Cuatro maneras de derrotar al sida
Solo la mitad de las personas infectadas con el VIH reciben tratamiento. Hacer llegar medicamentos a todos es una de las claves
En la batalla contra el VIH-sida, algunas historias iluminan m¨¢s que otras el largo camino por delante hacia la erradicaci¨®n global. En 2009, escuch¨¦ una de ellas en Tanzania. Visitaba una aldea remota cuando le habl¨¦ a una mujer que sab¨ªa que era seropositiva. Me dijo que las pautas sanitarias oficiales en esos momentos establec¨ªan que no pod¨ªa recibir tratamiento hasta que sus linfocitos T CD4, una variedad usada por el sistema inmune, hubieran bajado de un cierto umbral.
En la cl¨ªnica, tras caminar varios kil¨®metros para hacerse la anal¨ªtica, se encontr¨® con que la m¨¢quina no funcionaba. Tampoco estaba operativa cuando viaj¨® por segunda vez. Solo meses despu¨¦s, despu¨¦s de su tercer viaje a pie para llegar al centro, recibi¨® el recuento de linfocitos: sus niveles estaban muy por debajo del umbral necesario. Su tratamiento deb¨ªa haberse iniciado hac¨ªa meses.
Desde que se identific¨® al VIH-sida en 1984, la enfermedad ha matado a 35 millones de personas. Si bien la cantidad de muertes ha ca¨ªdo a cerca de la mitad con respecto a su pico de 2005, demasiadas personas siguen muriendo por esta dolencia prevenible. Solo en 2016, un mill¨®n de personas fallecieron de causas relacionadas con el VIH, mientras que 1,8 millones se contagiaron. Contrariamente al mito popular, no hemos doblado la esquina del sida, sino que hay un largo trecho por delante.
Seg¨²n Onusida, apenas un 54% de los adultos que viven con VIH y un 43% de los ni?os en esa condici¨®n reciben las terapias antirretrovirales que salvan vidas y previenen nuevas infecciones. Con tantos pacientes sin tratamiento, el virus seguir¨¢ propag¨¢ndose.
Como directora ejecutiva de una compa?¨ªa farmac¨¦utica global, me enorgullezco del trabajo que hemos hecho para luchar contra el VIH-sida en todo el mundo. Hoy m¨¢s de ocho millones de personas (m¨¢s de la mitad de los pacientes que reciben tratamientos para el VIH en los pa¨ªses en desarrollo) dependen de los tratamientos antirretrovirales que fabricamos.
Pero para quienes estamos a la vanguardia de esta batalla, el trabajo est¨¢ lejos de haber terminado. La industria farmac¨¦utica tiene una responsabilidad de ampliar el acceso a las pruebas y el tratamiento, y de ayudar a detener la propagaci¨®n del VIH de una vez por todas. Para lograr esta meta, habr¨¢ que cumplir cuatro compromisos clave.
En 2016, un mill¨®n de personas fallecieron de causas relacionadas con el VIH, mientras que 1,8 millones se contagiaron
Para comenzar, las compa?¨ªas farmac¨¦uticas deber¨ªan esforzarse m¨¢s por aumentar la disponibilidad de medicamentos gen¨¦ricos de bajo coste. Mi compa?¨ªa, Mylan, introdujo la primera p¨ªldora gen¨¦rica de un solo uso diario para los pa¨ªses en desarrollo en 2009, y hemos ido reduciendo constantemente su precio para hacer que m¨¢s gente pueda acceder a ella. Solo con este tratamiento, Mylan y otros fabricantes de gen¨¦ricos permiten ahorrar al gobierno estadounidense, los donantes internacionales y los programas nacionales de salud m¨¢s de 4.500 millones de d¨®lares (unos 3.789 millones de euros) por a?o.
Aun as¨ª, las opciones de tratamiento se pueden ampliar m¨¢s. En septiembre, Mylan anunci¨® una colaboraci¨®n con Onusida, la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud y otros socios para proporcionar el r¨¦gimen de pr¨®xima generaci¨®n de tratamiento del VIH de una sola pastilla a pacientes en m¨¢s de 90 pa¨ªses de ingresos bajos y medios a un coste inferior a 75 d¨®lares por a?o. Son medicamentos que se usan ampliamente en pa¨ªses de altos ingresos porque producen menos efectos secundarios. Es necesario repetir iniciativas de accesibilidad como esta.
