Si los deberes escolares no te gustan, ahora puedes hacer algo para cambiarlos

Mucha gente me conoce ya como la mam¨¢ de los deberes. Dicho as¨ª, podr¨ªa pensarse que soy una ferviente defensora de las tareas escolares, aunque tambi¨¦n podr¨ªa ser todo lo contrario. Los que ya conocen mi trayectoria, mi campa?a y mi libro C¨®mo sobrevivir a los deberes de tu hijo no tienen dudas. Pero no siempre fui as¨ª. Durante mucho tiempo no me cuestion¨¦ la utilidad de los deberes, no quer¨ªa desautorizar a los maestros. Hab¨ªa que hacerlos y punto.

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Y no estaba equivocada. En la Comunidad de Madrid, que es donde vivo, el Decreto 15/2007, de 19 de abril, por el que se establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid, en su art¨ªculo 3, titulado ¡°las Normas de Conducta¡±, en el punto 4, que habla sobre ¡°las obligaciones de los alumnos¡±, en la letra f dice: ¡°La realizaci¨®n de los trabajos que los Profesores manden realizar fuera de las horas de clase¡±. Es de suponer que en el resto de Comunidades Aut¨®nomas haya leyes similares.

Qu¨¦ cosas, una ley sobre normas de convivencia en centros docentes, habla de normas de conducta m¨¢s all¨¢ del tiempo lectivo, permitiendo que los trabajos que los profesores mandan realizar fuera de las horas de clase puedan llegar a hacer imposible la convivencia de las familias en su propio hogar. Es una aut¨¦ntica paradoja. Establece obligaciones de los alumnos, sin distinguir edad o etapa educativa, en tiempo no lectivo. Como si un ni?o pudiera adquirir tal obligaci¨®n por s¨ª solo, sin una familia detr¨¢s que lo respalde. Y como si todas las familias, independientemente de su condici¨®n social, pudieran dar a sus hijos el apoyo que necesitan para realizar los trabajos que les mandan.

El Decreto en cuesti¨®n no puntualiza m¨¢s. Ante esto no hay excusa que valga, lo dice la ley: es obligatorio hacer los deberes que pidan los Profesores, en plural y con may¨²sculas. ?Y si los Profesores no se coordinan entre ellos y un estudiante de doce a?os de primero de la ESO tiene seis horas de clase diarias con seis docentes diferentes y todos le mandan deberes cada d¨ªa? Precisamente eso es lo que han planteado recientemente desde la Conselleria d¡¯Educaci¨® de Baleares: la necesidad de coordinarse. Algo que parece totalmente razonable, pero que, por falta de tiempo de los profesores, seg¨²n el sindicato Uni¨® Obrera Balear, no se puede hacer.

Dicen los expertos que el estr¨¦s puntual es necesario para nuestra supervivencia, pero el estr¨¦s continuo deja secuelas.

En marzo se cumplir¨¢n tres a?os desde que lanc¨¦ la campa?a de recogida de firmas en change.org, que todav¨ªa sigue activa. A¨²n no s¨¦ si podremos declarar en alg¨²n momento la victoria y decir que hemos cumplido con nuestro objetivo, porque el objetivo es bastante ambicioso y complicado de medir: que ning¨²n ni?o ni adolescente se sienta permanentemente estresado por la carga de deberes y exigencias escolares. De eso va la petici¨®n, de racionalizar los deberes, y, por tanto, el estr¨¦s. Dicen los expertos que el estr¨¦s puntual es necesario para nuestra supervivencia, pero el estr¨¦s continuo deja secuelas. Lo que debemos evitar es que los deberes se conviertan en un foco de estr¨¦s continuo. Las secuelas de ese estr¨¦s continuo ya las conoce nuestro pa¨ªs: tasas de abandono escolar apabullantes. A muchos de nuestros estudiantes no les interesa aprender.

Varias comunidades aut¨®nomas han llevado a sus Asambleas regionales Proposiciones no de Ley (PNLs) y han comenzado el curso escolar con circulares que inclu¨ªan una serie de recomendaciones sobre los deberes, de lo m¨¢s variado. A pesar de lo lento que es el proceso, la PNL en Madrid se aprob¨® en mayo de 2016, poco a poco la campa?a ha ido dando algunos resultados. Madrid, que suele crear tendencia en temas de educaci¨®n, como sucedi¨® con el biling¨¹ismo, ha publicado su estudio y sus recomendaciones sobre los deberes hace unos d¨ªas.

Se ha criticado la postura adoptada por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n madrile?a por su negativa a legislar acerca de los deberes, algo que s¨ª se ha hecho en otras ocasiones en nuestro pa¨ªs, y que hacen nuestros vecinos europeos. De hecho, no hubo problema hace 10 a?os en legislar en ese sentido, cuando se aprob¨® el Decreto 15/2007, pero s¨ª hay problema ahora en legislar para acotar esos trabajos que los profesores mandan realizar fuera de las horas de clase. Me parece que al menos, los responsables de redactar y aprobar dicho texto podr¨ªan haber establecido cu¨¢les son los l¨ªmites, las condiciones y las excepciones.

Tampoco tiene sentido que los alumnos de Primaria hagan m¨¢s deberes que los de Secundaria.

Lo ha dicho el Consejero de Educaci¨®n: no tiene sentido que todos los alumnos de una clase hagan los mismos deberes, como tampoco tiene sentido que los alumnos de Primaria hagan m¨¢s deberes que los de Secundaria; o uno de primero m¨¢s que uno de cuarto; o un estudiante disl¨¦xico o con TDAH los mismos que uno que no presenta esa dificultad; o que un ni?o con Altas Capacidades est¨¦ aburrido en el aula y tenga que estar tres horas m¨¢s en casa haciendo un mont¨®n de deberes repetitivos.

El documento recoge puntos de vista cr¨ªticos con los deberes, la postura que se presenta es a favor de la innovaci¨®n educativa y cuestiona la utilidad de los m¨¦todos tradicionales de ense?anza. Como documento de partida est¨¢ bien. Tenemos que verlo como un instrumento para que aquellos integrantes de la comunidad educativa, docentes, estudiantes y familias, que quieran trabajar en esta l¨ªnea lo utilicen.

Debemos usar los ¨®rganos de representaci¨®n a nuestra disposici¨®n, el Consejo Escolar y las AMPAS, y poner en marcha el proceso de consenso de las tareas escolares. Ya que la Consejer¨ªa de Educaci¨®n recomienda que se inicie el proceso, no dejemos pasar la oportunidad, no hay que permitir que el peque?o avance que hemos conseguido caiga en saco roto. Ojal¨¢ esto sirva para que estas navidades les den una tregua a los alumnos y los dejen descansar. Pero, sobre todo, para que el resto del curso y los que vienen dejen de ser agobiantes y estresantes.