La NASA estudia una misi¨®n interestelar para 2069
El proyecto de explorar Pr¨®xima Centauri puede llevar casi un siglo
La Voyager-1 es la nave que m¨¢s lejos ha llegado en el espacio. Despeg¨® en 1977 y tard¨® 37 a?os en salir del Sistema Solar. A su vertiginosa velocidad actual ¡ª17 kil¨®metros por segundo¡ª tardar¨¢ otros 70.000 a?os en alcanzar la estrella m¨¢s cercana. Si a los humanos nos cuesta tanto acordar un plan para mitigar el cambio clim¨¢tico de aqu¨ª a 100 a?os, ?c¨®mo pensar en una misi¨®n para alcanzar otro astro y sus planetas en un tiempo razonable?
Es lo que ha hecho Anthony Freeman, del Laboratorio de Propulsi¨®n a Chorro, el epicentro de las misiones rob¨®ticas de la NASA, (JPL, por sus siglas en ingl¨¦s). Junto a Leon Alkalai, jefe de la oficina de planificaci¨®n estrat¨¦gica, el ingeniero acaba de presentar el primer concepto para una misi¨®n interestelar que se lanzar¨ªa en 2069, cuando se cumplan 100 a?os de la llegada del hombre a la Luna.
¡°La NASA comenz¨® a contemplar misiones interestelares hace 30 a?os¡±, explica Freeman al tel¨¦fono desde su despacho. ¡°Entonces el foco de atenci¨®n era c¨®mo hacer posible la comunicaci¨®n entre la nave y la Tierra. Despu¨¦s hemos revisado estas ideas m¨¢s o menos cada d¨¦cada¡±, explica.
Las misiones espaciales se hacen con un enfoque muy conservador. Si realmente queremos enviar una misi¨®n a otra estrella tenemos que ser un poco m¨¢s locos
El nuevo proyecto ¡ªa¨²n sin nombre¡ª¡°est¨¢ en un etapa muy temprana como concepto de misi¨®n¡±, advierte Freeman, pero coincide con el reciente arranque de proyectos similares impulsados por organizaciones privadas y con la aprobaci¨®n en el Congreso de EE UU de un documento promovido por el republicano John Culberson que pide expresamente a la NASA que comience a financiar desde ya este proyecto.
El destino de la futura misi¨®n ser¨ªa Pr¨®xima Centauri, donde se ha descubierto un planeta habitable del tama?o de la Tierra. La propuesta de Freeman contempla una nave capaz de viajar al 10% de la velocidad de la luz, con lo que alcanzar¨ªa Pr¨®xima en 40 a?os. Las primeras im¨¢genes tomadas desde all¨ª llegar¨ªan a la Tierra unos cuatro a?os m¨¢s tarde, en 2113, casi dentro de un siglo. Esto supone que los ingenieros y cient¨ªficos que analizasen esas im¨¢genes ni siquiera habr¨ªan nacido cuando se lanz¨® la nave, y probablemente la mayor¨ªa de sus dise?adores originales estar¨ªan muertos para entonces. Ninguna misi¨®n espacial se ha enfrentado a este tipo de horizontes temporales y este es uno de sus mayores retos, admite Freeman. ¡°Ahora las misiones espaciales se hacen con un enfoque muy conservador. Si realmente queremos enviar una misi¨®n a otra estrella no podemos hacer eso, tenemos que ser un poco m¨¢s locos¡±, reconoce.
Cuando la nave llegue a su destino, la tecnolog¨ªa del momento la habr¨¢ sobrepasado por completo. El concepto de Freeman explora una sonda capaz de actualizarse, reprogramarse y transformarse sin necesidad de enviarle todas las instrucciones desde tierra, por ejemplo usando impresoras 3D y sistemas de inteligencia artificial capaces de crear nuevos programas de software. El concepto desarrollado por Freeman y Alkalai tambi¨¦n sugiere una misi¨®n de apoyo, cuyo objetivo ser¨ªa viajar 550 unidades astron¨®micas (cada una equivalente a la distancia entre la Tierra y el Sol) en la direcci¨®n contraria a Pr¨®xima Centauri. Su objetuvo ser¨ªa tomar im¨¢genes aprovechando el fen¨®meno de las lentes gravitacionales, que usa la? gravedad de cuerpos celestes como el Sol como si fuera una lupa para ampliar la imagen del astro que se desea observar.
