice parto en quechua?
Reflejar el respeto y el conocimiento hacia las culturas ind¨ªgenas de Am¨¦rica Latina y Caribe permitir¨¢ acercar a estas futuras madres a los servicios de salud
Se han hecho enormes progresos en la atenci¨®n sanitaria de la maternidad, pero no se han visto reflejados en igual medida en las comunidades ind¨ªgenas de Am¨¦rica Latina y el Caribe. La extensi¨®n de modelos de salud interculturales es la clave para eliminar vulnerabilidades. Parto, en quechua, se dice ¡°wachay¡±.
Que la salud ha mejorado en Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¢ claro. El desarrollo de los sistemas nacionales de salud y de la cobertura universal as¨ª lo han permitido. La mortalidad materna se ha reducido, por ejemplo, un 40% en los ¨²ltimos 25 a?os. El 93% de los partos que tuvieron lugar en Latinoam¨¦rica en 2015 fueron atendidos por personal sanitario cualificado, lo que es considerado como otro de los indicativos claros de una mejor salud maternal y neonatal. Sin embargo, siguen existiendo disparidades en el acceso a la misma as¨ª como poblaciones que no participan del optimismo de las estad¨ªsticas.
Las mujeres ind¨ªgenas se encuentran entre esos grupos vulnerables. Datos recientes muestran que son m¨¢s propensas a fallecer debido a complicaciones durante el embarazo o el parto. En Per¨², por ejemplo, entre 2009 y 2013 los ¨ªndices de mortalidad materna descendieron un 64%. Sin embargo, en Puno, una localidad habitada principalmente por ind¨ªgena aimara y quechua, este ¨ªndice aument¨® un 45% en el a?o 2011. Datos similares presentan Guatemala y Nicaragua en donde solamente el 30% y el 57%, respectivamente, de las mujeres ind¨ªgenas recibieron atenci¨®n cualificada en comparaci¨®n con el 70% y el 81% de las mujeres no ind¨ªgenas.
Tras el acusado descenso de la mortalidad gestacional se encuentran los esfuerzos de los sistemas de salud de la Am¨¦rica latina y caribe?a por proveer control prenatal durante la gestaci¨®n, atenci¨®n cualificada en el parto, cuidado y apoyo a las madres en las semanas posteriores al alumbramiento a la vez que distribuci¨®n de anticonceptivos para que las mujeres puedan espaciar sus embarazos y decidir el tama?o de sus familias.
Pero siguen existiendo multitud de barreras al acceso de la atenci¨®n materno-infantil: la distancia a la que se encuentran los centros de salud, los costes de los mismos, la percepci¨®n de una calidad de servicios deficiente, el miedo a pr¨¢cticas m¨¦dicas poco conocidas o las diferencias ling¨¹¨ªsticas y culturales son ejemplos recurrentes. Y para las mujeres ind¨ªgenas, que tienden a vivir en ¨¢reas remotas y tienen recursos financieros limitados el problema se agrava.
Despu¨¦s de haber dado a luz en centros de salud, muchas mujeres ind¨ªgenas han declarado preferir el ¡°parto en casa¡± ya que all¨ª cuentan con el apoyo psicosocial de la familia y la comunidad. En algunas comunidades ind¨ªgenas es habitual que el marido est¨¦ presente en el alumbramiento y su exclusi¨®n de la sala de partos produce ansiedad en las mujeres. Las barreras del lenguaje o la falta de conocimientos sobre su forma de tratar el nacimiento y la maternidad influyen asimismo en el distanciamiento de las ind¨ªgenas de los centros de salud. El ¡°parto vertical¡±, en el que las mujeres no se acuestan en la mesa de partos, es preferido por las parturientas de muchas comunidades. Este m¨¦todo permite que la cabeza del beb¨¦ salga m¨¢s f¨¢cilmente que en la posici¨®n tendida y es considerado m¨¢s saludable para la madre y para su hijo al estar asociado con menos dolores, menos episiotom¨ªas, menos ces¨¢reas y menor sufrimiento fetal. Sin embargo, no es normalmente el procedimiento que se practica en los partos institucionalizados.
Existen varias estrategias para mejorar la calidad de la atenci¨®n materno-infantil de las mujeres ind¨ªgenas en Am¨¦rica Latina y el Caribe y eliminar esos obst¨¢culos. Estas iniciativas incluyen modelos de salud interculturales que combinan las adecuadas pr¨¢cticas m¨¦dicas en la atenci¨®n prenatal y en el parto con adaptaciones culturales de lenguaje, de procedimientos y de creencias. En la cordillera andina peruana, varios centros de salud ofrecen a la mujer atenci¨®n en espa?ol o en quechua y que las parturientas puedan elegir su postura para dar a luz. Asimismo, se les permite tener a un ser querido a su lado para recibir apoyo durante el trabajo de parto y se les da ¡°mate¡±, una infusi¨®n de hierbas, tras el alumbramiento, respetando as¨ª una tradici¨®n muy extendida.
La respuesta pol¨ªtica a las demandas sociales de la comunidad ha permitido adaptaciones culturales a los procedimientos del parto. En pa¨ªses como Guatemala se est¨¢ integrando a las parteras en los sistemas de salud para proveer promoci¨®n y educaci¨®n en salud en la comunidad, respetando su posici¨®n ¡°sagrada¡± en el colectivo ind¨ªgena. En Panam¨¢, las iniciativas han ido m¨¢s all¨¢ del momento del nacimiento propiamente dicho e incluyen la dotaci¨®n de personal comunitario de salud que ha sido expresamente formado para el cuidado pre y posnatal, la planificaci¨®n familiar, la detecci¨®n de signos de embarazos de alto riesgo, la informaci¨®n derechos reproductivos y la promoci¨®n de la importancia de una atenci¨®n del parto cualificada.
Es fundamental extraer conclusiones de los programas de salud materna que est¨¢n siendo operativos en los pa¨ªses con comunidades ind¨ªgenas importantes para seguir dise?ando modelos de salud interculturales. De la consulta previa de estos grupos ¨¦tnicos y de la inclusi¨®n de sus necesidades y deseos depender¨¢ su efectividad. Reflejar el respeto y el conocimiento de sus culturas permitir¨¢ acercar en mayor medida a estas mujeres a los servicios de salud lo que es un paso m¨¢s, aunque no el ¨²nico, para seguir combatiendo la mortalidad entre las madres ind¨ªgenas.
*Elizabeth Bastias Bulter, Consultora en la Divisi¨®n de Protecci¨®n Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.
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