No hay futuro luchando en la selva
El reclutamiento de ni?os soldado sigue siendo una dura realidad en Kivu del Norte, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo
"No hay futuro luchando en la selva", seg¨²n Jet¡¯aime Kambale Pamoja. Naci¨® hace 23 a?os en Kisharo, unos 100 kil¨®metros al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC). Apenas ten¨ªa 12 primaveras cuando se uni¨® a un grupo armado de autodefensas, con el que luch¨® durante dos largos y penosos a?os en las cercan¨ªas del parque nacional Virunga, un ¨¢rea de 800.000 hect¨¢reas situado en la triple frontera con Ruanda y Uganda.
Desde el genocidio en Ruanda, en 1994, tanto grupos de hutus como de tutsis huyeron al pa¨ªs vecino y se establecieron en los alrededores del Virunga. Mientras los primeros se organizaron en las Fuerzas Democr¨¢ticas para la Liberaci¨®n de Ruanda (FDLR), los otros se reunieron en el Movimiento 23 de Marzo (M23). Han sido prolongados a?os de conflicto hasta que, tras haber ocupado Goma en 2012, el M23 fue desmantelado el a?o siguiente por las fuerzas armadas congole?as y la misi¨®n de paz de Naciones Unidas. A¨²n as¨ª, el FDLR sigue activo adem¨¢s de las numerosas milicias armadas comunitarias de autodefensa que act¨²an en Kivu del Norte.
A¨²n adolescente, Jet¡¯aime se alist¨® voluntariamente para integrar a los Ma?-Ma?, un grupo hoy estimado de entre 20.000 y 30.000 soldados que lucha contra grupos que considera extranjeros como el FDLR y el M23 en las provincias de Kivu del Norte y del Sur. Por aquel entonces, no iba a la escuela y acogi¨® al llamado de los l¨ªderes comunitarios. "Era muy pobre, no ten¨ªa nada. Por eso, decid¨ª unirme a las milicias", recuerda. Hoy vive en la peque?a ciudad de Kiwanja, en el interior de Kivu del Norte.
Unicef estima que decenas de miles de menores de 18 a?os son usados en conflictos en todo el mundo
No hay datos precisos acerca de los ni?os que han sido reclutados en conflictos armados en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y usados para trabajar para los l¨ªderes armados como escoltas, cocineros, guardias, esclavos sexuales o combatientes. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que decenas de miles de menores de 18 a?os son usados en conflictos en todo el mundo. En la ¨²ltima d¨¦cada, 65.000 fueron liberados y rescatados. De estos, m¨¢s de 20.000 solo en la RDC. Estos datos, sin embargo, representan "solo una porci¨®n del problema, dada a las dificultades e inseguridad para acceder al terreno con vistas a obtener datos m¨¢s fiables", explica Bonnie Berry, directora de la ONG Watchlist.
Jet¡¯aime se dio cuenta desde el principio de que la vida en la selva no iba a ser f¨¢cil. "No dorm¨ªamos y siempre ten¨ªamos que estar preparados para un ataque. Comer era muy dif¨ªcil. Com¨ªamos lo que uno lograba recoger. Tampoco nos ba?¨¢bamos. Era muy com¨²n que fu¨¦ramos atacados cuando est¨¢bamos a punto de dormir, y ten¨ªamos que correr en la selva. Si alguien se lesionaba, no hab¨ªa medicina, nada. Esta era mi vida en el grupo armado", resume.
Una noche, junto con dos chicos m¨¢s, decidi¨® que era hora de escapar. "Simplemente empezamos a correr y lo hicimos durante toda la noche. Dijimos que ¨ªbamos a buscar alimentos y nos fuimos". Ahora su vida ha tomado otro rumbo. Tras terminar los estudios, hizo un curso de capacitaci¨®n y hoy trabaja como carpintero en su propio taller ubicado en una tranquila calle sin asfalto de tierra y polvo en el barrio Buturande, en las afueras de Kiwanja.
