El armario perfecto solo puede tener ocho prendas
La estilista Christine Centenera lanza una firma de ropa anti-tendencia para revolucionar la forma de consumir moda
Adem¨¢s de ser la directora de moda de Vogue Australia, una de las colaboradoras de Kanye West en la firma Yeezy y, seg¨²n dicen, la responsable del cambio de imagen de Kim Kardashian, la australiana afincada en Nueva York Christine Centenera es una estrella del street style por derecho propio. Su estilo, caracterizado por mezclar las tendencias con cl¨¢sicos impecables, es fotografiado, analizado y copiado de forma sistem¨¢tica, y desde ahora tambi¨¦n est¨¢ a la venta: junto al dise?ador australiano Josh Goot, Centenera acaba de lanzar Wardrobe NYC, una firma de moda minimalista en la forma y revolucionaria en el fondo que se inspira en las prendas clave de su propio armario.
Su primera colecci¨®n se compone de los 16 ¡°b¨¢sicos de lujo¡± (ocho para mujer y otros tantos para hombre) que, a juicio de ambos, forman los cimientos del guardarropa urbano definitivo, independientemente del estilo, la edad, la talla o la profesi¨®n del consumidor. Producidas en Italia con tejidos cuidadosamente seleccionados, entre las prendas de mujer hay un abrigo largo, una blusa de crep¨¦, un jersey de lana merino o una falda trapecio. La l¨ªnea de hombre incluye una americana de doble botonadura, una sudadera con capucha, un pantal¨®n suelto o una camiseta de cuello redondo. ¡°Como estilista, muchas veces me resulta complicado encontrar lo que yo considero que es la camisa blanca o el blazer perfectos; prendas indefinidas de alta calidad que no se asocien a una marca concreta. Con este proyecto quer¨ªamos crear esas piezas esenciales¡±, explica Centenera a EL PA?S. Caracterizadas por su simplicidad y coherencia est¨¦tica, se comercializan ¨²nicamente en blanco o negro, la paleta que, en su opini¨®n, debe ser el punto de partida de cualquier armario. ¡°El monocromo es f¨¢cil, vers¨¢til y cl¨¢sico. Con ¨¦l no te significas, y por eso siempre se mantiene relevante¡±, afirma Josh Goot.
La firma debut¨® el pasado 7 de diciembre y se vende de forma directa en su propia web ¡ªun modelo de negocio que, al ahorrarse intermediarios, permite contener los precios¡ª. Lo m¨¢s sorprendente de su estrategia es que las prendas no se pueden comprar individualmente, sino que se comercializan por lotes: uno b¨¢sico, que consta de cuatro piezas y cuesta 1.500 d¨®lares, y la colecci¨®n completa, con ocho, que requiere una inversi¨®n de 3.000 d¨®lares (se pueden escoger distintas tallas en cada categor¨ªa y cambiarlas por otra de forma individual, pero las devoluciones solo se aceptan ¡°por pack¡±). ¡°No creo que existan en el mercado prendas de tanta calidad en este rango de precios¡±, asegura Centenera. Goot est¨¢ convencido de que los consumidores est¨¢n preparados para abrazar este nuevo concepto: ¡°Las ventas est¨¢n siendo fuertes desde el primer d¨ªa. La primera temporada est¨¢ demostrando que la gente es capaz de entender esta idea de lujo pre-empaquetado¡±.
Tres colecciones
A lo largo de 2018 tienen previsto lanzar tres colecciones, con tem¨¢ticas espec¨ªficas en cada temporada (¡°para primavera estamos barajando los viajes o el deporte¡±, apunta Goot), pero siempre en l¨ªnea con el objetivo fundacional de la marca: ayudar a simplificar el proceso de vestirse. ¡°A menudo, decidir qu¨¦ ponerse cada ma?ana supone un reto para mucha gente. Cuando me abord¨® Josh, la idea de ofrecerles una soluci¨®n fue lo que m¨¢s me atrajo del proyecto¡±, se?ala Christine Centenera. ¡°A veces yo tambi¨¦n puedo bloquearme, pero siempre tengo un perchero con esas piezas seguras con las que s¨¦ que puedo contar para construir un outfit s¨®lido¡±.
Su vocaci¨®n de perdurabilidad sit¨²a a Wardrobe NYC en la militancia sostenible y, de hecho, sus creadores la definen como el ¡°anti fast-fashion¡±. ¡°Me puse a pensar en c¨®mo pod¨ªa hacer evolucionar lo que m¨¢s amo de la moda en una idea que tuviera sentido en el mundo actual¡±, concluye Josh Goot. ¡°Y como postura personal, en calidad de dise?ador que lleva muchos a?os en la industria, siento que he llegado a un punto en el que no quiero adherirme a sus excesos¡±.
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