El enfoque a largo plazo permitir¨ªa desarrollar las complejas tecnolog¨ªas necesarias de forma gradual y probarlas con objetivos m¨¢s cercanos y asequibles, como la nube de Oort o el Planeta X, asegura Freeman, que present¨® su concepto hace unas semanas durante el Congreso de la Uni¨®n de Geof¨ªsica de EE UU.
Los ingenieros y cient¨ªficos que analizasen las im¨¢genes ni siquiera habr¨ªan nacido cuando se lanz¨® la nave
Por ahora no hay nuevas formas de propulsi¨®n para un viaje interestelar. Ni el combustible qu¨ªmico de los cohetes, ni los paneles solares, ni la energ¨ªa nuclear sirven para cubrir las distancias de m¨¢s de 40 billones de kil¨®metros que hay hasta los astros m¨¢s cercanos en un tiempo asequible. Algunas ideas alternativas son la fusi¨®n nuclear o las explosiones de materia y antimateria, que no se han desarrollado a¨²n.
Otra opci¨®n es la ¡°energ¨ªa dirigida¡± que propone Phillip Lubin, f¨ªsico de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara (EE UU). El sistema se basa en naves con velas solares alimentadas por luz l¨¢ser emitida desde la Tierra o el espacio. Cuanto m¨¢s peque?a sea la sonda m¨¢s r¨¢pida puede ser, hasta un l¨ªmite que puede llegar al 20% de la velocidad de la luz, asegura Lubin. En este caso, la tecnolog¨ªa necesaria s¨ª existe ya y el f¨ªsico espera que experimente un desarrollo exponencial similar a la electr¨®nica. Desde 2015, el proyecto Deep-In ha recibido dos rondas de financiaci¨®n de la NASA por un total de m¨¢s de medio mill¨®n de euros. ¡°Con un presupuesto adecuado, la tecnolog¨ªa que estamos desarrollando puede estar lista para una misi¨®n interestelar antes del 100 aniversario del aterrizaje del Apolo [11]¡±, asegura Lubin.
El mismo a?o que se descubri¨® el planeta en Pr¨®xima, Stephen Hawking apadrin¨® el nuevo proyecto para buscar vida con un enjambre de diminutas naves espaciales impulsadas por l¨¢ser capaces de llegar a esa estrella en 20 a?os. Detr¨¢s de la iniciativa estaba Yuri Milner, un multimillonario ruso que se ha convertido en uno de los mayores mecenas de la ciencia mundial y que puso 100 millones de d¨®lares en el proyecto. El sistema de propulsi¨®n de esas naves ¡ªque realizaron su primer viaje al espacio en 2017¡ª est¨¢ basado en el de Lubin. ¡°Estamos entusiasmados de que la NASA haya empezado a trabajar en misiones interestelares¡±, dice Pete Worden, exdirector del Centro Ames de la agencia espacial estadounidense y actual director ejecutivo de Breakthrough Starshot, el proyecto de Milner. La organizaci¨®n est¨¢ negociando con la NASA para cooperar en varios campos, incluido el viaje interestelar, y esperan anunciar los detalles en unos meses, asegura.
Otros expertos que trabajan en misiones actuales y futuras dudan de que estos proyectos sean viables. Mar Vaquero, ingeniera de vuelo en el JPL, cree que la propuesta de sus colegas es demasiado "loca y te¨®rica", aunque a?ade que "no hay duda de que un concepto as¨ª invita a la reflexi¨®n". Adem¨¢s no faltan paralelismos con misiones recientes de gran ¨¦xito. "La ruta primaria de Cassini no estaba planteada del todo en el momento del lanzamiento. Fue durante la fase de crucero cuando se dise?¨®. Con este concepto puede ocurrir algo semejante. Toparemos con retos en diferentes campos, como la propulsi¨®n, la navegaci¨®n, o la misma protecci¨®n de la nave y sus sistemas durante tantos a?os de viaje interestelar, pero no me cabe duda de que podremos resolverlos", asegura.
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