Impunidad
La pobreza es una de las causas a la ra¨ªz del fen¨®meno de los ni?os soldado [los kadogos, en swahili]. "La impunidad reina en la RDC", explica Jacques Buligho, coordinador de la Uni¨®n por la Paz y Promoci¨®n de los Derechos del Ni?o en el Congo. Esta ONG ubicada en Rutshuru, Kivu del Norte, trabaja en alianza con Unicef y act¨²a en el programa de DDR (Desarme, Desmovilizaci¨®n y Reintegraci¨®n) para menores de 18 a?os.
Buligho critica duramente a las autoridades que no logran frenar por completo el reclutamiento de menores por parte de las milicias armadas. "El pa¨ªs es dominado por la impunidad en todos los niveles. No se culpabiliza a quien recluta y utiliza a los ni?os soldado, ni tampoco se les sanciona. Varios grupos los usan como escudo humano", arguye.
La ONG, con capacidad para apoyar a 650 ni?os, recibe diariamente un promedio de cinco menores reci¨¦n escapados de milicias. Suelen llegar en un estado de extrema fatiga. ¡°Vienen exhaustos, regresan con un sentimiento de frustraci¨®n y baja autoestima. Son explotados e intimidados por los adultos¡±.
Desde 2014, la organizaci¨®n ha contribuido a la reinserci¨®n social de 2.063 ni?os, de los cuales 430 eran chicas. M¨¢s de 700 chavales lograron retomar los estudios y otros 500 tuvieron apoyo para la reinserci¨®n econ¨®mica. El riesgo de que regresen a los grupos armados disminuye sustancialmente cuando vuelven a estudiar y aprenden un oficio, como el caso de Jet¡¯aime.
Un nuevo rumbo
Hoy, el carpintero ha retomado las riendas de su vida. "Tengo un trabajo, termin¨¦ los estudios y soy otra vez due?o de mi vida", dice con voz t¨ªmida pero firme. Con los ingresos de la venta de los muebles, ayuda costear los estudios de uno de sus seis hermanos.
Jet¡¯aime, adem¨¢s, conversa con los ni?os de Kiwanja para que no caigan en la trampa de los rebeldes. "Si te unes a un grupo armado, tu familia te perder¨¢ y lo ¨²nico que te puede pasar es morir en la selva. Estoy listo para ense?ar a aquellos que quieran aprender a ser carpinteros para que puedan ser independientes y tener un futuro".
El joven sue?a con comprar en futuro una porci¨®n de tierra, construir un hogar y tener una familia con hijos. "Espero servir de ejemplo e inspirar a otros", dice.
El riesgo del rearme
Pese a la aparente calma que se observa en Kiwanja y Rutshuru despu¨¦s de la derrota del M23, Buligho est¨¢ preocupado. Solo en Kivu del Norte, operan 70 grupos armados, muchos de connotaci¨®n ¨¦tnico-tribal, como los Ma?-Ma?.
"Nos enfrentamos a un reto muy grande. Tenemos que desarrollar actividades de resiliencia comunitaria para que las familias no ofrezcan sus ni?os a los grupos. Intentamos sensibilizar a los responsables. Las comunidades tienen que ser parte de la soluci¨®n".
La inestabilidad pol¨ªtica sumerge a la RDC con un Gobierno que tendr¨ªa que haber terminado su mandato en diciembre de 2016. Joseph Kabila est¨¢ en la presidencia desde 2001 y deber¨ªa liderar un Ejecutivo de transici¨®n hasta las pr¨®ximas elecciones. Mientras tanto, la oposici¨®n acusa el Gobierno de minar los esfuerzos para una transici¨®n pol¨ªtica pac¨ªfica.
Buligho cree que si las elecciones no se realizan pronto, la probabilidad de que surjan nuevos grupos armados en el este de la RDC es muy alta. "Los grupos podr¨¢n reorganizarse y volver a operar en esta regi¨®n bajo la justificaci¨®n de un Gobierno ileg¨ªtimo. As¨ª los jefes comunitarios volver¨¢n a defender sus intereses y, una vez m¨¢s, se empezar¨ªa un ciclo de reclutamiento de ni?os", alerta.
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