A continuaci¨®n, los fabricantes de medicamentos deben seguir invirtiendo en capacidad y fiabilidad de la cadena de suministro. Desde 2005, la cantidad de personas que reciben terapias antirretrovirales en todo el mundo se ha multiplicado por 10, a 21 millones. Pero en la actualidad cerca del doble de esa cifra est¨¢n infectados de VIH. A lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, Mylan ha invertido m¨¢s de 250 millones de d¨®lares en ampliar su capacidad de producci¨®n, y hoy producimos anualmente 4.000 millones de tabletas y c¨¢psulas. Pero se necesitan mayores inversiones si hemos de proporcionar acceso al resto de los 21 millones de personas que a¨²n no reciben tratamiento.
Un tercer compromiso que se necesita con urgencia es aumentar el apoyo a la investigaci¨®n que acelere el desarrollo de innovaciones a una entrega de tratamientos eficaz y eficiente. Por ejemplo, Mylan proporciona medicamentos de estudio para ensayos cl¨ªnicos, como el ensayo MaxART en Suazilandia, que demostr¨® que proporcionar tratamiento a todas las personas seropositivas es la mejor manera de ralentizar el avance de la enfermedad. Asimismo, apoyamos el ensayo Encore1 del Instituto Kirby para desarrollar una versi¨®n de dosis reducidas del r¨¦gimen de tratamiento para el VIH de uso m¨¢s com¨²n. Y estamos cooperando con la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional como parte de un programa llamado Optimize, que apunta a acelerar el acceso a nuevas terapias.
La industria farmac¨¦utica tiene una responsabilidad de ampliar el acceso a las pruebas y el tratamiento, y de ayudar a detener la propagaci¨®n del VIH
No apoyamos ensayos como estos porque esperemos ganar alg¨²n derecho de propiedad intelectual comercializable, sino porque son la manera correcta de impulsar la ciencia y mejorar los tratamientos.
Por ¨²ltimo, para que haya logros reales en la lucha contra el VIH/sida ser¨¢ necesario que los fabricantes de medicamentos tengan en cuenta las limitaciones de los sistemas de atenci¨®n de salud y las redes de distribuci¨®n en los pa¨ªses en desarrollo a los que prestan servicio.
Un buen ejemplo de estos retos son las terapias antirretrovirales para ni?os. A menudo, los medicamentos para j¨®venes producidas en Occidente son l¨ªquidos que precisan refrigeraci¨®n, pero los pa¨ªses en desarrollo suelen tener limitadas capacidades de almacenamiento en fr¨ªo o no contar con la posibilidad de transportar l¨ªquidos en grandes vol¨²menes. Por eso Mylan ha desarrollado tabletas solubles, con sabor y estables al calor que se pueden a?adir f¨¢cilmente a las comidas. Nuestros cient¨ªficos trabajan ahora en la f¨®rmula de pr¨®xima generaci¨®n, que vendr¨¢ en el equivalente a un envase de az¨²car e incluso los reci¨¦n nacidos podr¨¢n tomar. Se necesitar¨¢n m¨¢s innovaciones como esta para solucionar los problemas espec¨ªficos de pa¨ªses que enfrentan los pacientes.
La comunidad sanitaria global ha hecho notables esfuerzos por revertir la marea del VIH-sida, introduciendo nuevos productos y promoviendo un tratamiento m¨¢s temprano. Pero cuando recuerdo a la mujer que conoc¨ª en Tanzania, s¨¦ cu¨¢nto trabajo tenemos por delante. Los fabricantes de medicinas gen¨¦ricas tenemos un papel importante en la lucha y no claudicaremos hasta que cada paciente del mundo que lo necesite pueda acceder a un tratamiento.
Heather Bresch es directora Ejecutiva de Mylan, compa?¨ªa farmac¨¦utica global especializada en medicamentos de marca y gen¨¦ricos con receta m¨¦dica y productos de venta directa.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
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